Capítulo 43

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Buenos Aires, Argentina
Octubre, 2022

Ruggero:

Nueve y media de la noche. Cenábamos todos juntos en la terraza de mi departamento, todo estaba siendo perfecto

Real que parecía que no había problemas.

Pero no voy a negar que últimamente las cosas han cambiado un montón

Ana y Santiago, pasaron de tener una relación tan apegada y amistosa que daba a mostrar que todo iba para algo más, se alejaron cuando sus sentimientos comenzaron a ser evidentes. Unos tontos

Elettra y Leonardo, desde el día uno se trataban como perros y gatos, no se soportaban y, si algo voy a agradecer de lo que haya pasado entre los otros dos, es que gracias a ellos, Leo y Ele se han unido un poco más.

Orne, era la única sana del grupo, real que no se metía en problemas, siempre estaba de mi lado y a pesar de las fuertes discusiones que el cuarteto tenía, ella los soportaba en todos los aspectos

Yo sabía desde el día uno que esto iba a ser difícil. Se supone que ellas tres iban a quedarse hasta que mi gira terminara, pero... yo no puedo ver una despedida acá

Simplemente no puedo imaginármelo.

— Ruggero, ¿al final te compraste la hoddie para ir a esquiar en Bari? —cuestionó Orne dejando el tenedor sobre su plato—

— Uy, estoy en eso, hace unos días fui al centro pero no lo encontré. Además me pasaron una página en línea y no he tenido tiempo de checar

— Ah, pero deberías apurarte, en nada nos vamos —dijo nuevamente Orne—

— Si lo sé, es en una semana y poco más. No pensé que estos días iban a irse súper rápido

Leonardo llegó con el postre, se trataba simplemente de unos brownies de chocolate que había aprendido a hacer gracias a TikTok

Si, no juzguen mis fuentes

— ¡Yo sirvo! —chilló la mexicana quitándole el refractario a mi hermano—

— No vayas a romperlo —atacó Leo pasándole el cuchillo, ella rió—

— No amigo, soy buena en esto

Reímos y mientras ella servía los observé a todos. Elettra sonreía sin más mirando a todos con emoción, Orne era la que se burlaba de todos nosotros, Leonardo, en sus ojos existía un brillo que cuando llegó a Buenos Aires no estaba, Santiago, estaba más diferente que nunca

Llegó de ser un chico hiperactivo, cariñoso a un chico que no tiene idea de que hacer con el amor cerrándose a su felicidad, y Ana, a pesar de que siempre era una chica feliz, en sus ojos se notaba la tristeza que le causaba estar distanciada de alguien que la recibió con mucho amor en cuanto pisó otro país

Bueno, en qué lío amoroso estoy metido.

Está muy bueno —sonrió Elettra— ¿cuántos intentos hiciste?

— Hey, me re ofende que digas eso. ¡Fue a la primera! —me defendí—

— ¿Fuente? —preguntó Orne—

— Seguramente TikTok. —contestó la mexicana en burla y me quedé callado— ¡me jodes! ¿TikTok Ruggero?

— ¡Pero salió bien! —chillé riendo— ya dejen de quejarse y disfruten de mis especialidades

[...]

Mientras la mexicana y la argentina lavaban los platos, Elettra me ayudaba a limpiar la sala, así Santi y Leo metían a la casa todo lo que habíamos usado en la cena

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