Capítulo 60

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Ciudad de Mexico, Mexico
Noviembre, 2022

Elettra:

Seguíamos en el antro al cual el mexicano nos había llevado para festejar el éxito del show

Fui hasta la barra para pedir otra bebida y noté la cantidad de gente que había esperando

Tragué saliva sintiendo la ansiedad hacerse espacio en mi pecho, y es que amaba ir de fiesta pero las muchas personas que habían me causaban bastante conflicto

De todas maneras tuve que esperar a que el barman me diese bola

— Hola preciosa, ¿que te llevo?

No pude evitar una mueca de asco al notar como recorría descaradamente mi cuerpo con su mirada

— Una vodka red, por favor. —pedí tímidamente—

— Cariño, ¡tienes que hablar más alto, sino no te escucho!

Me sobresalté ante su tono de voz para después bajar mi mirada, joder, su aliento sabía a mierda

Ya se me han pasado las ganas de beber.

— Que quiere una vodka red, hijo de la gran puta —dijo una tercera voz gritando—

Me volteé para ver a Leonardo con mi ceño fruncido

¿Que mierda?

Este último golpeó fuertemente la barra provocando que mis ojos se abriesen

— ¿Como me llamaste?

— Hijo de puta —repitió Leonardo entredientes— Ahora llévale lo que te pidió

Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza cuando me di cuenta de los muchos hombres que me estaban mirando

Dos manos me tomaron de los hombros, con el corazón en la boca miré al directo interesado y el alivio llenó mi cuerpo al verlo

Esperamos tu bebida y nos vamos, ¿si? —me sonrió leve— Tranquila, no voy a dejar que te hagan nada

Y de alguna manera sus palabras me tranquilizaron, me sentí por fin al seguro.

Los dos controlamos con nuestras miradas como estaba preparando mi bebida para chequear que no le pusiese nada insólito

Y cuando por fin me la tendió pude soltar un suspiro de alivio.

Con fatiga logramos salir de las multitudes de hombres, y en ningún momento Leonardo había soltado mis hombros

Pero de todas maneras seguía sin sentirme muy cómoda en el lugar, rasqué mi cuello algo nerviosa

¿Quieres que te acompañe afuera?

Por favor —asentí de inmediato ante la pregunta de Leonardo—

Caminamos rápidamente hacia nuestra mesa por agarrar nuestras cosas

— Salimos un segundo —le avisé a Ana—

No me dio bola, así que Santiago fue quien terminó asintiendo

En cuestión de segundos ya nos estábamos dirigiendo hacia la salida

Solté un suspiro de alivio cuando la brisa fría me golpeó, definitivamente necesitaba esto

Cerré mis ojos respirando profundamente

¿Te molestó alguien?

Negué levemente ante la pregunta de Leonardo y le di un sorbo mas a mi vodka red

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