Capitulo 4

551 33 1
                                    

No acostumbraba a dormir con los chicos con los que me acostaba. No es que fuera una zorra sin sentimientos pero no me sentía preparada para algo más que el mero instinto animal del sexo.

Su piel era suave y su temperatura corporal bastante agradable. Su brazo desnudo descansaba sobre mi abdomen y sus labios algo más hinchados de lo normal resaltaban en una cara placentera y descansada. Este chico era todo un bombón.

Mi móvil comenzó a sonar sacándome de mis pensamientos.

-Llegamos de España puta.- Una sol contenta me saludaba desde el otro lado.

-Dime cuando nos vemos.- Sonreí. -Os he echado de menos a todos.-

Puse el móvil en altavoz y comencé a vestirme.

-Antes de vernos creo que deberías ir al estudio de los chicos...- Su tono de voz cambió a uno de preocupación. -No sé de que se trata amiga pero Mya y yo escuchamos a los chicos pelear con Tomás con algo de un contrato.- Suspiró.

Que mierdas tenía que ver yo con un contrato si por medio estaba Tomás.

-El ha vuelto?.- Sabia la respuesta aunque no quería escucharla.

-Si.- Habló secamente. -No es que no quiera que vuelva... pero no quiero que sufras nuevamente.-

-Tranquila amiga. Todo eso ya es historia.-

Un Nacho somnoliento me pillo desprevenida cuando me abrazo por la cintura y dejo un beso en mi cabeza.

-Buenos días nena.- Habló cerca de mi oído.

Me giré sonriente. -Buenos días nachito.-

Un grito femenino nos hizo mirar a ambos rápidamente hacia mi teléfono donde la risa de sol sonaba de manera divertida.

-Con quien estas puta?.- Volvió a reír. -Perdón por cortarte el garche.-

Corrí hacia mi móvil. -Luego te llamo.- Reí y le colgué.

Caminé hacía Nacho de nuevo. Me miraba divertido por la situación.

-Tengo que irme a solucionar unas cosas. Linda noche eh.- Le guiñe un ojo.

-Esperando que se repita.- Beso mis labios.

No quiero decir que huí de su casa pero es justo lo que hice. Quizás ese beso había sido demasiado precipitado pero miento si dije que no lo seguí.

Una vez en mi apartamento me duche e hice mis necesidades. Cogí las cosas necesarias para trabajar y me dirigí al estudio. Haría como que iba a trabajar y en ningún momento hablaría sobre la conversación con Sol. Tenía unas ganas inmensas por ver a Homer y aunque me mantenía nerviosa él hecho de volver a ver a Tomás estaba decidida a enfrentar todo lo que pasara.

Salude a las personas que se encontraban en recepción como todos los días y me dirigí a mi despacho que más bien era una sala repleta de fotografías y artículos donde felicitaban mi trabajo.

Coloque mi portátil y todo lo necesario en el escritorio y respire profundo un par de veces antes de dirigirme a la zona de grabación donde se encontraría Homer con el hombre que menos quería ver ahora mismo.

Olía a hierba, cigarrillos y perfume de hombre. Definitivamente estaban ahí.

Abrí la puerta y Homer dirigió su mirada hacia mi. Sonrió ampliamente y vino decidido hacia mi.

-Aquí está mi guacha.- Con sus fuertes brazos me abrazo elevándome un poco haciendo que por unos segundos mis pies no tocaran el suelo para luego soltarme y despeinarme un poco con su mano. -Te he echado de menos cada día.- Sonrió. -Especialmente cuando había fiesta o algún bardo.-

-Tan gracioso como siempre hermanito.- Lo volví a abrazar. -Nos volváis a iros tanto tiempo sin mi..- puse mi mejor cara de pena y luego reí. -Espero que te haya gustado mi querido país.-

Estuvimos un rato charlando sobre su viaje y sobre mis aventuras mientras ellos estaban fuera hasta que la puerta se abrió y un Tomás excesivamente serio nos miró a ambos para solo decir un cortante 'hola' al que ni si quiera respondí.
El ambiente era tenso y la cara neutra de Homer no ayudaba en nada.

-Hay temas que tratar Carlotita.- suspiró.

'Carlotita'. Solo usaba ese apodo cuando había algo que no sabía como decirme.

Tomás se acercó a nosotros dos y tomó asiento al lado de Homer comenzando a fumarse un cigarrillo como si la cosa no fuera con el.

-Como bien sabrás cuando comenzamos con todo esto de la música de forma legal hicimos papeleo que no nos podemos saltar como si nada.- Explico Homer a lo que yo asentí.

-Ves al grano Homer.- Lo miré seria. -Si vas a decirme que tengo que abandonar el estudio solamente dilo.- Me cruce de brazos.

-No es eso. Seguirás trabajando conmigo y con los chicos.- Se sentó a mi lado en el sillón y me miró a los ojos. -Tú querías dejar de trabajar para Tomás como c.r.o y como su parte de barderos.-

Asentí con la cabeza. No me salían las palabras para decir que era obvio que no quisiese ni respirar su mismo aire. Tampoco era necesario decirlo.

-Mauro y yo hemos intentado que entre en razones...- Sus palabras fueron cortadas por el hombre que teníamos en frente y que sólo abrió la boca en ese preciso instante.

-El contrato solo se anula si las dos partes están de acuerdo.- Fumó de su cigarrillo. -Si no cumples el contrato tendrás que pagar una penalización.-

Que cojones quería decirme. No podía ser verdad.

-Se claro Tomás.- Lo miré fijamente.

-Vas a seguir trabajando para mi te guste o no.- Sonrío dejándome ver sus dientes blancos. -En la parte que me toca de Barderos y como solista.-

Ahora entendía la llamada de Sol. El contrato. Homer y Mauro peleando con Tomás. Que todos fueran a España sin mi solo para 'visitarlo'.

-Y una mierda.- Me levante de golpe y Tomás siguió mi acción enfrentándonos cara a cara. -No voy a trabajar para ti porque no me da la gana me oyes.- Lo apunté con mi dedo. -Voy a pagarte la puta penalización y se acabó.-

Tomás sonrió una vez más y negó con la cabeza. -Es mucho dinero. Tardarías más de un año en reunir toda esa cantidad.-

Homer le dio la razón y aunque a veces soy una bocazas se merecía ser molestado con mis palabras.

-Ahora que trabajo para Ecko voy a ganar más dinero.- Volví al sillón junto a Homer.

La cara de Tomás era un poema. Ellos dos no se llevaban bien después de que pelearan por redes sociales y eso todo el mundo lo sabía.

-Cuando ha pasado eso?.- Homer Sonrió. -El chico no es de mi agrado pero trabajo es trabajo y hay que ganar mucha lana.-

Tomás nos interrumpió azotando la puerta después de salir por ella con un humor de perros.

Con Homer tenía tanta confianza que acabé contándole cómo lo conocí y lo que pasó entre nosotros. Siempre había que ponerse al día con Homer ya que era el mejor aconsejando y tirando la buena siempre.

Supongo que ahora estaba metida en un lío respecto a Tomás. Lo que menos quería era trabajar para mi ex y pasar tiempo cerca de él. Había ganado la primera batalla que era el primer contacto y aunque sabía que tratándose de él todo iban a ser guerras estaba dispuesta para afrontar todo lo que viniera. O eso creía.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora