Capitulo 12

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El fin de semana se había pasado de lo más rápido, lo pasé entero con Tomás en su departamento, lo miraba dormir con la boca entre abierta y su pelo despeinado que dejaba mechones caer por su cara y solo quería meterme en la cama y quedarme con el, pero la realidad era otra, Susana me esperaba en su amada cafetería, solo esperaba que no estuviera el imbécil de su nieto.

-Despierta Crakero, tienes que llevarme.- me subí encima de él y empecé a besar su espalda. -Voy a llegar tarde dale.-

-Donde vas con tanta prisa? Invítame a desayunar primero.- de un movimiento nos giró y quedó encima de mí repartiendo besos por toda mi cara. -Tengo que ir a trabajar, a la cafetería.- en cuanto me escuchó se separó de mí y dirigió su vista a otra parte. -No vas a ir, no después de todo.- exclamó.

-Susana no tiene la culpa de cómo es Nacho y yo necesito dinero para ayudar a mamá y Mateo en casa.- me crucé de brazos. -Vas a llevarme o no? Al final llegaré tarde.- El solo negó con la cabeza y yo me limité a soltar una risa sarcástica. -Que te vaya bien, tampoco se te ocurra venir a buscarme.- Salí del departamento azotando la puerta tan fuerte como podía. Si pensaba que iba a mandar sobre mi vida la llevaba clara, él y cualquiera.

Puse el nombre de la cafetería en el maps y comencé a caminar donde el móvil me decía, no llevaba ni 10 metros andados cuando un coche pitó detrás mía. -Donde vas Carlota? Vaya madrugón amiga.- Homer me sonreía desde dentro del coche y bajó la música para que lo escuchara mejor.

-Voy hacia la cafetería, pero parece que estoy bastante lejos y apenas entro en diez minutos.- miré desesperada la hora en el móvil. -Podrías acercarme? Te invito a desayunar.- El asintió y subí al coche. Le contaba lo sucedido con Tomás mientras fumábamos un cigarrillo y cuando llegamos freno en el estacionamiento.

-Ya sabes cómo es Cenfe, pero créeme que lo hace por tu bien, solo quiere protegerte del animal ese y cree que viniendo aquí todos los días puedes correr mucho riesgo, patéale el culo por dejarte venir andando hasta aquí, o mejor, déjame a mi que lo haga, pero créeme que lo otro lo hace porque te quiere.- Sonreí ante lo que me acababa de decir y lo abracé en señal de agradecimiento. -No puedo quedarme a desayunar, tengo que hacer una entrega, pero algún día puede que si me pase a cobrar mi desayuno.- Nos despedimos y cuando se marchó suspiré antes de entrar a la cafetería.

Ahí estaba, con su sonrisa de imbécil y una cicatriz en el labio que demostraba que había intentado besar a la chica equivocada. Dí los buenos días a Susana y cuando pasé por su lado me frenó. -Hoy sirvo yo las mesas, tú limpia todos los baños.- Susana me lanzó una mirada de pena y yo solo asentí para dirigirme a hacer mi trabajo.

Después de 4 horas deje todo como los chorros de oro y Susana tenía listo mi almuerzo. -El chico del otro día dijo que iba a almorzar contigo.- Miré y Tomás estaba esperándome en una mesa con un almuerzo para ambos. -Genial Susana, mil gracias.- Me dirigí donde él.

Se acercó a darme un beso pero lo esquivé y me senté en mi sitio. -He venido andando, hoy no hay besos para ti.- le di un trago largo al zumo que tenía delante. Él también se sentó en frente mía.

-Homer me ha llamado para putearme y me ha dicho que él te ha acercado.- Miró hacia la barra. -Que hace aquí este tipo? Ves como no tenías que venir.- Yo sólo puse mi mano encima de la suya y él me miró. -No ha mencionada nada sobre lo del otro día, solo me ha mandado a limpiar los baños, si esa es su manera de fastidiarme la lleva clara.- Tomás se puso serio. -Que ha mandado a mi novia a hacer que? Que me perdone Susana porque hoy muere ese boludo.- intentó levantarse y cuando llegó a mi lado de un tirón de brazo lo senté casi encima mío. -Tranquilízate Tomás, solo es trabajo, he accedido por Susana no por el.- Se acomodó en el asiento. -En 3 horas pasa a recogerme, sino le pediré a Nacho que me lleve a casa.- lo atraje a mi y le empecé a dar besos por toda la cara.

El bufó, con sus manos simuló tener una pistola y hacer como que disparaba a Nacho desde lejos. -Tú solo pídelo nena, que ese gato es pollo.- yo solo reí y me despedí de él cuando se fue, acto seguido Nacho me entregó de nuevo el carrito de limpieza y celebre irónicamente mis próximas 3 horas limpiando más retretes.

Oportuno. -C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora