Todo lo que somos [En Proceso] #2 Bilogía Todo

Capitulo 18. Presente

MIKA

Trato de levantar mi cabeza, pero no logro hacerlo, me duele el cuello, los pechos y entre los muslos, tengo la boca seca, siento como si me hubieran golpeado con un bat de béisbol. Estoy desnuda en mi cama y una secuencia de imágenes se repiten en mi cabeza, me veo bailando en una mesa, riéndome con Esther y también algo de sangre.

¿Abre tenido el periodo o que?

Levanto un poco la sábana para comprobar, todo está bien.

Me giro encontrándome con Kol, está desnudo con la sábana cubriendo lo necesario, el brazo lo tiene debajo de su cabeza, los músculos se le marcan por la presión, su pecho se alza con cada respiración y el abdomen marcado brilla por la luz.

Con dificultad arrastro mi mano a tocar donde tiene el tatuaje de las flores azules, paseo las yemas de los dedos por la cicatriz y también por los cuadros que tiene en el abdomen, voy bajando más, hasta la V que se le marca, quiero seguir mirando y tocando, pero mis párpados se vuelven a cerrar por el cansancio.

Reacciono.

El aire de la ventana mueve la cortina, me estoy muriendo de hambre, sigo en la misma posición, no hay nadie aún lado de mi, me acomodo en la cama quedando sentada en ella, mi cabello es un desastre y me tallo los ojos para aclararme la vista.

- Al fin despertaste Rubia - Escucho la voz de Kol.

- Estoy muy cansada - Me quejo, aún tallando mis ojos - ¿Acabas de despertar?

- No - Escucho - Ya estaba despierto cuando te me quedaste mirando y me andabas manoseando.

Abro la boca por la pena que me causa el ser descubierta, quito mis manos para mirarlo y me lo encuentro aún lado de mi escurriendo de agua, acaba de ducharse, está desnudo y mi cara queda a unos cuantos centímetros de su.... Bueno, ya saben, de su miembro.

- Cubrete - Tomo la almohada y se la pongo encima.

- Mikaela, lo has tenido dentro de ti y hasta en tus manos - No le toma importancia.

Su cabello castaño cae en su frente.

- Ponte algo - Pido, aún con la almohada cubriéndolo.

Sonríe descaradamente y abre la boca para hablar, pero se distrae cuando su teléfono vibra en el mueble de a lado de la cama, lo toma y su cara de burla se borra de inmediato.

- ¿Que sucede? - Le pregunto, pero no me hace caso - Kol ¿Que pasa?

- ¿Tienes idea de quien podría estarle enviando flores a Esther?

- ¿Flores? - Lo miro confundida por qué no entiendo - ¿De que hablas?

- Le han estado enviando flores a Esther - Explica - No a sido Henry y tampoco Owen.

No entiendo a que quiere llegar con todo esto, y por qué tanta importancia a unas flores. Lo que si entiendo con esto es que Esther al fin arreglo las cosas con Henry, tendré que llamarla más tarde.

- Tal vez fue Damon - Digo - Queriendo molestar a Henry o igual pudo haber sido Luisa.

Niega.

- No fueron ellos.

- ¿Entonces quien?

- Tal vez mi padre.

Mi corazón da una punzada cuando escucho eso, Elijah me causa mucho miedo desde que lo ví por primera vez en el psiquiátrico y ahora mucho más conociendo todo lo que hizo en el pasado.

- ¿Por qué tú padre le enviaría flores a Esther? - Sigo confundida - Solo se vieron una vez y ya.

- Mikaela - Empieza - Mi padre solo vio una vez a tu madre y mira todo lo hizo.