Lo hice. Lo besé para apartar de mi mente todos los pensamientos sin nombre que me estaban atormentando. Y debo admitir que me gusta como se siente. Me gusta sentir sus labios cálidos sobre los míos, en un movimiento suave y delicado.
Quizás debí tener este arrebato antes. Quizás debí besarlo en este lugar mucho antes. Quizás debí haberme comido su boca en cuanto la tuve cerca.
—Mierda —se separa de golpe de mí, dejándome un poco confundido —Voy a llegar tarde al trabajo —me intenta aparta.
—¿En serio, Leo? —para mi sorpresa suelto una carcajada —¿Es lo único que vas a decir? —me separo de él —Te acabo de dar un maldito beso y solo piensas en tu trabajo.
Parece analizar la situación y suelta una carcajada al notar que ha actuado como un estúpido.
—Yo... —se vuelve a reír —Yo me tenía que ir —señala la puerta —Tú... tú... —se muerde el labio un poco nervioso y ese simple acto hace que quiera acorralarlo una vez más contra los casilleros.
—Leo, concéntrate —le doy un toque en la mejilla.
No puede ser, lo estoy llamando Leo.
—Es solo que... ¡Ay! —aparta la mirada —Esto no pasó —se da un golpe en la frente.
—Leonardo Moretti —lo tomo de los hombros —Giovanni Andreotti te acaba de besar.
—Giovanni —clava sus ojos en mí y sonríe, como si recién estuviera cayendo en cuenta de la realidad —Tú... —ensancha su sonrisa.
Primero parecía nervioso, ahora parece un poco pasmado ante los hechos y a decir verdad no estaba preparado para ninguna de las dos reacciones. Más bien ni siquiera pensé en que pasaría después de esto.
—Recuerda que tienes que ir al trabajo —le digo.
—Joder, es cierto.
—Nos vemos —me separo completamente de él.
—Sí —sonríe —Sí —repite para sí mismo.
Se acomoda el bolso sobre el hombro y avanza a paso rápido a la puerta, pero no la abre, sino que se queda unos segundos ahí, hasta que se gira a mirarme con una sonrisa.
—Giovanni, eso se sintió bien.
Dicho eso, abre la puerta y sale con una tierna sonrisa adornando su rostro.
Creo que necesito una ducha de agua fría. O quizás meterme en una tina repleta de cubos de hielo.
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La primera hora de clases se me hizo infinita. Pero por suerte el maldito timbre ya sonó y estoy fuera de esas 4 paredes. Aunque no me molestaría volver y envolverme en mi chaqueta para pasar el frío, aparte que desde anoche siento unos molestos mocos joderme.
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El Rey De Roma #3
Teen FictionEl amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...