Capitulo 37

588 32 4
                                    

Después de tres horas de grabación, muy entretenidas por cierto dimos por terminado el vídeo. Todo había salido a la perfección.
Todos aplaudían y festejaban por el tremendo trabajo que habíamos hecho.

De un momento a otro estábamos caminando todos juntos hacia un boliche que había cerca. Echaba de menos las fiestas en casas de gente que ni conocía como solíamos hacer antes de mudarnos a Buenos Aires.

-La cosa es, no nos separamos en toda la noche y por favor nada de peleas.- Mya nos abrazó por los hombros mientras caminábamos.

-Esta noche seré su guardaespaldas chicas. No quiero que Tomás y Mauro me corten las pelotas.- los tres reímos com aquel comentario.

Llegamos a la casa y ya estaba repleta de gente. Cada uno tomó su camino menos Homer, Mya y yo que prometimos mantenernos juntos.

Una chica se acercó con una bandeja de chupitos de colores en forma de bienvenida y tomé tres seguidos.

-Aguanta hermana. Acabamos de llegar.- H habló por encima de la música.

Negué con la cabeza y agarré otro bebiéndolo al instante. Mya me pasó un vaso de fernet con coca.

-Podrías dejarme tu teléfono H?.- Me miró sin entender. -Capaz Tomás a ti se te responde las llamadas.- Me pasó el teléfono desbloqueado y prometiéndoles que en poco rato volvería salí a la calle para hablar con Tomás.

Un tono..dos tonos..

-Que pasa hermano.- Su voz inundó mi cabeza. Una especie de ira invadió mi cuerpo. Porque a Lucas si le respondía pero a mi no.

-Que decepción que no sea H verdad?.- Hablé en tono burlón. -Si llego a saber que lo único que estabas haciendo era pasar de mí no habría insistido tanto.-

Tomás suspiró. -Amor..- Lo corté. -Amor las pelotas Tomás.- Tuve que apoyarme en un coche que había estacionado, igual si había bebido demasiado en poco tiempo.

-Te juro nena que tenía pensado contestarte..- Un chico que iba medio borracho me hizo señas con la mano para que le diera fuego y le pasé mi mechero. Prendió su porro y tras decir un 'Gracias' volvió por donde había venido. -Quien es ese Carlota, estás con un pibe?.- su tono era serio.

-No estoy con ningún tío Tomás. He venido a una fiesta con Homer y Mya pero aquí estoy.- Suspiré. -Amargada intentando hablar con mi novio.-

Su risa me puso aún más nerviosa. -Desde cuando te amargo nena?.- chasqueo la lengua.

-Lo que me amarga es que pases de mi. Me hiciste prometer que hablaríamos, que sería como si no estuviésemos lejos...- patee un vaso que había en el suelo. -Y ahora te siento más lejos que nunca.-

-Y todo esto por estar unas horas sin hablar, deja de flashar guacha que somos los de siempre.- Su voz sonaba desesperante, lo estaba cabreando.

-Vale Tomás. Perdóname por necesitarte siempre y por ser yo la que si que te quiere.- Elevé la voz. -la culpa es mía por pensar siempre que vas a dar lo mismo que yo.- Prendí un cigarrillo.

-No te atrevas a decirme que no te quiero me oyes.- Ahora era él quien elevaba la voz. -Te viene muy bien toda esta vida hasta que tu novio está ocupado trabajando para ir siempre detrás de tu culo.- Sentenció.

Una carcajada sincera salió de mi. -Crees que te necesito en mi culo todo el tiempo, estás muy equivocado nene, pero venga hablemos claro los dos; te piensas que soy una idiota, que no me doy cuenta como has cambiado desde que fuimos a Buenos Aires. Solo necesito descubrir el porqué Tomás Campos.- Terminé el cigarrillo y lo tiré contra el suelo. -Te pase una cagada tú verás si quieres descubrir si te paso la segunda.-

-No tengo tiempo para esto, si en dos años de relación no consigues confiar en mi es tu problema. Nos vemos cuando llegues.- y colgó.

Colgó la llamada y me quedé ahí, con la misma cara de estúpida con la que vivía cuando él decidía que nuestra relación tenía que ser así, no era el mismo Tomás del que me enamoré a base de cariño y respeto y eso lo sabía muy bien, de lo que no era consciente era de que estábamos tan mal.

Entre a la fiesta esquivando gente y le devolví el teléfono a Homer.

-Todo bien Hermana?.- En sus ojos se veía la preocupación.

-No H. Cada vez lo mío con Tomás esta peor.- Nos abrazamos. -Pero desde aquí no puedo hacer nada y no te mereces que te arruine la celebración de tu gran trabajo.- Tomé de su copa. -Pasémoslo en grande porque lo necesito si?.-

Sonrió y cogió tres vasos de chupito repartiéndolo. -Bebamos que en casa yo me encargo del cenfe.-

Juntamos nuestros vasitos y tras un 'por nosotros' de Mya nos bebimos todo lo que contenían.

Así pasamos la noche, copas, brindis, chupitos, bailes... Al principio era inevitable que Tomás viniese a mi cabeza pero gracias al alcohol y la hierba acabamos solo siendo tres amigos pasándolo en grande. En el fondo no podía ser más feliz teniendo a mis dos hermanos de no sangre conmigo.

Cuando el sol salió llevamos a Homer a casa y nos fuimos a la nuestra, el camino fue algo escabroso ya que no sabría decir quien de los tres iba más borracho. Ayudamos a H a vomitar antes de llegar a casa mientras Mya lo grababa con su teléfono para luego mostrárselo a Sol.

Por suerte Mamá y Mateo no se despertaron cuando llegamos.

-Che boluda.- Mya paso a mi habitación con el pijama ya puesto y cerró la puerta. -Déjame dormir contigo que no se dormir sin Mauro.- Soltó una risa tímida.

-Acomodate que yo tampoco sé dormir sin mi crackero.- Le abrí la parte de las sábanas donde no estaba yo tumbada y se acurrucó conmigo.

Me miró y sonrió. -Yo sé que Tomás está enamorado de ti aunque sea un desastre, solo necesitáis un garche de esos que te quitan la tensión Carlota.- Me abrazó por la cintura.

-Podemos hablar mañana de Tomás?.- Asintió con la cabeza. -Pero gracias por pensar siempre en mi hermanita.- Dejé un beso en su pelo. -Te amo.-

No recibí respuesta pero su respiración pausada me indicaba que se había quedado profundamente dormida.

Un audio de Tomás me llegó al whatsapp. Lo escuché.

<Sé que somos los mismo, con el mismo amor y las mismas ganas, perdóname por todas las noches que no he dormido contigo porque he pasado la noche sólo y ha sido una mierda. Ahora me voy a grabar nena, supongo que acabarás de llegar a casa, descansa mi perla. Te amo.>

No pude evitar sonreírle al teléfono como una imbécil. Pulsé el icono de audio.

<Estaba a punto de dormir. Duermo con Mya porque si, es una mierda dormir sin ti. Espero que pases un buen día en el estudio, Te amo gordo.>

Segundos después me envió una foto donde aparecía el con su cara de recién despertado abrazando un peluche que él mismo me regaló acompañado de un mensaje que decía 'te echamos de menos.'

Le respondí y dejé mi teléfono cargando. Me acomodé junto con Mya y contra todo pronóstico dormí plácidamente. A veces me asustaba como mi estado de ánimo dependía de él. De sus actos y sus palabras. Mi amor hacía él era así y no había de otra.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora