Capitulo 34

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Me encontraba en el estudio que Homer y Tomás tenían alquilado. Estábamos eligiendo unas fotos que días atrás le había tomado a los chicos, habían creado su propia línea de ropa 'Bardero$' y teníamos que subir la colección a su página oficial.

-Mira que facha wacha.- Homer estaba ilusionado. -Deberías ser nuestra fotógrafa toda la vida.- ambos reimos.

-Acaso dudas que voy a dejar de serlo H, pero vamos que no todo es la cámara, se os da genial esto de posar.-

Tomás estaba sentado en un sillón, tecleaba cosas en su celular al tiempo que nos ignoraba, solo lo había escuchado decir un par de 'si' 'vale'.
Estaba muy raro desde que habíamos llegado a Buenos Aires, como distante conmigo, pero según él esto de la música lo mantenía muy ocupado tanto física como mentalmente.

-Cenfe tú piba se está tomando muy en serio esto como para que no hagas caso.- Homer le lanzó la gorra que traía puesta. Bloqueó su celular y lo guardo en el bolsillo de su pantalón acercándose a nosotros.

-Mi piba es la mejor y eso lo sé, no me rompas las pelotas.- Me besó en la mejilla causándome una sonrisa. -Ya te dije que a mi me gustaban todas las fotos, estaré bien con todas las que elijas.-

Los chicos tenían que irse a dar una entrevista. Me gustaba trabajar sola, me daba paz mi trabajo y aunque estaba encantada de pasar tiempo com Homer y Tomás también agradecía la tranquilidad y la paz del silencio.

Editaba las cientos de fotografías que ocupaban mi ordenador mientras esperaba que los chicos aparecieran en la pantalla dando comiendo a la entrevista.
Le envié un mensaje a Tomás deseándole suerte y diciéndole lo mucho que lo quería, no obtuve respuesta después de ver los ticks color azul en la pantalla.
Me preparé un té y un porro. Se había convertido en mi ritual favorito para estar en el estudio, lo bueno de trabajar por mi cuenta para los chicos es que nadie me ponía normas y podía disfrutar de estas pequeñas cosas.

Empezó a sonar Esperanza sumado a los aplausos de la gente avisando él comiendo de la entrevista. Me acomodé en la silla, cogí el cenicero y lo puse sobre mi vientre y subí las piernas al escritorio.

Los chicos estaban guapísimos, siempre con su estilo de calle y esas caras tan serias e intrigantes que tanto los caracterizaba.
La presentadora los saludo, leyó algunos datos sobre sus vidas y nombró algunos de los temas que ya habían sacado.
Homer estaba perfecto, lo abordaban con preguntas sobre cuándo estuvo en la cárcel pero supo salir muy bien del asunto, aunque aparentará lo contrario era un pibe muy educado con el que podrías hablar de cualquier tema.

-Y bueno, C.R.O... siempre has comentado que todo esto tiene una meta, a que se debe?. - La presentadora le cedió el micrófono a Tomás y este se quitó los lentes dispuestos a hablar.

-Todo el mundo sabe que no éramos los niños buenos, la vida no era fácil y aún así siempre hacíamos lo suficiente para vivir algo decente, pero sabes que, cuando tienes alguien por quien merece la pena abandonar toda esa vida y convertirte en alguien mejor no dudas un momento en hacerlo.- Estaba nervioso, tocaba su labio mientras hablaba cosa que hacía cuando una situación lo desesperaba.

-Podemos saber quien es esa persona?.- la chica iba al grano.

-Todo el mundo que me conoce bien lo sabe, ella es Carlota, mi novia.-

Una gran sonrisa se escapó de mi boca, toda esta vida lo mantenía ocupado pero ver qué aún así todavía tenía estos gestos tan bonitos conmigo merecían la pena.
Acabe el porro y el té mientras ellos a su vez terminaban la entrevista. Cuando desaparecieron de la pantalla un mensaje llegó a mi móvil.

*Pensaba que te había respondido.
Me comían los nervios pero acordarme de tí     ayudó un poco, te amo.*

Y es que así era Tomás, podía parecer el ser más pasota y despistado de este planeta que siempre iba a tenerte presente si realmente le importabas.

Recogí mis cosas y me fui a casa. Hoy teníamos una cena todo el grupo, con tanto trabajo casi no podíamos juntarnos todos como antes, pero de una cena una vez por semana no podíamos librarnos.
Íbamos a asistir a una barbacoa en casa de Mauro y Mya asique prepararía una maletita con pertenencias mias y de Tomás ya que siempre nos quedábamos ahí a dormir para no coger el coche bebidos. Antes habría dado igual pero ahora había que cuidar esas pequeñas cosas.

Escuché la puerta de la entrada seguido del ruido de las llaves contra el vidrio de la mesa y minutos después los brazos de Tomás me rodearon por la cintura.

-Que pequeña la fama con el premio que tengo en casa.- Me susurró al oído.

Giré sobre mis talones y rodeé su cuello con mis manos. -Chamuyero.- nos besamos. Miré sus ojos que estaban algo rojos. -Celebración después de la entrevista?.- Reí cuando asistió con la cabeza.

-Siempre nos invitan a la mejor hierba y el mejor escabio después de estas cosas.- Se quitó la camiseta y se sentó en la cama.

Abrí el cajón de la mesita y saqué el bote de colirio. Me coloqué de pie entre sus piernas y él inclinó la cabeza hacia atrás. Le puse una gota en cada ojo para aclarar la rojez por el efecto de la hierba.

-Tengo una mamá que me cuida y una mami que me hace los mejores petes.- me guiñó un ojo y una lagrima cayó de él.

Lo golpeé en el hombro. -Eres un bobo Tomás.- reímos.

Agarró mis piernas y me sentó encima de él. -Déjame que te mime un poco antes de ir a casa de Duki.- Apretó mi culo y comenzó a besar mi cuello.

Me movía sobre él mientras me quitaba la camiseta y el entre besos desabrochó mi sostén. Me miró de arriba abajo. -Quiero saber una cosa.- No entendía una mierda solo quería coger.

-Que pasa Campos.- Acaricié su mandíbula.

-Ahora que nuestra vida se basará en conocer gente, pibes.- Arqueo una ceja. -Tengo miedo de que alguno sea mejor que yo.- Acariciaba mis tatuajes del abdomen mientras hablaba.

Levante su mentón y le di un pico en los labios. -Eres tú el que ahora va a rodearse de las mejores minas, todas operadas y exuberantes. Pero yo elijo creer que nuestro amor está por encima de este mundillo y estas cosas.- Sonrió ante mis palabras.

-Quiero casarme a los 26 y va a ser contigo.- dejaba besos sonoros por mis pechos y mi cuello. -Me muero contigo o por ti si algún día me dejas.-

Me levanté de encima de él y tiré de su brazo para que me siguiera caminando hacia el baño.

-Una cogida en la ducha y vamos a la cena?.- palmeé su trasero después de que lo dejara al aire al desnudarnos ambos.

-Por eso siempre he pensando que tu cabeza vale más que la mía.- carcajeó y me metió a la ducha para después de todo un día de trabajo hacerme suya.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora