𝐃𝐔𝐒𝐊 𝐓𝐈𝐋𝐋 𝐃𝐀𝐖𝐍 | 𝐭𝐰𝐢𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭
❝ 𝘐 𝘸𝘢𝘯𝘯𝘢 𝘴𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘯 𝘳𝘪𝘴𝘦 𝘰𝘯 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘴𝘪𝘯𝘴, 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘮𝘦 𝘢𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶 ❞
「 El clan Cullen se formó mucho antes que con la llegada de Edward a la vida de Carlisle. Anneliese fu...
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Bella sentía una presión en su pecho al momento de abandonar a aquel hombre que Alice le pidió ver, su hija tendría un futuro pero sus padres no serían parte de el.
Comprendió a la perfección todo, aquel era el último regalo de parte de Alice, algo que ella sabía que Bella necesitaría, que su hija viviera.
La única razón por la que Renesmee necesitaría huir era por si todo estaba perdido, esa era la razón por la que ni ella ni Edward eran quienes aparecerían en los papeles, era porque ellos no estarían junto a su hija. Porque de ser así aquellos papeles no serían tan importantes pues el sabría como escapar sin la necesidad de estos, podrían correr con su hija por millas y nadar a través de un océano de ser necesario, tan solo si ellos estuvieran cerca de salvarla.
Entendió el porque Alice le encargó aquella tarea a ella y no Edward, si el se enteraba el riesgo de que Aro lo supiera al momento de vencerles era extremadamente alto, el querría tener toda la información de Renesmee y su paradero.
Fue como si todas sus sospechas que compartían con Anneliese fueran ciertas, ellos no podrían ganar, solo tenían el tiro de suerte de lograr matar a Demetri para permitir el escape de Renesmee.
Su corazón inmóvil y frio se sentía tan pesado y aplastante en su interior al momento de pedir aquellos papeles que J. Jenks le informo, estaba tan adentrada en sus pensamientos que casi pego un grito en cuanto vio la figura de Anneliese materializarse frente a ella cuando iba camino a su carro.
Coloco su mano en donde estaba su corazón mirándola totalmente petrificada y confundida. ¿Acaba de salir de un callejón oscuro, específicamente de la oscuridad de este?
— Lamento la demora, es la primera vez que intente esto y aparecí en Vancouver a más de 200km, mala idea.
— ¿Acabas de salir de ahí?
Apuntó a la esquina oscura de donde le vio salir, Anneliese se giró mirando aquel lugar y arreglando su cabello que estaba despeinado.
— Ah, ¿Eso? Si, es algo nuevo, Eleazar me dio la idea.
— ¿Cómo lo-¿Qué?
— Resulta que mi don es mucho más que solo sombritas que te hacen débil, increíble ¿verdad?
Notó el tono sarcástico en su voz y aquello le hizo sonreír tensamente, sin ser capaz de olvidar lo que se enteró hace poco.
