THE JOURNEY

Capítulo 53

Bariloche, Argentina
Octubre, 2022

Ana:

Era ya el ultimo dia en Bari, no quería irme de aquí, me sentía tan feliz de estar rodeada de una naturaleza hermosa que mi corazón no podía sostener

Crucé mis pies en posición indio y me apoyé sobre mis rodillas mientras miraba el lago y el bonito atardecer desde el patio de la casa

Sonreí ladeando mi cabeza y suspiré profundamente

Dios, gracias por darme la oportunidad de estar aquí, presenciando esta vista que en mi vida creí vivir jamás.

Era increíblemente impresionante

Froté un poco mis manos y vaporeé en ellas un poco de mi boca para calentarlas. Me estaba casi congelando pero no quería moverme de aquí

Todos estaban en sus habitaciones, Rugge estaba en videollamada con la productora, Ele y Orne empacaban todo a ultimo momento, y Leonardo y Santiago jugaban a la play en su habitación

Y pues como saben, Agus tuvo que volver antes a Buenos Aires

— Hola —di un saltito ante ese llamado y llevé la mano directamente a mi corazón— lo siento, no quise asustarte

Era Santiago.

— No te preocupes —susurré volviendo la vista al lago y me abracé a mi misma—

— ¿Qué haces aquí sola?

Por el rabillo de mi ojo observé cómo se sentaba a mi lado, muy cerca a mi parecer

— Miraba —contesté perdida en mi alrededor— disfrutando de esto que tanto soñé

No respondió y tampoco necesitaba una respuesta de él. Creo que en estos días aprendimos un poco a sobrellevar nuestra relación y a estar más juntos

Después de todo lo que había pasado semanas antes, al menos merecíamos estar bien con el otro. Creo que ninguno de los dos tiene la culpa, son cosas que claramente suceden en la vida y... como obvias razones, cometemos errores

Él aceptó sus errores, y yo los míos.

— ¿No se supone que estabas jugando a la play con Leonardo? —ladeé mi cabeza y lo miré—

Llevaba un gorrito negro de lana y sobre este cubría el gorro de su buso blanco, su nariz estaba un poco roja de la punta y de sus fosas nasales salía vapor en cada una de las respiraciones que hacía.

Sus ojos, sus ojos marrones estaban un poco brillosos y alrededor de ellos una pequeña hinchazón roja se asomaba.

Bendito frío.

— Si, pero le dije que si seguíamos otro día

— ¿Porqué?

— Porque... —hizo una pausa mirándome— necesitaba hablar con vos

Fruncí mi ceño y ladeé mi cabeza.

— ¿Conmigo?

— Ajá —asintió jugando con sus manos— pero antes, necesito saber como te sientes

Suspiré entendiendo a donde iba su pregunta y bajé la cabeza para responder con sinceridad

— Aunque no lo creas, me siento bastante tranquila —sonreí de lado, y me prestó toda su atención— no valía la pena seguir y seguir pensando en el pasado

— Lo sé —susurró— un pasado no muy lejano que afectó nuestra unión.

— Si, puede ser —nuevamente miré al horizonte y bajé un poco mi gorro de lana para taparme—