KOL
- ¿Es necesario que vaya mi hijo? - Le pregunta mi madre a Flynn con un tono de molestia en sus palabras.
Estábamos en Londres cuando Flynn me obligó a viajar con él para venir a Havering, Rebeca no dejo que viniera solo con él y por eso vino junto con nosotros, llegamos hace unas horas y el motivo de estar aquí es para ver a ese tipo.
- No es tu hijo Rebeca. - Miro a otro lado no queriendo escuchar la discusión. - Mi hermano quiere ver a su hijo y eso tendrá.
No me interesa verlo, lo odio y lo detesto, pero el estar aquí en Havering me causa mucha ansiedad, mi madre y mi hermano murieron aquí, también Isabela, pero lo que me causa algo de aturdimiento es el que ella esté aquí, o tal vez ya no, ya van cuatro años de lo que pasó y no la he vuelto a ver.
- Mi-hijo. - Recalca cada palabra. - Ese infeliz perdió el derecho de llamarle hijo cuando le puso una mano encima a su esposa y a él.
- Rebeca...
- No voy a permitir que cuando estén allá, Elijah quiera desestabilizar a Kol con sus idioteces. - Exclama aún más molesta. - No se para qué quiere verlo, cuando lo tuvo le hizo daño y ahora de la nada surge su amor por ser un padre después de todo lo que hizo.
- ¡Él tiene derecho de ver a su hijo!
- ¿Derecho? - Se ríe. - Tiene derecho a una muerte dolorosa y muy lenta...
- No pienso discutir contigo los derechos que por ser el padre tiene Elijah, Rebeca. - La interrumpe. - Ya es tarde, es hora de irnos. - Me da un vistazo antes de salir. - Te espero en el auto, Kol.
Sale y ahora la que se posa enfrente es mi madre cuando sus zapatos rojos los veo en el piso.
- Haré que no dure mucho. - Toma mi cara para que la mire. - No quiero que estés cerca de él ni que te haga volver a lo mismo. - Sonríe. - Después iremos a ver a tu madre y hermano.
Asiento a lo dice, desde que me llevaron a Londres no he vuelto a visitar a mamá y a Henry, los primeros días le preguntaba a Rebeca si sus rosales estaban siendo regados, no quería que las rosas se marchitaran y que su lápida fuera como todas, de esas que se olvidan y que nunca visitan.
- Tu medicina.
Me extiende el vaso con agua y el pomo de las píldoras que recibo. «Antidepresivos»
- Gracias.
Me llevo a la boca las dos píldoras que paso con el agua, me recetaron un montón de medicamentos y tendré que seguir con ellos durante varios años más, le entrego el vaso, sonríe satisfecha y deja un beso en mi frente.
- Vamos. - Me hace levantar. - Entre más pronto terminé mejor.
Abordamos el auto donde Flynn ya nos está esperando, el aire que sé cola con la ventana es diferente al de londres, todo aquí en tan familiar, trae recuerdos de mamá, de Mark, Henry, Isabela y de Mikaela, apoyo mi cabeza en el asiento cerrando los párpados, aún tengo una promesa que cumplir, y me gustaría volver a verla algún día.
Le prometí llevarla a esa lluvia de estrellas, fue una promesa de niños, pero para mí si es importante al igual que ella. Vuelvo abrir los párpados cuando el auto se detiene, y lo primero que veo son las letras grandes con el nombre del Centro Psiquiátrico Bethlem.
Mi respiración se vuelve irregular cuando bajamos y junto a los dos sin soltar la mano de mi madre caminamos por la entrada, es un camino empedrado con arbustos en los lados, y en el patio con un pasto verde muy cuidado hay unas cuantas personas vestidas de blanco siendo cuidados por enfermeras y médicos, seguimos hasta llegar a los escalones, y atravesamos las puertas de vidrio llegando a la recepción.
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Todo lo que somos [En Proceso] #2 Bilogía Todo
RomanceLibro #2 de la bilogía todo "Muchas veces las personas que nos hacen realmente feliz son las que están más rotas" Mi padre esta dañado, mi madre estuvo rota y yo fui creado por una combinación de ambos. A pesar de todo logré no ser una versión de é...