NARRA CARLOTA
No podía apartar la idea de que dos tipos llenos de hormonas y testosteronas enfrentados por mí estaban en la misma sala y ya habían tenido un primer encuentro.
Que Tomás no saliera con la camisa llena de sangre de ese baño ya era todo un logro. Por cierto con esa camisa blanca y ese pantalón negro de vestir iba más sexy de lo normal: su pelo peinado de una forma juvenil tampoco ayudaba mucho.
El hecho de que la cena fuera agradable y divertida me calmaba un poco. Si entre todos conseguimos mantener a Tomás distraído quizás podría irme a casa sin que pasara nada malo.
Cuando la cena terminó un equipo de empleados retiró todas las mesas y una amplia pista de baile quedó en el salón. La gente ya comenzaba a pedir bebidas en las barras y los meseros que antes servían la cena ahora paseaban por el lugar con bandejas llenas de copas con alcohol que la gente iba cogiendo.
Toda la escena argentina estaba aquí y era maravilloso ver como esto había crecido. Cada uno venía de su barrio con lo que eso conlleva en un país como argentina y ver que ahora podríamos disfrutar de estos pequeños lujos era algo muy grande.
Un dj que había arriba de un escenario reproducía canciones de todos los artistas que había presentes aquí y la gente ya comenzaba a bailar y estar más alegres.
Junto con las chicas la estábamos pasando increíble tomando y bailando mientras el alcohol iba haciendo que nos riéramos de cualquier cosa. Los chicos iban y venían ya que se relacionaban con otros pibes artistas también. Cuando se acercaban a nosotras bailoteaban a nuestro lado como si fuera la mejor fiesta.
Varios fotógrafos en la sala nos tomaron fotografías.
Tomás se acercó a mí con una copa y me la entregó.
-Y esto?.- Miré el vaso y luego lo miré a él.
-Sólo quiero celebrar que aún no hemos discutido.- Me sonrió. -Y que no lo haremos en toda la noche.-
Yo sólo asentí mientras sonreía y bebí de la copa.
Mya me agarró del brazo y me acercó a ella. -Sois la peor pareja que más me gusta.- Sonrío. -No ha dejado de mirarte en toda la noche.-
Me reí tímidamente. -Recuerda que me odia hermana.- Bebí otra vez de mi copa. -Y yo sé que es mentira pero las palabras duelen.-
Ella asintió con la cabeza. -Estás esperando a que se disculpe verdad?.-
-Espero tantas cosas de él...- La voz de los chicos me interrumpió.
Estaban todos de espalda a nosotros mirando o más bien enfrentando a alguien.
-Búscate la bronca en otro lado pibe.- Dijo Homer.
-Este espacio es de todos.- Escuché decir a Ignacio.
En cuanto escuché su voz me acerqué a ellos y me hice hueco quedando en primera fila. La mirada de Ecko se dirigió a mi y sonrió.
-Hola reina.- Me dijo.
Noté como alguien más alto pegó su pecho a mi espalda y al girar un poco mi cabeza vi a Tomás. Mierda.
-Reina.- Dijo Tomás en tono burlón.
-Deberías ir a otro lado Ignacio.- Le dije con un tono serio. -Sólo queremos pasarlo bien.-
El ensanchó su sonrisa. -Si de verdad quieres pasarlo bien ven conmigo.-
Tomás intentó echar hacia delante pero no le dejé; supongo que tampoco quería hacerme daño porque bastaría un empujón para quitarme de en medio y encararse con él.
-No voy a ir a ningún lado.- Lo reté. -Estoy donde quiero estar.- Me crucé de brazos.
Su risa me cabreó más de lo que ya estaba.
-No creo que tu lugar sea con delincuentes.- Respondió con tono burlón.
Homer ayudándome un poco calmó a nuestros amigos diciéndoles cosas como 'Aquí no chicos.' 'Echaremos a perder todo por un pelotudo.' Pero yo no quería quedarme callada ante sus tonterías.
-Tú problema siempre ha sido abrir la boca cuando en realidad deberías meterte la lengua en el culo.- Sonreí.
Mi especialidad era ser maleducada y quien me conocía un poco lo sabía. Me gustaba la pelea porque siempre tenía algo bueno para decir en ellas.
-Mira reina.- Repitió aquel apodo. -Sólo intento que no tires tu vida a la basura con un pibe que prefiere cualquier puta antes que a ti.- Bebió de su copa de manera burlona mientras me miraba. -Cuando su basura de música deje de estar pegada tendrá que volver a su pueblucho a vender droga y te arrastrará con él.-
Como una persona podía llevar tan bien puesta la careta de ser buen tipo y en realidad ser tan lamentable. Como iba a decir todo eso y quedarse tan tranquilo consigo mismo.
Simplemente no pude ni quería consentirlo.
Me importó tres hectáreas de mierda cuanta gente estuviera allí y nos pudiera ver. Mucho menos me importó el que dirían.
Ciega de irá me aproximé a él la poca distancia que nos separaba y estampé todo mi puño cerrado en su cara. Un sonido seco se escuchó para luego oír como el vaso que se escurrió de su mano se hizo añicos en el suelo.
Su cara estaba roja y un hilo de sangre bajaba por su nariz y goteaba en el suelo. Sobra decir que su mirada hacia mí no era muy amistosa.
-Ya era hora de que quitaras esa puta sonrisa.- Le dije con asco.
De un sólo movimiento Tomás tiró de mí echándome hacía atrás. Ese movimiento me devolvió a la realidad y vi como todo el mundo estaba mirando aquella escena.
-Vámonos de aquí.- Dijo Homer.
Comenzó a caminar seguido de todos y cuando salimos del salón donde los pasillos del hotel estaban vacíos todos empezaron a bromear sobre el tema.
Yo sólo caminaba sería sin decir nada. Estaba muy enfadada. Sólo quería volver ahí y darle otro puñetazo a ese mal hablado con sonrisa bonita.
Una vez estábamos en la calle Tomás sacó dos cigarrillos y me acercó uno.
-Ten. A veces ayuda.- Me dijo.
Cogí el cigarrillo sin decir nada y comencé a fumarlo. El humo en mi interior disipaba un poco la ansiedad que sentía en ese momento.
-No pienso irme a dormir así de arreglado.- Dijo Duki. -Vayamos a algún lugar.-
Todos estuvieron de acuerdo y aunque yo no estaba de humor era mejor esa idea que irme a casa.
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Oportuno. -C.R.O
Fanfiction-Quedaste impregnado en mi alma a fuego lento, amándote tanto que quema. - Es mi primera novela pero espero que os guste 🖕🏻💘 TEMPORADA 1 y 2.