El Rey De Roma #3

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Busqué durante toda la mañana a Matteo, pero como se encargó de pasar de mí olímpicamente, tengo que tener esta conversación con él ahora, en casa.

A Cami se le salió frente a mí, que mi hermano y Clara tenían algo, a lo que tuve que explicarle que yo estaba enterado para que la chica no entrara en pánico.

—¿Entonces si lo sabes? —asiento —Por lo cual ¿No es necesario ponerme filtros?

—Cami, habla.

—Está bien —suelta un suspiro —Pero ¿Te importaría que fuera en otro lado?

Caminamos por lo extenso del pasillo y primero sacamos algo de comer de la máquina expendedora. Subimos al segundo piso y nos apoyamos en las barandas para mirar en dirección a uno de los patios.

—Ellos están enojados desde...

—El beso con Giovanni —completo y asiente en respuesta.

—Lo cual no fue nada serio para ella —me asegura —Son cosas de códigos que tienen entre ellos.

Vaya códigos, besarse entre mejores amigos ¿Alguien querrá ser mi mejor amigo?

—Pero ¿Qué tienes que ver tú en todo esto?

—Ayer —voltea los ojos —Ayer Matteo subió una foto de un día que salimos solos, porque ella no podía acompañarnos y yo le seguí el juego. Luego subió una historia de una foto que tomó mi hermana un día que ellos estaban en mi casa, pero Clara estaba en el baño en ese momento —me explica a lo que recuerdo las fotos de ayer —Y Clara se puso un poco celosa.

—Está claro que ese era el objetivo de mi hermano —volteo los ojos. Ese mocoso se las verá.

—¿Me puedes ayudar?

—Lo intentaré —le sonrío.

Me acomodo en mi pequeña cama, hasta quedar con la mirada clavada en la cama de mi hermano.

—¿Dónde estabas? —le pregunto al ver de reojo que está dentro —Sabes que los días de semana no debes llegar tan tarde.

—Qué más da, Leo —se deja caer en la cama —Solo es un día.

—También sabes que mamá se pone inquieta si sales sin avisar.

Solo voltea los ojos y no responde, lo que me da el pase para seguir hablando.