Capítulo 5

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Buenos Aires, Argentina
Junio, 2022

Leonardo:

¿Canción favorita? —le pregunté a mi amigo sin dejar de caminar entre las personas—

Estábamos yendo por unas bebidas después de haber estado un largo rato bailando

Duela lo que duela la rompe —dijo y asentí— Pero Espejo es mucho más profunda

Exacto, es que no se puede eleg... ¡Mierda!

Jadee al sentir un líquido frío sobre mi vientre después de que un pequeño cuerpo haya chocado contra mi

Oh Dios mío —se tapó la boca al ver la gran mancha sobre mi camisa— perdón, perdón

Bajé mi mirada hacia la culpable observándola, era una de las niñas que Lucas acababa de presentar

— Ana préstame un pañuelo por favor —se exaltó, pero quién se lo pasó al final fue Santiago, que no dejaba de reír— Gracias

— Toma esto —dijo pasándole lo que quedaba de su drink a la otra chica que estaba a su lado—

Discúlpame, de verdad no era mi intención —habló intentando quitar la gran mancha de mi camisa—

— Niña, tranquila —bufé pasándome una mano por el pelo— sólo estás empeorando todo

Al oír mi voz subió su mirada y se quedó paralizada

No me lo puedo creer —susurró sorprendida— Joder, perdón realmente...

Me crucé de brazos mirándola expectante

— Yo...soy Elettra —dijo rascándose el cuello incomoda— perdón por la camisa

La niña es bastante baja, su pelo es castaño y sus ojos color almendra me miraban muy fijamente

Estaba vestida con un conjunto azul

— Hola Electra —hablé sin ganas—

Santiago me dio un codazo en las costillas y me quejé en voz baja

— Soy Leonardo —me esforcé por esbozar una sonrisa y tendí mi mano hacia ella, que no dudó en tomarla—

— Si, ya lo sabía, pero bueno... es Elettra, no Electra, sin la c —explicó—

Rodeé mis ojos disimuladamente

— Es un gusto, soy Santiago —habló mi amigo sonriente tendiendo su mano—

La italiana sonrió y sin dudarlo la tomó

— Bueno ya Elettra sin la c, tengo que irme al baño para resolver el problema que provocaste —dije— Así que, con permiso

Frunció su ceño y pasé a su lado para irme, mascullé en voz baja una maldición

Hasta que alguien me detuvo por el brazo

— Oye

Era una de las otras dos chicas, seguía con la bebida de la niña en su mano, y parecía bastante molesta

— Tampoco es para que te pongas así, no fue su intención

— ¿Ya las hiciste enojar? —escuché que dijeron—

Una voz me detuvo la oportunidad de poder responderle

Mi hermano se acercó a nosotros y nos miró expectantes

— Fue mi culpa —dijo Elettra avergonzada— Sin querer le ensucié la camisa con mi bebida

— Bueno, tranquila Ele, no pasa nada —sonrió— Ven hermano, yo tengo una de reserva

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