Lanzo una pelota antiestrés al techo y dejo que vuelva a caer cerca de mi pecho, repitiendo una y otra vez la acción.
A decir verdad, estas pelotitas nunca me han quitado el estrés, sino que me provocan aún más, pero no puedo hacer nada ante ello.
Podría bajar a molestar a los críos con Moretti, pero la verdad, no me gusta tener que compartirlo con mis hermanos, así que prefiero aguantarme y estar aquí solo.
—¿Se puede? —despego mi espalda de la cama y lo veo con su cabeza asomada en la puerta. Al parecer sabía que lo quería ver.
—¿Qué pasa? —le pregunto y noto como me da un rápido escaneo por el torso ¿Así que te gusta lo que vez, Moretti?
—Emma preparó un bizcocho —empuja la puerta para dejarla completamente abierta —Dice que si quieres comer con nosotros, bajes.
—Vale, pero primero me pondré camiseta —señalo mi torso —Sé que te encanta verme así, pero mamá prefiere verme con ropa.
—Yo... —intenta decir colorado —Nos vemos abajo —murmura y se gira de golpe para salir, pero choca con el marco de la puerta —Merda.
Debo admitir que ese chico es muy lindo cuando está avergonzado.
Me coloco la camiseta y bajo a zancadas para ir a la cocina en la que está él, mamá y mis hermanos. Fede está en su sillita, mamá de pie cortando el bizcocho y la pesada de mi hermana junto a cabello loco, así que queda libre el lugar frente a él.
—Qué sorpresa verte —dice mamá —Me agrada que últimamente quieras compartir un poco más.
—Si te molesta mi presencia me puedo ir a la habitación —bromeo.
—Sabes que amo tenerlos juntos —dice haciendo referencia a sus tres hijos y besa mi mejilla.
—Mani, mani —chilla mi hermano llamando la atención de mamá. Aún no sabe decir muy bien la palabra mami.
—Eres un celoso, Federico —le da un beso al pequeño y él se ríe.
Chiara parece no interesarse mucho, ya que ella es de sacar los mimos con papá.
—Mamá dijo que irías a una fiesta —me dice mi hermana.
—Eres una entrometida —me río —Y sí, iré donde Cami, la mejor amiga de Clara.
—¿Tú la conoces? —esta vez se dirige a Moretti.
—Sí —responde —También iré.
—¿Vas al cumpleaños de Cami? —le pregunto, porque pensé que le tocaba trabajo.
—Sí —responde —Con Kiara.
—¡Oh! La amargada —automáticamente mamá me da una mirada —¿Qué? —pregunta cuando deja el trozo de bizcocho frente a mí —Tiene una amiga muy pesadita —volteo los ojos.
ESTÁS LEYENDO
El Rey De Roma #3
Teen FictionEl amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...