𝐃𝐔𝐒𝐊 𝐓𝐈𝐋𝐋 𝐃𝐀𝐖𝐍 | 𝐭𝐰𝐢𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭
❝ 𝘐 𝘸𝘢𝘯𝘯𝘢 𝘴𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘯 𝘳𝘪𝘴𝘦 𝘰𝘯 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘴𝘪𝘯𝘴, 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘮𝘦 𝘢𝘯𝘥 𝘺𝘰𝘶 ❞
「 El clan Cullen se formó mucho antes que con la llegada de Edward a la vida de Carlisle. Anneliese fu...
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— Creía que tardarías más — murmuró al ver como el chico comenzaba a recuperar la conciencia.
El vampiro se quejó y trato de romper las cadenas que lo tenían atado a una muralla. Solo una de sus manos estaba atada, ya que no contaba con la otra, no había podido regenerarse debido a que le quemaron justo esa zona.
Los Volturi habían vivido por miles de años como para saber exactamente que procesos eran necesarios para la tortura y retención de vampiros. Era una de las razones por las que se solía quemar el cuerpo de los vampiros, no sacaban nada con quitarle sus extremidades si después podían regenerarlas, el fuego detenía aquel proceso. Al igual que habían descubierto la forma perfecta de retener a alguien en sus calabozos. Anneliese ya estaba acostumbrada al lado macabro de estos, o quería hacerse creer que lo estaba.
Joel gruño en frustración y detuvo sus movimientos mirando a la vampiro recostada en la muralla.
— Eres una traidora.
— ¿Yo? ¿A quién estoy traicionando, hm? Él único que ha quebrantado su lealtad eres tú.
— Le has dado la espalda a los Cull-
Anneliese no pudo evitar reír con burla negando. Suspiró y se acercó lo suficiente hasta estar cerca del rostro del chico.
— Eres igual de imbécil que todos aquellos que creen aquella historia, creía que al ser parte de la guardia tendrías algo más de inteligencia pero veo que me he equivocado.
Joel bramó furioso he intento lanzarse a atacarle, pero nuevamente las cadenas le retuvieron al igual que el gruñido que salió desde la oscuridad del pasillo. Anneliese no se inmuto ante su acto y simplemente lo miro con aburrimiento.
— Acabas de probar mi punto, Joel. Es una estupidez el intentar siquiera intimidarme, y de un completo imbécil el hacerlo frente a Alec.
La expresión de terror se plasmó en los ojos casi negros del chico que miro instintivamente la oscuridad sabiendo que desde ahí le observaban.
— El que me hayan enviado a mi a recogerte ha sido misericordia, cualquier otro te habría asesinado apenas fueras consciente de tu alrededor, ¿sabes por qué? — murmuró.
