Capítulo 28

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Rosario, Argentina
11 de Septiembre, 2022

Ruggero:

Ayudé a mi papà a bajar las maletas de la furgoneta, me volteé y vi a mi hermano copiando mi acción con sus gafas de sol puestas

Lo conocía, sabía perfectamente que estaba llorando desde hace toda la mañana. Y lo entendía

Hoy tendría el show en Rosario pero lamentablemente antes mis padres tenían que volver a Italia.

— ¿En cuanto sale su vuelo? —preguntó Orne un tanto desanimada—

— Dos horas —contestó mi padre—

— Perfecto entonces, empecemos a entrar si quieren

Todos siguieron mi consejo y nos adentramos en el gigante aeropuerto— Bueno, vayamos ya a embarcar las maletas

Fuimos hasta el lugar y ayudé a mis padres con todo el proceso junto con Leonardo, después de ese momento decidimos dirigirnos a uno de los muchos bar presentes

Fruncí mi ceño al ver como Ana y Santiago, que iban en la cola esperando a ordenar para todos, tenían sus manos unidas y seguían abrazándose y dándose miradas como tontos enamorados

Esos dos me parece que cada día se pegan más, no puede ser.

Me voy al baño —susurró la italiana débilmente—

Fruncí mi ceño pero terminé asintiendo— Ve con cuidado... Orne, ¿la acompañas?

Sin decir nada la mayor se puso de pie y en cuestión de segundos ya se había desaparecido de mi vista con Ele

Mi papá avisó que iría a comprarse rápidamente un souvenir, y mi hermano decidió acompañarlo

Así que acá a la mesa nos quedamos sólo yo y mamá

Hijo, me gustaría hablar contigo —habló algo seria después de unos minutos—

De inmediato asentí extrañado— Dime todo

Es Elettra

¿Que pasó con ella? —cuestioné— Me pareció que te había caído bien, ahora al parecer también con Leo han resuelto y...

Me cae espectacular esa chica, es un amor —sonrió, copié su acción— Pero me preocupa

Fruncí mi ceño sin entender el punto

En los últimos días no la he visto comer nada —soltó—

Asentí con una mueca entendiendo su punto

El día de tu cumple le pregunté, me dijo que simplemente no tenía hambre, y ese mismo día al salir del baño la vi mirándose en el espejo a punto de llorar —suspiró— Soy una mamá, Ruggero. Y si hay algo de lo que me di cuenta es que esa chica no está bien

¿Piensas que tenga algún problema de salud? —pregunté débilmente— Tal vez debería de traerla a un doctor...

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