XLIX | Hijos durante la guerra

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Maeve se encontraba en el baño de mujeres mientras varias lágrimas descendian por su mejilla, era la tercera vez que se hacia la prueba mágica para descartar embarazos, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver que la sustancia volvía a salir verde afirmando lo que tanto temía, la joven cayó de rodillas al piso y una sollozo de temor salió de sus labios.

—¿Por qué estas llorando?— pregunto Myrtle la llorona, el fantasma de una niña con la que Maeve se había llevado bien desde que llego.

Maeve negó con la cabeza sin dejar de llorar.

—Oye, tranquila, nada puede ser peor que estar muerta como yo— se señalo la fantasma— Sea lo que sea podrás solucionarlo.

Los ojos grises de Myrtle se colocaron en las pruebas Mágicas que estaban regadas en el piso, todas marcaban de color verde y la fantasma supo de inmediato lo que pasaba.

—Maeve— hablo con voz tierna el postelgeist y la joven la miro— Esto no es el fin del mundo, esta prueba no te ha dicho que estás a punto de morir sino que comenzaras una nueva vida junto con un pequeño o pequeña, todo tiene solución con vida pero sin ella...— se señalo y una sonrisa triste se coloco en ella— ...nada tiene sentido.

Maeve le sonrio entre las lágrimas y volvió a ver las pruebas de color verde, las señalo con su varita y las destruyó.

—¿Que voy a hacer?— le pregunto en voz baja mirandola.

—Tendrás a tu hijo y te darás cuenta que serás una gran madre.

—Tengo miedo...— murmuró mirando hacia el piso.

—Tu bebé estara bien...

Maeve negó con la cabeza.

—No de mi bebe. Mis padres, sus padres, el...— la miro a los ojos— ¿Y si no lo aceptan? Además, una guerra se aproxima ¿Como voy a tener un hijo durante una guerra?

Myrtle se coloco a su lado y tal parecía que se había sentado.

—Todos tienen hijos durante una guerra Maeve y no tiene que ser precisamente literalmente una guerra. Fluer estaba embarazada de sus hijos cuando fue tercera guerra mágica y  Hermione estaba embarazada cuando secuestraron a uno de sus hijos. Nosotras somos personas muy fuertes como mujeres, no te permitas caer.

Maeve asintió con la cabeza y paso sus manos sobre sus mejillas retirando sus lágrimas.

—¿El debe de saberlo verdad?

—Es lo correcto. Ambos serán padres.

Maeve miro hacia el techo y otra lágrima cayó por su mejilla, dentro de todos sus planes quedar embarazada no era uno de ellos pero eso no la haría querer más o menos a su futuro hijo.

—¿Y si no lo quiere?— pregunto en un murmullo.

Myrtle la miro y contesto.

—Si no lo hace, sabrás que el no vale la pena y saldrás adelante con tu hijo sin su ayuda.

Maeve respiro profundamente cerrando los ojos.

***

—Aun no puedo creer que me haya pasado esto a mi—decía Jean Malfoy al lado de Maeve—Estudie mucho para el examen y no logre sacar extraordinario.

—No debes sacar una E para ser extraordinaria Jean, lo eres para mi— le guiño el ojos James Potter y la rubia le sonrio enternecida.

Maeve apartó la vista de los dos y miro hacia el extremo de la mesa en donde observo a Victor hablando con su padre y su madre, se imagino mil escenarios en donde ella le decía que estaba embarazada...

—¿Maeve? ¿Estas bien?— pregunto Aerys Malfoy frente a su amiga—Oye, te ira bien en los exámenes— le sonrió la rubia y estiro su mano tomando la de Maeve—Eres la mejor.

Maeve apretó la mano de su amiga rubia y una lágrima bajo por su mejilla, de inmediato se la quito.

—Lo siento, estoy un poco sensible.

—Entiendo, lo que nos llega cada mes— asintió Aerys.

<<A mi no me llegara en 9 meses>> pensó Maeve y asintió con la cabeza.

Jean Malfoy, hermana mayor de Aerys y melliza de Scorpius escuchaba detrás de un periódico la platica de su hermana con su amiga, aparto la mirada de su novio y de forma discreta miro los ojos de Maeve.

<<¿Como sabias que estabas embarazada mamá? Pregunto una pequeña Jean>>>

<<Tu madrina Ginny decía que tenía los ojos muy brillosos>>

Jean entreabrio los labios al ver los ojos cafés brillosos de Maeve y luego paso sus vista a su primo Victor, algo le decía que el no tenía idea de lo estaba pasando, sonrió con ternura pensando en un bebé en la familia y sin importarle como la observará Maeve, Jean estiro su mano tocando la mano de la castaña.

—Ojalas herede tus ojos—Maeve parpadeo ante sus palabras y Aerys miro a su hermana alzando una ceja— No ha existido un Ryddle con ojos cafés, además, no eres la única que espera. Tranquila, no le diré a nadie— eso calmo por completo a Maeve.

Aerys tomó un sorbo de su jugo y se atragando al escuchar eso último.

—¿Que?— le pregunto la rubia a su hermana— ¿Acaso tu...?— luego miro a Maeve— ¿Y tu también...?

—No seas tonta Aerys— negó Jean mirando a su hermana— ¿Quieres que mi padre me mate? De por si aun no acepta del todo mi relación con James como para hacerlo abuelo.

En el otro extremo de la mesa, Serpens Malfoy y su novia Scarlett Ryddle bajaron el periódico, la chica Ryddle miró a Maeve y luego a su hermano.

—Esto será una bomba que no debe explotar aún.

El castaño Malfoy asintió con la cabeza.

—El señor Carrow matará a tu hermano — miró a su novia— ¿Como reaccionaria mi padre si le dijo que me embarazaste?

Scarlett alzó una ceja.

—Serp, yo no puedo embarazarte. La pregunta es ¿Como reaccionaria mi padre si sentera que estoy embarazada?

—¿Quieres descubrirlo?— le sonrio de lado su novio.

Scarlett negó con la cabeza y apartó su vista de su novio para colocarla en su hermano mayor.

<<¿Por que les has dicho mi papa sobre mi relación con Malfoy?>>

<<Es lo que hace la familia, algún día tendrás el poder el hacer lo mismo o tal vez no>> le había contestado su hermano mayor Victor con una sonrisa.

Cerca de Scarlett, Arya mantenía una sonrisa ante la platica que había escuchado, intercambio una mirada con su hermana mayor y ambos se sonrieron.

—¿Que planea esa cabecita Malévola?— pregunto Arya Ryddle al lado de su novio pelirrojo, Alexander Weasley.

Scarlett sonrio. Era hora de cobrar deudas con su hermano, a ella la  castigaron una semana por ese secreto y la habían desplazado de que en algún momento ella pudiera ser la sucesora de su padre, ahoraa, su hermano estaría castigado la vida entera.

La gloire à mes genouxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora