Capitulo 11

1.2K 62 0
                                    

-Tenemos que hablar de lo que ha sucedido.- Colgó su chaqueta en el perchero y sirvió dos vasos de agua. Acabábamos de llegar a su casa, ya no había ánimos para fiestas.

-No quiero hablar de ese idiota, vino a joder y tú me defendiste.- me quite las botas y me senté encima de la mesa de la cocina. -Sólo tengo que darte las gracias.- me acercó el vaso y bebí agua. -No quieres saber porque tengo una pistola? O porque tengo la sangre fría para poder matar a un tipo?.- Me separó las piernas y se acomodó sobre ellas. -Carlota quiero que sepas quien soy y que tú misma decidas si quieres estar cerca.- acariciaba mis muslos por debajo de mi falda.

No dije nada, realmente no sé si quería saber todo sobre su vida, quizás algo podría asustarme, defendiéndome me había demostrado que le importaba y eso era suficiente para mi, pero no sé qué más sería capaz de hacer, o que lograría que hiciera yo.

-No sé si estoy preparada, pero cuéntame.- mordí mi labio y me apoye en sus hombros mirándolo fijamente.

-Me dedico a vender droga, empecé con 16 años, dejé de estudiar y no conseguía trabajo asique probé con eso, tenía que ayudar a mamá y mis hermanos en casa y no había de otra, al principio pensé en dejarlo cuando consiguiera suficiente plata, pero sé que es la vida que merezco vivir, la pistola la conseguí a los 17, antes sólo la llevaba a los repartos y luego se quedaba en la guantera del coche, ahora que estás tú siempre la llevo encima, Neuquén es un sitio muy peligroso y quiero mantener a salvo de toda esta mierda.- Tomó agua y esperó a que hablase.

-Alguna vez has matado a alguien?.- el asintió y levantó su mano para formar el número dos con los dedos. -Hubieses matado a Nacho si llega a hacerme algo más grave?.- asintió con la cabeza de manera firme. -Por qué?.- Tragó saliva y habló. -Creo que me estoy enamorando de ti, Carlota, nunca lo he sentido, pero creo que es amor.- Desvió la mirada con vergüenza, como si realmente pensara que lo iba a abandonar después de lo que me había contado y lo peor de todo es que en su rostro se notaba que sabía de primera mano lo que era el abandono.

-No sé si la vida nos dejará estar juntos, si acabaremos siendo simples amigos o si nos odiaremos, lo único que sé Tomás es que de momento no quiero alejarme de ti. Susurré.

-Eso que significa Carlota?.- tragó saliva. -Yo si sé que es vivir con un corazón roto, pero significa que voy a poner de mi parte para que esto sea amor.- sentencié y lo besé. Llevaba horas sin probar sus labios y después de la noche que habíamos pasado lo necesitaba.

Era cariñoso y delicado, nunca me había besado así, tampoco me había besado mucho pero noté la diferencia. Nos fuimos deshaciendo de la ropa poco a poco, mientras nos mirábamos a los ojos, me cargó y fuimos hasta su habitación, me tumbó en la cama y me observo aún de pie, desnuda, entregada entera a él. Intento acomodarse entre mis piernas pero lo agarré del brazo y lo subí a mi altura. -Esta noche te necesito dentro de mi, tenemos toda la vida para lo demás.- besó mis labios una última vez y colocó su miembro en mi zona. -Mírame.- pidió y cuando hicimos contacto visual se adentró en mí, con cuidado y la autoridad justa para hacerme saber que solo era suya. Su mirada oscura, sus brazos tensos a mi alrededor y los jadeos que de vez en cuando se escapaban de su boca, eso era lo único que necesitaba ahora mismo, ahora mismo y siempre, sin saberlo me estaba haciendo adicta a su ser, a una persona que hace un mes no conocía y que ahora no podía imaginarme vivir sin el. Todo eso y mucho más significaba lo que estaba ocurriendo en esta cama.

-Quiero ser el primero que lo diga, te quiero.- sentenció cuando acabamos de amarnos y nos abrazamos para dormir también siendo uno.

Yo no respondí, no estaba preparada todavía, pero lo besé para demostrarle que cuando lo estuviera iba a saberlo.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora