XX | Abuela demente

23 2 1
                                    

El aire movía el caballo castaño mientras volaban por las calles de Londres, era maravilloso ver el mundo desde las alturas, Victor movió la escoba en picada bajando cerca del palacio de Buckingham, Maeve estiro su mano cerca del gran río y sintió la frialdad del agua en su mano, sonrió un poco.

—¿Pueden vernos?— pregunto Maeve cuando pasaron cerca de varias personas.

—No, coloque una hechizo invisible, solo los magos pueden hacerlo.

El joven movió la escoba de un lado ya chica grito abrazándose de el, una sonrisa se coloca en Victor pero no digo nada. Unos minutos más tarde llegaron a una gran mansión, Victor ayudó a bajar a la chica quien parpadeo mirando el lugar con fascinación

—¿Esta es tu casa?

—Si, aqui viven mis padres, probablemente mi madre esté en casa tal vez te la presente.

—¿Tal vez? Es decir que tal vez no me la presentes.

El chico la miro.

—Dije tal vez porque no si este aqui, muchas veces esta con Astoria Greengreas, una amiga de mi madre o con Pansy Parkinson, desconozco si esta en casa— señalo la entrada.

Los dos subieron los escalones hasta llegar a la gran puerta, un ser de ojos saltones abrió la puerta y Maeve soltó un pequeño grito ocultándose detrás de Victor.

—No te asustes, el es Fluffy— presento al pequeño ser— Anteriormente llamado eldo domestico pero mi tía formó P.E.D.D.O, una sociedad que los protege de las injusticias de los magos.

Fluffy, el elfo domestico hizo una pequeña reverencia y miro a la chica.

—Al fin el señorito Victor entendió que ella no es para el— festejo el ser.

—Ella solo es mi amiga Fluffy, no es mi novia. Se llama Maeve.

La chica le sonrio al elfo y este a ella, luego el ser miró a Victor. "Señorito" Pensó la chica en algo con que molestarlo.

—Su novia me cae mal, siempre nos trata mal y nos mira con desprecio, hasta su madre le cae mal.

Victor sonrió un poco, no era algo extraño que su madre no le agradará Golden.

—¿Esta mi abuela?

—Bellatrix esta jugando a ahorcados.

Victor alzó una ceja.

—Dime que no es con personas.

—Oh no, su padre le ha prohíbo que juegue con las personas, ella compró unos muñecos de algodon en MercadoMagico.com

El elfo se dio media vuelta para guiarlos por la mansión, Maeve miro el interior con asombro, era muy lujosa y había fotografías de la familia, en una pared había una de un hombre de ojos azules junto a una mujer de cabello rizado, ambos con una sonrisa.

—Mis abuelos— señalo a la mujer— A ella la conocerás ahora y el murió.

Maeve lo miro.

—Lamento la muerte de tu abuelo.

Victor miro a Tom Ryddle e hizo una mueca.

—Ni mi familia ni el mundo mágico lo lamentan mucho, cuando lo conozcas sabrás que no debiste decir eso...

—¡Pero si es mi niño favorito— hablo una voz desde las escaleras, ambos jóvenes miraron y Victor sonrió, Maeve miro a la mujer de rizos negros que descendió por las escaleras y abrazo al  chico— Hace mucho que no vienes a casa, desde que sales con esa niñata mimada que jamás me caerá bien, muchas veces estuve tentada en lanzarle un  crucio pero me decía a mi misma "Belltrix Black, no te metas en problemas"

—Entonces celebra porque ya no salgo con ella—le contesto el chico con una sonrisa.

Bellatrix sonrió ampliamente ante esa noticia y luego sus ojos negros se posaron en Maeve.

—¿Y ella quien es?

—Es una amiga abuela, se llama Maeve y no vayas por el libro de apellidos mágicos porque no la encontrarás ahí.

La mujer exclamó un "Oh"

—Eres muggle— hablo mirando a Maeve.

—Así es, Maeve Romanoff — se presentó.

Bellatrix la miro por algunos momentos y luego acepto la mano de la chica, sus hijos le habían hablado mucho de no juzgar a las personas por su tipo de sangre. O bueno, eso intentaba.

—¿Que te trae por aquí?— le pregunto su abuela a Victor cuando se sentaron en la sala— Dime que no embarazaste a la chica y piensas huir de tu padre.

Maeve, quien había aceptado un vaso con agua tosió al escuchar las palabras de la mujer.

—No abuela, si embarazara a alguien créeme que mi padre ya se habría enterado y este sería el último lugar donde vendria— le dio un sorbo a su agua— Solo venia a visitarte.

Bellatrix asintio con la cabeza y puso al corriente a su nieto en varios chismes de la alta sociedad mágica, Maeve dirigió su vista a varias pinturas dejando de escuchar la conversación puesto que no conocía a nadie del mundo mágico no le importaba aquel chisme, se levantó mirando el lugar, espero que Victor le hablara pero este solo asintió con la cabeza y ella le sonrio.

—Es bonita, ¿Tu y ella ya...?—le pregunto Bellatrix con una sonrisa pícara.

—No abuela no, ella y yo no tenemos nada— le contesto.

Meave observo un gato persa de color blanco sobre uno de los sillones, se acerco con sigilo y sonrió cuando el minino se dejó acariciar, sus sonrisa se borro cuando detrás de ella observo dos pares de ojos color verdes y una gran serpiente se acerco a ella, retrocedio con temor y grito.

Victor entró al lugar y la joven se coloco detrás de él.

—Tranquila, no te hará nada, es mi mascota, se llama Nagini.

—¿Por qué.. por qué...— pregunto tartamuedeando— ...tienes una serpiente de mascota?

Bellatrix entro a la sala y miro a Nagini.

—¿Ves lo que provocas? ¡Acabas de espantar a nuestra invitada!

—Es un regalo de mi abuelo—le contesto el joven y le sonrio— Y he venido por ella, es la mascota de mi padre y mía.

Maeve asintió con la cabeza, Victor se arrodillo y el gran animal se acercó a él.

—Acariciala, no te hará nada.

Maeve lo miro y luego estiro su mano con temblor, Victor la jalo y la mano de chica toco las escamas del animal, como un gato o perro que le agrada el tacto, la serpiente se tiro para ser acariciada.

—Victor no deja que le toquen su serpiente al menos que valga la pena— opino Bellatrix con una sonrisa divertida, Victor miro a su abuela entendiendo el doble sentido de la mujer y negó con la cabeza.

La gloire à mes genouxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora