『 𝟎𝟎𝟖. 𝐠𝐨𝐝𝐦𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 』

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14 de Septiembre, 2006.
Forks, Washington.

Forks, Washington

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Anneliese bajó las escaleras luego de dejar a Renesmee recostada en su habitación. Llego justo a tiempo para ver como su familia felicitaba a Bella al poder comportarse de la manera más humana posible junto a Charlie. Notó como Emmet se preparaba para mostrar su fuerza y rodó los ojos.

— ¿Es tan inútil para creer que puede ganarle en fuerza a un neófito?

Su padre negó sonriendo y beso su cabeza cuando esta llego a su lado.
Anne rió al ver como Emmet perdió contra Bella. Este la vio indignado.

¿Te parece gracioso Sombritas? Adelante, deja que te humillen Irlandesa.

La vampira le miró con recelo al notar como este le deseaba provocar al llamarle "Irlandesa".
Se acercó tomando posición en el mismo lugar que anteriormente su hermano ocupó.
Ambas vampiras estaban frente a frente, alzaron sus manos y las juntaron. Escucharon el conteo para empezar con su fuerza.

Anneliese no sabía si llevaban segundos o quizás minutos, pero cada vez que una parecía ganar, la otra tomaba fuerzas. Aquello tenía impresionados a los presentes, pues Bella debería de ganarle fácilmente al ser neófita, pero era cómo si estuvieran igualadas.

Fueron unos segundos de tensión y solo el sonido de la roca rompiéndose a la mitad lo cortó.

Bella miró a la vampira enfrente de ella y sonrió al ver como esta le miraba orgullosa.

La menor de los hermanos Cullen sintió un ardor en su garganta y un pinchazo en su cuerpo. Miro en dirección a Rosalie la cuál se acercaba a todos con Renesmee en brazos.

Retrocedió asustada al notar como su garganta quemaba aún más al escuchar con atención el fluir de la sangre de la niña.
Fue demasiado tarde cuándo Edward quizo decirle que todo estaba bien, pues Anneliese salió corriendo en dirección al bosque intentando alejarse lo más que podía del olor.

En medio del bosque se permitió inhalar con fuerza concentrándose en localizar alguna presa animal.

Cariño...

Esta frunció el ceño y se giró a mirar a su padre, notando cómo este iba acompañado de Alice y Jasper.

Anne sintió como se le hacía más difícil respirar al sentir miles de pinchazos en su cuerpo, como si de agujas se trataran. Sentía que si aún fuera humana, se estaría ahogando en lágrimas.

Y quizás eso fue lo que notó o percibió Jasper, el cuál logró llegar hacía ella antes de que colapsara de rodillas al piso.

— No se que me pasa padre...y-yo

Carlisle sintió un ardor en su pecho al ver a su hija así de débil, parecía indefensa, su voz temblaba. Se agachó para estar frente a esta.

Tu sabes lo que te sucede, querida — ella negó frenéticamente— Hija...

Anne, sabes que te afecta aún más el negarte a ello — Alice susurro.

— No quiero, no puedo, no puede ser él — suplicó.

El padre de familia miró con tristeza a su hija.

Él no dejará que te hagan daño, no puede hacerlo — intentó consolarla su hermano.

Aquello fue suficiente para que Anneliese llorara sin soltar lágrimas, pues era imposible en su condición. Jasper le abrazó aún más fuerte.

Ninguno de ellos sabía que ella estuvo conviviendo por unos cuántos días con Alec y Demetri en Escocia, aunque presentía que Alice lo vio suceder. 

Pero no tenían forma de saber que Anneliese le hizo aquella pregunta a él, y este se vio incapaz de responder. Si sus maestros le pedían, el los seguiría.

Sabía que no había nada que le garantizara estar protegida, si llegara el momento de unirse a los Volturi para evitar que su familia muriera por ella, sabía que elegiría.

Ella lo haría.

— Anneliese Driskell-Cullen — ante la mención de su nombre real miró a su padre — Tu nunca necesitaras a nadie para rescatarte, porque eres la persona más fuerte que existe, y nunca estarás sola, porque nosotros estaremos a tu espalda.

Sus palabras fueron suficientes para ella, su lealtad estaría con su familia siempre.

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Llegó al hogar unas horas después de dejar a su padre y hermanos, pues quería saciar su sed antes de permitirse estar a dos metros de la pequeña.

Al entrar lo primero con lo que fue recibida fueron unas risas de alegría, las cuáles fácilmente reconoció.

Renesmee.

Alguien te estaba esperando — Bella sonrió cercándose, pero al notar como está dio un pasó atrás se detuvo— Anne, tu nunca dañarías a Renesmee.

— No quiero arriesgarme.

Bella negó sonriendo y tomó una mano de Anneliese acercándola a la bebe que se movía emocionada en el sillón.
Cuándo la mano de Anne hizo contacto con la pequeña mejilla de la bebe, esta sonrió sintiéndose tranquila y en paz.

Se agachó para estar a su altura y mirarle mejor, Renesmee colocó sus dos manos en el rostro de la vampira sonriendo.

Edward entró y sonrió ante la vista frente a el. Miro a Bella y ambos asintieron.

Hemos hablado con Edward sobre esto, y ambos estamos de acuerdo —Anneliese les miró— Nos gustaría que fueras la madrina de Renesmee.

Sintió como se quedaba estática en su lugar, miró a ambos consecutivamente, intentando encontrar algún atisbo de broma. Nada.

— ¿Están seg-

Si, Anne, no hay mejor persona que podamos pensar para esto, y Renesmee parece emocionada por eso — señalo a la bebé que aplaudía— No hay otra persona que elegiría para ello.

Anneliese les miró nuevamente para luego ver a la pequeña frente a ella. Sintió como nuevamente sus ojos podrían soltar lagrimas. Pero esta vez de felicidad.

Sonrió mirando a los tres agradecida.

Renesmee Blair sería lo que protegería con su vida si debía.

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𝐃𝐔𝐒𝐊 𝐓𝐈𝐋𝐋 𝐃𝐀𝐖𝐍 | ᴛᴡɪʟɪɢʜᴛ | ALEC VOLTURI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora