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Salgo del salón y me apoyo en uno de los casilleros para esperar a Martina que se quedó hablando sobre algo de la materia con el profesor

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Salgo del salón y me apoyo en uno de los casilleros para esperar a Martina que se quedó hablando sobre algo de la materia con el profesor. Clara aparece frente a mí con una enorme sonrisa y se cuelga de mi cuello para darme un sonoro beso en la mejilla.

—¿Qué tiene tan feliz a mi chica de ojos lindos? —le sonrío.

—¡Adivina quien fue la calificación más alta en el examen de química! —chilla y da pequeños saltitos.

—Felicidades, Florecilla —le sonrío.

—Un chocolate para tu mejor amiga sería algo muy lindo de tu parte —me guiña un ojo —¡Estoy emocionadísima! —me toma de las mejillas y me las aprieta como si fuera un crío.

—Cla...

—¿Y luego quieres que me crea el cuento de que entre tú y esta no pasa nada?

Clara suelta mis mejillas y borra su sonrisa para luego dejar su mirada clavada en Martina, quien nos mira de brazos cruzados.

—No comiences, Martina —me giro completamente a ella —Sabes que es mi mejor amiga.

—¿Quién me asegura eso? —suelta molesta —¿No querrás decir que es tu mejor zorra?

—¡¿Quién te crees?! —tomo de la cintura a Clara antes de que se abalance sobre mi novia.

Sin embargo, Martina no se calma y le lanza un golpe a Clara, pero para mi mala suerte llega en mi rostro.

—Clara, vete —la suelto y me apresuro a tomar Martina —Nos vemos más tarde.

—Pero...

—Clara —digo en tono de advertencia.

—¡Agh!

Resignada me hace caso, mientras Martina comienza a patalear como una loca. Le grita a Clara que es una zorra, hasta que mi amiga se pierde en el pasillo.

—¡Martina, para! —grito molesto, llamando la atención de las personas que pasan por nuestro lado —Deja de actuar así —la suelto —Clara es como parte de mi familia y estoy cabreado de repetírtelo una y otra vez.

—¡¿No te das cuenta cómo se te insinúa?!

—¡Para!

Antes de que pueda seguir soltando alegatos, salgo del colegio con ella siguiendo mis pasos, pero estoy demasiado molesto como para detenerme a escucharla.

—¡Giovanni, amor!

Me detengo por un segundo al ver a Leonardo Moretti mirarme, pero vuelvo a tomar el ritmo.

¿Estuvo ignorándome y ahora quiere que lo tome en cuenta? ¿O acaso quiere que lo vea con su nuevo noviecito?

—¡Giovanni! —Martina me toma del brazo.

El Rey De Roma #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora