Capitulo 17

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NARRA CARLOTA

Desde que conocí a Tomás he experimentado todo tipo de sentimientos, sé profundamente lo que es el dolor; unas veces por su culpa y otras por mierdas que me ha tocado sufrir a causa de otras personas. Nunca me imaginé que el amor podría doler tanto y que dos personas podrían ser tan destructivas estando enamoradas.
Lo que tampoco imaginé nunca es amar de una manera tan fuerte y real, enamorarme tan perdidamente en tan poco tiempo; porque a decir verdad creo que me enamoré de Tomás desde la primera vez que lo vi.
Es de locos como a pesar de todo estamos aquí, en un avión privado rumbo a España, luchando por una relación que nunca parecerá perdida porque siempre encontramos la manera de volver el uno al otro.

Estos aviones parecen sacados de revistas de lujo, máquinas vistosamente imponentes que por dentro cubren cualquiera de las necesidades que puedes imaginar.

Observo a Tomás dormir sobre mis piernas mientras estamos sobre unos asientos plegables y sé que mi sitio es aquí, el es mi hogar y todo será suficiente si estamos juntos. Obviamente no voy a decirle todo esto a él porque esta vez necesito ir con cautela para que todo salga bien; pero lo que siento pide ser sacado a voces de dentro de mi.

-En que piensas nena?.- La voz somnolienta de Tomás me saca de mi trance. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no noté cuando se despertó.

Se estira y pasa de estar en mis piernas a estar sobre mi pecho, ayuda que sea delgado porque sino me estaría aplastando.

-Ey... Que pasa?.- Me acaricia la mejilla.

-Sólo pensaba en cómo siempre acabamos así, juntos.- Sonrío y le besó la mano con la que me acaricia.

-No puede ser de otra manera.- Se acomoda arrastrándome con el de tal manera que ahora soy yo la que está completamente encima de él.

-Y si algún día esto acaba para siempre?.- Lo miró seriamente provocando que él sonría.

-Pues significará que alguno de los dos ha muerto, si no imposible.- Contesta de lo más natural provocando que me ría.

Y esto es lo que más me gusta de Tomás Manuel Campos, la facilidad que tiene para llenarme con unas cuantas palabras. Nunca podré olvidar las cosas buenas que ha hecho por mi aunque eso significara hacer cosas malas.

-Cuánto tiempo estaremos en España?.- Entrelazo mis piernas con las suyas.

-Sólo tengo que grabar el vídeo, si quieres estar más tiempo podemos hacerlo nena.- Coge mi mano y juega con ella con sus dedos.

-Hablando del vídeo... necesito que tratemos todo de forma profesional, allí nadie me conoce y no quiero parecer sólo la que se folla a C.R.O.- Suelto de una. No sé cómo se lo tomará pero necesitaba decírselo.

-Te follas a C.R.O?.- Se ríe. -Nena me tienes a dos velas.-

Le doy un codazo en el abdomen haciendo que se ría más fuerte y noto como mi cara empieza a coger temperatura a causa de la vergüenza.

-Esta bien no te besaré delante de nadie para marcar territorio.- Sonríe. -Pero si alguno va de listo no pienso ser un tipo agradable.- Suspira.

Con ambas manos agarro sus mejillas y pasó la lengua por sus labios, entre abre un poco la boca y comenzamos a besarnos, es un beso lento y bonito que poco a poco va subiendo de intensidad.

Posa sus manos sobre mis nalgas y me aprieta contra su masculinidad que poco a poco va aumentando de tamaño y le respondo frotándome contra él provocándole que respire pesadamente.

La temperatura dentro del avión sube de grados cuando mete una mano por mi sudadera y acaricia mis pechos por encima del sujetador.

-Si me paras ahora me muero reina.- Me habla al oído mientras muerde y chupa el lóbulo de mi oreja.

-Entonces no pares Crackero.- Sonrío mientras le desabrocho el pantalón vaquero.

Con su ayuda cuelo la manos por sus bóxers y comiendo a acariciar su miembro que ya está completamente duro. cierro mi mano al rededor y comienzo a subir y bajar mientras nos devoramos la boca.

Yo hablando de ir despacio y aquí estoy masturbando a mi ex y futuro novio a no sé cuantos pies de altura.

-Oh Dios... perdón.- Una voz me deja paralizada y cuando me giro veo a una tipa con ropa de azafata cubrirse la cara.

-Que mierdas ocurre.- Habla Tomás con voz molesta. Lo miro con los ajos bien abiertos y el sólo tiene la frente arrugada a causa del enfado.

-Vamos a aterrizar señor campos.- La chica habla avergonzada y se va.

Escondo la cabeza en su cuello y suspiro. Me arde la piel y tengo las bragas encharcadas, seguro que mis mejillas están rojas y mis labios hinchados a causa de los besos efusivos.

Aún conmigo encima Tomás se acomoda la erección dentro del pantalón y se coloca bien la ropa.

-Me duele la pija.- Me susurra haciéndome estallar en risas provocando que él también se ría.

-El universo quiere que sigas castigado sin sexo.- Le saco la lengua.

Una vez el avión ha aterrizado bajamos nuestro equipaje y subimos a un coche que nos llevará del aeropuerto al hotel. Miro emocionada por la ventana cada cosa o personas que nos cruzamos.
Sinceramente no pensaba volver a mi país porque todo lo que me importaba lo tenía en Argentina, pero ahora estoy aquí de nuevo, aunque no por mucho tiempo si con la persona deseada.

Estoy pegada a la ventana observando el paisaje y noto como el cuerpo de Tomás se ajusta al mío mirando exactamente a donde miro yo.

-España es bonita.- Dice y yo sonrío asintiendo con la cabeza.

-El videoclip estaba previsto ser grabado en Buenos Aires, pero lo nuestro cambió su rumbo y pedí que fuera aquí para traerte sabes.- Dice de forma natural.

Lo miro sonriendo como una niña pequeña. -Has hecho este viaje para mi?.- Con ambas manos me cuelgo de su cuello y él me coge gustoso de la cintura.

-Bienvenida a casa mi Reina.-

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora