Capitulo 15 (I)

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Cuando somos niños y vamos con nuestros padres viajando por la carretera sin duda alguna hemos experimentado algo parecido a lo que quiero describir.
Me refiero a cuando atraviesas un puente y todo se vuelve oscuridad, el auto disminuye la velocidad ya que apenas puede verse nada y algo asustado miras hacia el frente deseando que llegue todo ese agujero de luz que se ve al final.

Diría que mi vida está sumida en un puente constante donde solo puedo ver la luz de lejos pero no consigo llegar a ella.

Quizás sueno muy dramas o muy egoísta pero no me basta con trabajar para Homer y Cazzu como solistas. Ahora que no puedo trabajar con Tomás es lo que más deseo.

-Quítale ese jodido ordenador ya.- Refunfuñó Sol un par de metros detrás mía.

Me encontraba en casa de Homer y Sol. Había venido para pasar la tarde y prepararnos para una cena donde estarían todas las personas del género urbano. Se supone que eso sería bueno en un futuro ya que ir haciendo lazos daría paso a feats y colaboraciones en la música muy importantes para la escena. Yo había sido invitada porque a algunos les gustaba mucho mi trabajo con la cámara.

-Estoy de acuerdo con Sol en que deberías dejar de ver ya ese maldito vídeo.- Homer se sentó al lado mía y miró la pantalla suspirando.

Tomás había sacado en YouTube 'beso amargo' hace un par de horas y lo había visto ya como diez veces. No sé si por rabia, nostalgia o frustración.

-Ya saben lo que pasó esa noche.- Hablé para ambos. -Solo déjenme hundirme tranquila en mi pozo de mierda.-

Con sus grandes manos Homer cogió el portátil y lo cerró alejándolo de mi.

-No lo ahogo en la ducha porque con esta maravilla grabas todas mis joyas Carlota.- Se levantó del sofá y bajo mi atenta mirada lo subió arriba de un mueble. -Se queda aquí todo lo que queda de día.-

Sol río ante la faceta de hermano mayor que Homer tenía conmigo. Yo también reí por su actitud.

-Me abruma la idea de que vaya a estar en un mismo sitio con Ecko y Tomás.- Dije mientras me ponía de pie junto a sol y me servía una copa de vino.

-Boluda que puede pasar si se agarran a las piñas.- Me miró divertida.

-Lo parto al medio si toca a mi hermano.- Dijo Homer. -Entiéndeme wacha.- Respondió cuando lo miré.

Yo solo asentí sonriendo. -Esperemos que nadie muera esta noche.

NARRA TOMÁS

Estaba de pie en la barra con los pibes tomando unos tragos mientras esperábamos al resto. La fiesta era en el salón enorme de un hotel, nada del otro mundo pero servía.
No voy a negar que miraba constantemente a la puerta; sabía que Carlota iba a venir y eso me mantenía ansioso.

Un cosquilleo me recorrió el estómago cuando la vi entrar con Homer y Sol; llamarla diosa se quedaría chico.
Llevaba un vestido negro ceñido al cuerpo con unas botas del mismo color. Sus tatuajes adornaban sus piernas de una manera que volvería loco a cualquiera. Su pelo bien peinado caía por su espalda y aunque no usaba más que el maquillaje justo aquel color granate en sus labios solo me incitaba a buscar alguna excusa para besarla.

Siempre me había gustado observarla desde nuestra cama mientras ella se alistaba; realmente la observaba siempre porque me gustaba en todas sus formas y me hacía sentir orgulloso que una piba así quisiera estar a mi lado. Esta noche solo sentía que quizás tendría que partirle la cara al que intentara algo con ella.

-Re virgen el Cenfe.- Troca rió. -Deja de mirarla wacho.-

Yo solo lo miré mal y bebí de mi bebida.

Cuando se acercaron a nosotros todos nos saludamos; a excepción de Carlota y yo claro.
Fuimos a la mesa que tenía nuestros nombres.

Era una mesa redonda por lo cual todos podríamos vernos y charlar tranquilamente.

Cada sitio tenía su nombre. Obviamente todos iban sentados en parejas.

Miré la mesa y celebré internamente cuando vi que su nombre estaba al lado del mío. Estaba muy molesto con ella pero esas piernas estaban mejor cerca mía.

Todos nos miraron y vi como ella apretaba con sus uñas pintadas de negro el respaldo de la silla.

-Si tanto van a mirar pueden cambiarme el sitio.- Dijo sería. Yo solo intenté no reírme.

Nos sentamos y empezaron a servirnos las bebidas. Media hora más tarde la mesa ya estaba llena de vinos y cervezas. Nuestra especialidad más que cantar era beber eso estaba claro.

-Está joya tu nueva canción Tomás.- Dijo Duki a lo que Mya le dio un golpe bajo la mesa sin disimulo alguno.

-Lo escribí cuando volví de España. El mejor hasta la fecha amigo.- Contesté de manera sincera.

Mya miró a Carlota y le guiñó un ojo haciendo que ella sonriera débilmente.

La cena pasó agradablemente entre risas y charlas de cada tema que se nos pasaba por la mente. Poco a poco Carlota estaba más relajada y eso me hacía sentir un poco mejor.
Troca y el Duko no paraban de decir tonterías que provocaban la risa de mi wacha y ese sonido era una maravilla para mis oídos.

Me disculpé con todos y fui al baño; había tomado mucha cerveza y no aguantaba más.

Supongo que la suerte no me acompaña una mierda cuando vi al estupido de Ecko lavándose las manos y mirándose al espejo; tremendo idiota.

El me miró a través del reflejo y sonrió de una manera no muy agradable.

-Supongo que la noche se puso interesante.- Dijo de la nada.

Si no tuviese mi pene fuera y estuviera meando le partiría la cara. Mearle encima también era una buena opción.
Decidí ignorarlo y cuando terminé de mear me puse en el lavamanos que estaba al lado suyo.

-Quien nos iba a decir que Carlota tú y yo estaríamos en una misma cena.- Volvió a hablar.

Esta vez si lo miré y seguía con esa puta cara de estúpido de siempre.

Me sequé las manos y pacientemente hablé.

-Si le haces pasar una mala noche simplemente voy a matarte Ignacio.- Le sonreí.

El maricón se alejó de mí y cuando estaba a punto de salir por la puerta me respondió.

-Todo lo que yo quiero hacerle solo la haría gritar y no por algo malo precisamente.- Sentenció y se fue.

Hijo de puta.

Volví a la mesa y me senté de mala gana; todos me miraron pero ninguno dijo nada a excepción de Carlota.

-Lo he visto a lo lejos salir de los baños.- Me miró. -Eres impulsivo por naturaleza pero esta noche ignóralo.- Me dijo muy seria.

Iba a responderle pero volteó su cara hacia el frente y dejó de prestarme atención.

Opte por seguir con el buen momento que estábamos pasando y dejar a un lado que ese pelotudo solo quería enfrentarme para distanciarme más con Carlota.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora