CAPITULO 1

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Supongo que el propósito de la vida es aferrarte a algo y creer en ello para así tener un motivo. Nos aferramos a promesas y juramentos que sabemos que nunca serán nada más que meras palabras o pensamientos que no llegan a ningún lado.

En mi caso seguía aferrada a las habladurías de un corazón roto al que un día seguí con el propósito de sanarlo y recomponerlo de por vida.
El me prometió cambiar, ser mejor. Yo le prometí esperarlo. Ambos prometimos volver a ser un 'nosotros'.

La cruda realidad es que ninguno cumplimos el trato.

Drogas, peleas y un sin fin de mujeres; así podría definirse Tomás. Desde la noche que nos despedimos no volví a saber de él. Según nuestro círculo de amistades y sus redes sociales se fue para España, necesitaba un respiro. También me enteré de que había comenzado una relación con la chica con la que me engañó, pero según la prensa la fidelidad no entraba en el estilo de vida de ninguno de los dos.

Desde el minuto uno entendí que de nada servía esperar al Tomás que una vez me amó, de hecho ya no era Tomás. El trap y la mala vida lo habían absorbido.
Cuando me enteré de su nueva relación y de su insano estilo de vida decidí que esperarlo no iba a ser una opción nunca más y después de enviarle un mensaje con cientos de motivos explicándole porque lo odiaba lo saqué de mi vida.

Decidí que no iba a cambiar mi vida en Buenos Aires por algo así y que mi trabajo y mi gente estaban por delante de todo. No podía echar a perder todo lo construido, solo tenia que hacerme a la idea de que a partir de ahora era todo por mi y para mi. Sin problemas del corazón y ataduras en vano.

Todos seguíamos siendo una familia sólo que ahora ellos delante de mí intentaban no hablar de Tomás y yo no preguntaba.

Por las noches con una botella de alcohol en la mano maldecía la fama y todo lo que conlleva tanto al famoso como a los que estamos alrededor. Fantaseaba con una vida en Neuquén. Pobres como ratas y vendiendo droga para salir adelante pero con él al lado.
Por las mañanas la resaca mezclada con un toque de realidad me decía que el problema fue él y no esta renovada y lujosa vida.
Si había gente que a pesar de cosas mayores seguían con los amores de su vida era porque si se querían, pero claro, tenía que aceptar que no me querría nunca más, que eso se acabó y no pasaría nunca más.

Algo que si ayudaba era meter a chicos en mi cama cada vez que la necesidad lo pedía, ninguno era él pero al menos me mantenía entretenida. No iba a permitirme desarrollar sentimientos por el momento, me nutría con el sexo y la lujuria de un par de buenos amantes. No me interesaba en absoluto sentirme querida, solo deseada.

Y así poco a poco todo empezó a sanar, empecé a sentirme mejor y a volver a ser yo misma, incluso una versión renovada y mejorada decidió florecer.

Ahora mi vida era así y estaba bien pero como dicen por ahí; veremos a ver cuánto dura.





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Capítulo cortito pero necesario para esta nueva temporada mi gente. Espero de corazón que les guste.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora