XXI | Pesadillas y temores

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La pequeña Maeve jugaba con sus muñecas mientras escuchaba los gritos de su madre con su nuevo padre, luego, su madre abandono la casa sin parar de llorar y la pequeña niña la miró partir, minutos más tarde escucho la puerta abrirse y la sonrisa del hombre se engancho.

-Nos divertiremos esta noche Maeve.

Un grito se escucho haciendo despertar a Victor en su habitación, se sentó en la cama pensando que podría ser parte de sus pesadillas pero lo volvió a escuchar, se levantó de golpe y entro a la habitación, conjuro un "lumus" y miro a Maeve en una esquina llorando, aquella noche su hermana y prima habían ido de fiesta con los Hufflepuff y Maeve decidió quedarse.

-Maeve- se arrodillo frente a ella, la tomó por las hombros y la sacudio- Meave, mírame, por favor Maeve.

La joven parpadeo y miro a su alrededor, el lugar en donde estaba desapareció y la habitación de Slytherin aparecio frente a sus ojos.

-¿Estas bien?-le pregunto Victor frente a ella, la chica parpadeo dejando salir gruesas lágrimas de sus ojos y lo abrazo, no le importo verse tan débil y temerosa frente a él, Victor pasó un brazo sobre su cuerpo y ella cerró los ojos.

-Lo siento-murmuró sin separarse de el- Solo fue una pesadilla-se alejo de el un poco.

Victor paso una mano sobre su mejilla y le sonrio.

-¿Quieres hablar de ello?

Maeve lo miro y negó con la cabeza, quito una lágrima de su rostro.

-Entiendo- asintió con la cabeza el chico serpiente - Te dejo sola para que puedas dormir.

Maeve le sonrio y miro a Victor alejarse de ella, al sentirse por unos segundos sola sintió el miedo de su pesadilla una vez más y habló.

-Victor, espera- pidió y el joven se giro a verla, abrió la boca para hablar pero no sabía cómo pedir aquello- ¿Podrías...?

No pudo decir las otra palabras y se quedo con la boca abierta, la cerró e hizo una mueca. Victor alzó una ceja.

-¿Que quieres decirme Maeve?- regreso hacia ella, Maeve miro la pijama verde de su compañero y regreso su vista al chico.

-¿Podrías...?- volvió a preguntar pero las palabras se quedaron atrapadas

-¿Quieres que me quede contigo?- pregunto Victor con tranquilidad, Maeve asintio con la cabeza esperando que el chico riera y se marchara de ahí.

Victor asintió con la cabeza y se sentó sobre la cama, se acomodo sobre ella dejando un gran espacio entre ellos.

-Gracias-murmuró Maeve mirandolo- No tienes porque hacer esto, lo siento.

-No te disculpes, no me incomoda, mi hermana tenía pesadillas en las noches y tenía que quedarme a dormir con ella- se encogió de hombros mirandola-Todos tenemos pesadillas y temores.

Maeve asintió con la cabeza agradecida y cerró sus ojos sintiéndose protegida, Victor dejo de verla y miro hacia el techo, paso una mano sobre su rostro, no podía perder contra Hyperon, regreso su vista a Maeve y se acercó más a ella, observo su respiración tranquila y cerró los ojos.

La gloire à mes genouxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora