Capitulo 15

1.2K 58 0
                                    

-Voy a morir wachos, no debí cenarme medio restaurante.- Se quejó Franky y todos reímos. Apostó con Troca quien podía comer más y tuvimos que pararlos antes de que cometieran una locura.

-Igual ahora podemos ir a tomar un heladito mi amor.- Tomás acarició el abdomen de Franky juguetonamente. -Hay que alimentar al bebé.- Se carcajeó de su propio chiste.

-Déjense de joder y busquemos un buen antro, estamos de vacaciones y todavía no estamos en pedo.- Mya sentenció y Mauro felicito a su novia por tener la mejor idea hasta el momento.

Entramos en un local que a simple vista parecía un bar, pero cuando salías a lo que parecía ser una terraza te dabas cuenta de que la fiesta era al aire libre, todo el suelo era césped, bombillas de todos los colores rodeaban el lugar junto con una decoración hawaiana preciosa. Había un escenario bastante grande y lo que parecían cuatro barras. El ambiente parecía ser de nuestro estilo y veníamos dispuesto a pasarla en grande.

Copa tras copa, chupito tras chupito, había perdido la cuenta de las veces que habíamos brindado pero bebidas de todos los colores pasaban por mis manos.

-Un jagger redbull, por favor.- pedí a la camarera y espere que me lo sirvieran jugueteando con el dinero. -Ya está pagado, ese chico de ahí invita.- dirigí mi vista donde señaló la chica y un chico rubio me estaba sonriendo desde el otro extremo. Se acercó a mi. -llevo toda la noche mirándote y no has parecido darte cuenta, me llama Marcos.- Me dió dos besos. -Supongo que Gracias, Marcos.- no quería resultar desagradable, pero ahora que estaba mejor con Tomás no iba a tirarlo todo a la basura con un desconocido. -Tengo que volver con mis amigos, pero gracias otra vez.- Le dediqué una sonrisa. -No creo que por una charla tus amigos vayan a perderte la pista, cuál es la prisa?.-

Me incomodaba tanta intensidad, asique me limité a palmear dos veces su brazo y dirigirme donde estaba mi grupo. -Todo bien amiga? Te he visto hablar con un chico.- Julieta me habló en el oído. -Tranquila beba, solo era una pesado que quería charla.- le resté importancia.

-Cuidado cenfe porque quieren robarte a tu wacha.- Gritó Mauro a lo cual Tomás sólo negó con la cabeza riendo y me guiño un ojo.

Sé de sobra que en otra situación Tomás habría intentado marcar territorio pero ahora sabía que no podía jugar con fuego.

La noche pasó rápido, un baboso intento pasarse de listo con Mya tocándole el culo y los chicos acabaron a las piñas con un grupo de milipilis, nos echaron de la fiesta y mientras nos reíamos de lo anterior sucedido volvimos al hotel.

Junté las dos camas y las preparé como si fuera una sola mientras Tomás y H cambiaban sus cosas de habitaciones. Si tenia que compartir habitación con mi wacho lo iba a hacer bien, pasara lo que tuviera que pasar.

Tomás se sentó en la cama y me sentó encima. -Te vi rechazar a ese pibe en la fiesta.- Acomodé los mechones de pelo que se le bajaban hacia la cara. -Si quieres puedo volver a esa fiesta y pedirle el número.- El sólo río y se escondió en mi pecho dejando un sonoro beso en la piel de mi escote descubierta. -Ni loco te dejo volver ahí nena.-

Estuvimos recordando buenas anécdotas de esa misma fiesta mientras reíamos, habían metido a Troca en la piscina que había y todo el equipo de seguridad tuvo que ayudar a sacarlo.

-Hablemos de nosotros, no quiero retrasarlo más.- se desnudó para ponerse un pantalón corto deportivo y me pasó su camiseta para que me la pusiera de pijama, solo eso y un tanga cubría mi cuerpo y me encantaba.

-Dime toda la verdad, me da igual que tenga que aceptar o que tenga que saber, pero dime la verdad.- me senté en la cama a modo de indio.

El se puso delante de mi aún de pie y se quitó el apósito que llevaba en el hombro, pude visualizar como una herida bastante redonda cicatrizaba en su piel y me puse de rodillas para verlo más de cerca.

-Es una herida de bala, Carlota el día que iba a ir a recogerte al trabajo primero tuve que hacer un par de entregas con Homer, una no salió del todo bien y acabamos a tiros con la otra gente, como puedes ver una me dio.- Yo no sabía que decir, lo dejé continuar. -Quería acudir a ti, acabábamos de pasar nuestra primera discusión y tenía tantas ganas de verte, pero luego pensé que igual te asustarías y no me querrías ver nunca, tenía miedo, no quería ser eso para ti, sé que cuando estoy contigo todo es bueno, pero no puedo abandonar lo que verdaderamente soy.- Lagrimas comenzaron a caer por sus ojos y tragó saliva. -Me dolió más dejarte tirada todo este tiempo que el balazo, pensar que por mi culpa podrías pasarlo mal me mata por dentro, pero a la vez quería ocultarte toda la mierda presente en mi vida.-

Lo abracé como si con mis brazos pudiera sanar todas sus heridas, era consciente de quien me estaba enamorando y por él estaba dispuesta a ser la persona más valiente de este planeta.

-No vuelvas a abandonarme, no cuando quiero ser tú refugio, habríamos arreglado esto como fuera.- Acaricié su herida. -Juntos. No me importa si vendes, como si quieres robar, pero por favor no huyas cuando todo va mal.- Empecé a llorar. -Y si llegas a morir Tomás; y yo odiándote pensando que no me querías, no me hagas eso más por favor, para mi no eres un monstruo, eres un chico saliendo adelante en una vida difícil, eres todo lo que quiero Tomás Campos.-

Abrió los ojos con sorpresa al oírme decir que lo quería, pero no mentía, realmente lo quería, no llevábamos media vida juntos, pero era lo más intenso que había vivido en mi vida; y que quería seguir viviendo, ya no había vuelta atrás, le había hecho un hueco en mi corazón y no habría balas ni barrios jodidos que nos separasen.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora