XIX | Nueva cara

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Maeve respiro profundamente detectando el olor a tierra mojada y una próxima lluvia, Victor a su lado miraba hacia las colinas en donde los último rayos del sol se escondían detrás de ella.

La joven lo miro de reojo, era una de las pocas veces que estaban sin discutir e intercambiar una palabra, se había acostumbrado tanto a sus discusiones que estar en silencio le incomodaba.

—Lamento lo que te paso—hablo la joven, Victor la miro— Nadie se merece eso.

El chico asintió con la cabeza.

—Creí que al llegar a Hogwarts mi vida iba a ser más tranquila pero no lo ha sido, en este mes he vivido más dramas de lo que he tenido.

Victor la miro y luego apartó la mirada, Maeve se giro a verlo, quería saber más de él, era muy cerrado y nunca hablaba de él.

—Dime algo de ti, ¿Como es tu familia? ¿Cuantos hermanos tienes? ¿Cuál es tu materia favorita?— le pidió la chica.

Victor regreso su mirada a ella, quería decirle un "Callate, no quiero hablar" pero solo se limito a contestar sus preguntas aunque no tuviera ganas de hacerlo. Se recargo sobre el barandal de la torre de Astronomía y la miro:

—Mi familia es una de las antiguas del mundo mágico, mi abuelo era un villano muy temible que falleció hace mucho tiempo. Mi padre y mi tía no tuvieron una linda infancia pero eso no nos pergudico a nosotros. Somos seis hermanos, yo soy el mayor junto con mi hermana Victoria, de ahí sigue mi hermana Scarlett, mi hermana Arya y los mellizos, siempre he tenido la responsabilidad de todos ellos. Mi familia más cercana son los Malfoy, Draco Malfoy es primo de mi padre y es por eso que me llevo muy bien con ellos.

—¿Quien es tu primo favorito?— le pregunto Maeve mirandolo— Se que no deberías decirlo pero tengo esa curiosidad.

—Es Hyperon, es un dolor de cabeza pero es con el que más me llevo. Ambos somos de la misma edad— la miro— Mejor háblame de ti ¿Como es el mundo muggle? Mi tía politica Hermione Granger es de ahí pero no nos cuenta mucho y  Harry Potter no tuvo una buena experiencia en tu mundo.

Maeve pensó en su mundo.

—Es un lugar bonito, no tenemos magia pero nosotros debemos crearla.

—¿Como crean algo que no existe?— le pregunto Victor alzando una ceja.

—Con amabilidad. Nuestro mundo muggle es muy peligroso,  pero eso no te quita ser amable. No tengo hermanos y soy hija única.

Victor parpadeo ante eso último.

—Debe ser aburrido ser hijo único, no tienes con quien discutir.

—Es cierto y es muy solitario, casi no tengo amigos en mi mundo ni tampoco que este pero aquí no me siento excluida.

—Aquí tienes amigos, tienes a mi hermana y Aerys, siempre estas con ellas y yo podría ser tu amienemigo—le sonrió.

—¿Mi que?— pregunto la chica.

—Amienemigo, podemos ser amigos para platicar pero podemos ser enemigos para discutir— se encogió de hombros.

Maeve le sonrio.

—Eso me agrada— movió sus pies en el aire mirando hacia abajo de la torres de astronomía — ¿A que familia pertenece tu novia?

Victor la miro.

—A la familia Carrow, pertenece a los Sagrados Veintiocho. Y ya no es mi novia, es mi ex novia

Maeve lo miro y sintió una felicidad extraña así que alejo esos pensamientos.

—¿Que son los sagrados veintiocho?— le pregunto mirándolo.

—Son las Veintiocho familias británicas Mágicas que son pertenecientes por ser  sangre pura, mi padre llegó a pertenecer a los Sagrados Veintiocho pero tras casarse con mi madre dejó de serlo.

Maeve fruncio el ceño.

—¿Por qué?

—Mi madre no es Sangre Pura— le contesto mirándolo—Mis hermanos y yo somos mestizos.

La chica parpadeo

—¿Me llamas sangre sucia cuando tu eres un mestizo?

—Solo quería molestarte— se encogió de hombros.

La chica negó con la cabeza y luego sonrio un poco.

—¿Por qué clasifican a las personas así? Creo que todos valemos por lo que somos y no por que sangre corre por nuestras venas.

—Ideales de nuestros ancestros, creían en la pureza de la sangre y algunos lo siguen creyendo

—¿Tu lo crees?— Maeve lo miro.

Victor negó con la cabeza.

—La pureza de la sangre es una tontería, eso no te hace ni mejor ni peor persona, tus acciones determinan quien eres.

Maeve abrio los ojos con sorpresa al escuchar las palabras de su compañero, finalmente Victor Ryddle había dejado su máscara de un lado y le estaba mostrando su nueva cara. El chico se levantó del piso y tomó su escoba que estaba escondida, luego se dirigió al extremo de la torre

—Acompáñame a volar.

—No me gustan las alturas, por eso no he regresado al Quiddich.

—Yo puedo enseñarte— le sonrió el chico.

Maeve pregunto con cierto temor.

—¿Vas a tirarme de la escoba para deshacerte de mi?

—Es una buena idea pero soy más siniestro para eso, matarte de esa manera seria muy fácil—subió la barandilla negra y la miro— Vamos Maeve.

—Ya te dije que me dan miedo las alturas, además...

El chico estiro su mano.

—¿Confías en mi?

Maeve miro su mano y luego al chico, este tenía una radiante sonrisa en su rostro, con duda tomo su mano.







La gloire à mes genouxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora