Capítulo 56

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Ciudad de México, México
31 de Octubre, 2022

Leonardo:

Si mamá, por acá está todo más que bien —sonreí— Hoy en la noche Ruggero tendrá un evento

Que lindo que estés tan feliz hijo —su voz se escuchó tan entusiasmada como siempre— Realmente, me alegra un montón que por fin hayas encontrado tu lugar

A mí también mamá —murmuré— Me siento realmente en paz

Bueno, entonces te dejo a tu paz porque me parece que tu papá está haciendo un gran quilombo en la cocina

Me reí— Chau mamá, te quiero

Yo más, y aprende a contestar los mensajes

Colgué la llamada riéndome y me fijé en la hora. Eran apenas las nueve de la mañana, acabábamos de terminar de desayunar y había decidido quedarme acá para llamar a mi familia

Los otros subieron a sus habitaciones para prepararse por el día.

Inútil decir que mi hermano ya se había puesto de insoportable por el reto que nos dictaba ser sus esclavos

¿Como se nos había ocurrido aceptar?

Sentí el frío con mi piel y decidí que lo mejor hubiera sido subir a la habitación para prepararme también

Me dirigí hacia uno de los grandes ascensores y cuando llegó me adentré en ese junto con otro par de personas

Las puertas estaban a punto de cerrarse cuando...

— Paren, paren, paren

Una voz demasiado conocida llegó a mis oídos e inmediatamente tendí mi brazo para que las puertas se abriesen nuevamente

Gracias grandulón —suspiró con su agitada respiración—

De nada, niña.

Toqué el botón del piso en que se encontraban ambas nuestras habitaciones, era uno de los últimos

Poco a poco las personas fueron bajándose y terminamos quedándonos solo yo y Elettra

Ninguno de los dos decía nada. Digamos que después de lo que había pasado las cosas habían cambiado un poco...

Para que mentir, ella ponía a la prueba mi autocontrol y eso no me gustaba para nada.

¿Que será esa estrellita?

Sus palabras me sacaron de mis pensamientos, dirigí mi mirada hacia el botón que estaba señalando. Se trataba del ultimo piso

Me encogí de hombros— Ni idea

Sin pensarlo dos veces lo tocó, abrí mis ojos

Vayamos a ver de que se trata, ¿no?

Me quiero ir a mi habitación —me quejé—

Dale grandulón —las puertas sobre nuestro piso se cerraron nuevamente— No seas aburrido

Suspiré rindiéndome ante la idea y en cuestión de segundos las puertas se abrieron nuevamente

Jodeme.

Wow —fue lo único que escuché de su parte—

Nos encontrábamos en un lugar super elegante y muy bien decorado, al parecer era un salón para fiestas privadas

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