Capítulo 70 - Parte 2

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Buenos Aires, Argentina
Noviembre, 2022

Santiago:

Susurré cosas sobre su oído en cuanto sus manitas rodearon mi cuello, sonreí sobre su piel

— Mm —besé su mejilla y la miré— me encanta tenerte cerca

— A mi me encanta que me beses

Atrapé sus labios, besándola y devorándola mientras mis manos desnudaban su cuerpo.

Yo me encontraba en simples bóxer pero ella aún abusaba y llevaba toda su ropa

Una injusticia.

— ¿Estás consciente que eres el primer hombre que me ve de esta manera? —rió cuando bajé sus bragas tirándolas al piso—

— El primero y último, amor. —mordí mi labio mirándola de pies de cabeza—

¿Será prudente quitarle ese estorboso sujetador? Sí pero no lo haré aún

Acaricié sus piernas desnudas y me metí entre ellas para frotar suavemente mi erección que era cubierta por mis bóxers

— Hey, tú estás más vestido que yo —se quejó jadeante—

— Tendrás que soportar, porque si me lo quito después no podré contenerme y además, no traje gorrito

Soltó una carcajada y reí junto a ella

Besé su frente y bajé a sus labios lamiéndolos con suavidad y pasión

— Voy a devolverte lo que me hiciste en Las Vegas —susurré sobre sus labios mirándola a los ojos—

— ¿Qué? —dijo en un hilo, sorprendida—

— Sí, y nada de peros. Quiero complacerte

No la dejé hablar porque bajé mis dedos a su botón y sus rodillas apretaron mis caderas

— Dios —susurró cerrando sus ojos—

Bastaron unos segundos para complacerla y deslicé mis besos succionando por su cuello, el nacimiento de sus pechos que sobresalía del sujetador, su vientre y...

— ¡Mierda! —gimió tratando de cerrar sus piernas abiertas pero lo impedí deteniéndola por sus muslos internos. Arqueó su espalda—

— Quieta —la regañé—

— No puedo —chilló—

Pasé mi lengua por toda su hendidura y, sentí sus manos en mi cabello tratando de impedir de que yo me detuviera

Pero joder, claro que iba a seguir, tenía un sabor delicioso y sus gemidos creo que eran suficientes para también disfrutarlo yo como nunca

— Santiago —gimió estirando mi cabello—

— Mm, sabes muy bien —susurré mirándola desde abajo y solté un gemido al ver su manera de retorcerse de placer— demasiado

— ¡No! No pares —bajó la mirada para verme y le sonreí lamiendo mis labios cuando me detuve—

— Tranquila, seguiré, no te dejaré con las ganas

Se dejó caer sobre la cama y me deshice de mis bóxers dejándolos a un lado

— ¿Q-que vas a hacer? —preguntó cuando vio mi acción—

— Nada, solo quiero libertad... ¿o...?

— Idiota —rió ante mi insinuación—

¿Qué se repita? Sí. Por favor Dios mío

[...]

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