XLVI | El recuerdo mas preciado

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—¡Concéntrate maldita sea!— exclamó Golden.

Maeve miro a su hermana de reojo y apretó su varita con fuerza, llevaban horas intentando conjurar el hechizo patronus, Golden le explicó que era uno de los más poderosos aunque muchos magos no lo infravaloraban, aquel hechizo te protegía de dementores y muchos magos y brujas nunca lograban a conjurarlo.

—Maeve, solo busca el recuerdo más...

—¡Callate maldita sea!— exclamó Maeve y Golden le sonrio.

—Esto si es amor entre hermanas— le contesto la castaña cruzada de brazos.

Maeve se concentro ignorando la palabras de Golden, después de varios minutos en silencio bajo la varita y se cruzo de brazos.

—¿Que haces? ¿Te estas rindiendo?— alzó una ceja Golden.

—No, solo estoy cansada y no consigo recrear algún recuerdo que me llene de felicidad suficiente para lograrlo.

Golden tomó un sorbo de su whisky de fuego y le sonrio a su hermana.

—Mentirosa— negó con la cabeza, Maeve la miro— Debe haber uno que hayas conseguido cuando entraste a Hogwarts.

Maeve la miro y Golden alzó y bajo sus cejas con diversion

—¿Por qué me miras así?— se cruzo de brazos mirandola.

Golden se levantó y tomó la varita de Maeve, regreso a ella y se la tendio.

—Vamos, piensa ¿Que te hizo feliz en Hogwarts? Alguna situación divertida o una persona especial...— se acerco más a ella con una sonrisa— No se, alguien con apellido Ryddle

Maeve negó con la cabeza y se giro mirando hacia la ventana.

—No lo creo apropiado—contesto sin mirarla— Era tu novio y te termino por una apuesta.

—¡Ay ya Maeve!— exclamó Golden mirandola— Victor y yo ya no nos entendíamos desde hace tiempo, solo seguíamos juntos por conveniencia.

Maeve la observo fijamente, esperaba ver en Golden alguna seña de tristeza o recuerdo al hablar de él, pero no, simplemente estaba tranquila y hasta con una sonrisa.

—Además, en todo caso yo falle primero en la relacion— siguió hablando Golden— Y después lo hizo el,  nuestro noviazgo estaba destinado al fracaso— miró a su hermana— Ahora, piensa en algo y cuando tengas ese pensamiento que te haga sentir bien y feliz di ¡Expectro patronus!

Maeve movió la varita entre sus manos, pensó desde su llegada a Hogwarts. Le hizo feliz conocer a Victoria y Aerys, ambas la habían recibido con mucha amabilidad y la habían sentido perteneciente del mundo, después pensó en sus clases y lo emocionante que fue para ella aprender magia y por último pensó en Victor, su sonrisa de lado y sus ojos tan oscuros que lograbas reflejarte en ellos, la obra de teatro y el beso.

Aquello último la ruborizo y alzó la mano su mano apuntando.

—¡Expectro patronus!— exclamó.

De su varita salió una hechizo azul que se esparció por la gran habitación, poco a poco esa luz comenzó a formar una figura, lo miro fijamente y al final, una gran serpiente se creo volando por el techo, luego, desapareció tras traspasar unas de las paredes.

—¿Ryddle?— pregunto con una sonrisa pícara y Maeve la miro— Tu patronus es una serpiente, no se hasta que punto pensar bien o mal.

Maeve negó con la cabeza mirandola.

—No lo mal intérpretes.

Golden sonrio de lado, en ese momento una lechuza golpeo la ventana con su pico y la joven abrió la ventana, dejó sobre una mesa una carta y luego abandonado la habitación.

Ambas hermanas se acercaron a la mesa y se miraron entre ellas.

Para: Golden y Maeve Carrow

De: Victor Ryddle dela Cour

Lord del mundo mágico y muggle.

La gloire à mes genouxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora