Capitulo 19

499 22 10
                                        

NARRA TOMÁS

En este viaje yo tenía pensado no solo hacer negocios, grabar 'Tu nombre' con Recycled era una oportunidad muy buena, lo que más me convencía era el hecho de que traería a Carlota conmigo, todo esto que tenemos se reforzaría y volveríamos a casa más juntos que nunca.
Quién me iba a decir a mí que estaría en la cama del hotel peleando con mi reina porque el estúpido de Selecta ha decidido que le gusta mi mujer.

Ella está enfadada, la conozco, da vueltas por la habitación dejando cosas de un lado para otro y en ningún momento se voltea a mirarme.

-Y si solo lo olvidas y ya nena.- Le digo con voz suave.
Sé que la he cagado y ahora me tengo que joder con lo que venga.

-Y si solo lo olvidas y ya nena.- Repite lo mismo intentando imitar mi voz. -Claro que no lo olvido y ya nene.- Resopla. -A mí que mierdas me importa si yo le gusto a un pibe o a dos.-

Un ataque de risa me invade y solo consigo que me mire de una forma horrible.

-Eres un celoso de mierda para lo poco novios que somos, ¿Cierto Tomy?.- Me mira con la ceja elevada y los brazos cruzados.
Sé que le ha jodido que le dijera que le estaba prestando mucha atención a Selecta y ahora solo quiere contraatacar.
-Quizás tienes razón, no es un chico feo y llevo tiempo sin estar con un Español.- Sonríe. -Debería aprovechar que he venido soltera a España.- Me dice mientras una guerra de miradas se disputa entre los dos.

Me levanto de la cama y camino hacia ella, no quiero pelear pero un leve calor recorre mi cuerpo después de escuchar todo eso.

-Deja de hablar mierda nena.- Sonrio nervioso. -Se supone que andamos arreglando lo nuestro.- Intento agarrarla de la cintura pero se aleja de mi.

-No vamos a arreglar nada si sigues con esos celos.- Me apunta con el dedo. -Tu problema es que piensas que soy como tú pero la diferencia es que yo nunca te he engañado.- Me dice y se encierra en el baño dando un portazo y poniendo seguro a la puerta.

Será muy bonita pero cuando se siente atacada puede ofenderte como la que más.

Doy vueltas por la habitación algo nervioso y cuando escucho el agua de la ducha me vuelvo a sentar en la cama. Ella sabe cuánto odio que me dejen con la palabra en la boca y lo ha hecho después de un golpe tan bajo.

Después de quince minutos se deja de escuchar la ducha y sale completamente desnuda con el pelo suelto y mojado. No consigo recordar porque estábamos enfadados y sé que ella tampoco quiere seguir con eso, quiere solucionarlo y por eso pasea su maravilloso cuerpo por la habitación en vez de taparse con cualquier cosa.

-Sabes...- Me mira y conecto mi mirada con la suya. -Me duele un poco la mano, ¿Podrías ponerme crema?.

Camina hacia mí y se queda parada en frente extendiéndome el bote de crema que agarro gustoso. Ella no dice nada, solo me mira atenta mientras yo trago saliva, sabe que llevo días que necesito un buen revolcón y no quiero ponerle esta jodida crema, quiero estamparla en la cama y hacerla mía.

Decido ir al punto, sé que ella está como yo y es mi deber hacer que suceda algo que simplemente deseamos los dos. Me pongo un poco de crema en las mano y comienzo por sus pechos, masajeo y aprieto haciendo que su pezones se endurezcan y ella suelte un leve gemido.

Y ese sonido es suficiente, no puedo más.

Sin que ella se lo espere la agarro y en menos de dos segundos la tengo tumbada en la cama, la observo como un animal hambriento observa a su presa y me arrodillo colocando la cabeza entre sus piernas. Observo y huelo todo aquello que tanto ansiaba y sin pensármelo dos veces comienzo a lamer como un enfermo.

Aprieto sus muslos mientras me pierdo ahí abajo y vuelvo a la realidad cuando ella con una de sus manos tira de mi pelo mientras grita mi nombre y un líquido caliente y delicioso empapa mi boca, lo recibo gustoso y voy dejando besos desde sus caderas hasta su cuello esperando que su respiración se tranquilice.

Comienza a desnudarme mientras nos besamos, está algo nerviosa se lo noto en los ojos y en lo torpe que son sus movimientos al desnudarme.

-¿Qué te pasa nena?.- Agarro su cara con mis manos.

-Después de esto todo tendrá que salir bien porque sino será la última vez Tomy.- Contesta sincera.

Le doy una sonrisa aún más sincera y la beso de forma pausada, no se lo digo pero me juro a mí mismo que a partir de ahora todo será bueno entre los dos porque no tengo las pelotas para vivir sin ella.

Se sube encima de mí y al principio los movimientos son lentos y delicados, entre besos y miradas que dicen muchas más que cualquier cosa que podamos decir ahora mismo alguno de los dos.

Intensificando poco a poco, la habitación está reducida a gemidos, jadeos y los sonidos que producen nuestros cuerpos chocando.

La quiero y necesitaba esto de ella, no sexo de mierda que puedes tener con cualquier piba a la que ni conoces, esto es una declaración de amor e intereses en forma de placer y lujuria, estamos haciendo el amor porque somos dos personas que se aman.

-No aguanto más Tomy.- Dice mientras echa la cabeza hacia atrás.

Intensifico aún más los movimientos y hasta yo me corro cuando sus fluidos empapan mis piernas. Apoyo mi cabeza entre sus pechos dejando que todo salga y ella me acaricia la espalda acabando en un abrazo mientras nos recuperamos.

Por mi mente se cruza la loca idea de que es el momento, si no es ahora quizás no es nunca y nunca he sido una persona que se guarde lo que siente o lo que tiene para decir y ella va a tener que escuchar lo que tengo para decirle.

Aparto la punzada de miedo que me sacude el pecho y la miro a los ojos. Ella sigue ahí, mirándome tranquilamente, con las mejillas un poco sonrojadas por el calor y ese brillo de ojos que una vez le hice perder y que ahora me juro que siempre tendrá.

-Carlota, ¿Quieres casarte conmigo?.-

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora