ESTHER
Pego mi cara a la ventana como la princesa blanca nieves a tal punto de aplastar mi nariz, veo la casa de enfrente, pero no lo veo a él.
- Yo también quiero ver, Esther. - Me dice Mika que salta para estar a la altura de la ventana.
- Pues súbete al sofá. - Le señalo.
Le ayudo a subir sus piernas, ya que se le dificulta hacerlo por ser muy pequeña, se acomoda aún lado de mí y juntas pegamos la cara sobre el vidrio.
- No llegan. - Dice ella.
Estamos esperando la llegada del tío Alex, fue por papá al aeropuerto, no lo he visto desde hace muchos meses, hablamos por videollamada, pero no es lo mismo.
- Terminarán por romper la ventana si siguen así. - Nos dice mamá desde la cocina. - Ya deben de estar por llegar, no desesperen.
- Quiero ver a papá.
- Lo viste ayer.
- Hace doce horas que no lo veo. - Sigo, el vidrio de la ventana se empaña con nuestras respiraciones. - Quiero verlo ya.
- Están tardando mucho, mucho. - Habla Mika. - ¿Cuánto falta para que lleguen? - Le pregunta a mi madre.
- Son casi las cuatro, ya deben estar en camino. - Habla mientras mueve la cuchara mezclando algo que no logro ver. - Tengo que tener todo listo para...
- ¡Ya llegaron! - Grita Mika cuando se escucha el ruido del auto cuando lo estacionan.
Se baja del sofá para ir a la puerta.
- ¡Espérame! - Hago lo mismo.
Cuando llegó a su lado le ayudo abrir la enorme puerta, ella gira la perilla y yo jalo para que se abra, logramos hacerlo y salimos despavoridas para recibirlos.
- Tengan cuidado, por qué...
Mamá no ha terminado la frase cuando caemos de bruces al suelo que está lleno de barro por la lluvia.
- ¡Papá! - Chilla Mika.
Levanto mi cara pasando mis manos por ella para descubrir mis ojos y mi boca, puedo sentir el sabor de la tierra, volteo a ver a mi amiga que se encuentra igual que yo manchada de barro por toda la cara y la ropa.
- Que buen recibimiento. - Dice el padre de Mika con un tono de burla.
Papá y El tío Alex vienen hacia nosotras, el segundo levanta a Mika y el primero a mí.
- Parecen un par de vagabundas. - Nos dice papá.
Sujeto la mano de mi padre cuando la extiende para que la tome, llenas de barro entramos los cuatro a la casa donde mamá nos mira negando con la cabeza.
- Les dije que tuvieran cuidado. - Nos regaña a ambas con una de sus manos puesta en su cintura.
Ella y papá se miran como si sus ojos soltaran brillos y ambos se sonríen como cuando el príncipe Naveen mira a Tiana.
ESTÁS LEYENDO
Todo lo que somos [En Proceso] #2 Bilogía Todo
RomanceLibro #2 de la bilogía todo "Muchas veces las personas que nos hacen realmente feliz son las que están más rotas" Mi padre esta dañado, mi madre estuvo rota y yo fui creado por una combinación de ambos. A pesar de todo logré no ser una versión de é...