Capítulo 72

48 2 3
                                    

Buenos Aires, Argentina
Diciembre, 2022

Ruggero:

Cerré mi computadora al terminar de mandarle un correo al equipo del Festival de Sanremo, comunicando las habitaciones que necesitaríamos en el hotel

Ya que todos los artistas y acompañadores se quedaban en un solo lugar, cerca de las radios y obviamente, del teatro.

Suspirando me dejé caer en el sillón y decidí ir a darme una ducha para seguir con los preparativos para viajar

Aunque el hecho de ya estar acostumbrado a hacer y deshacer maletas seguramente ayudaba

Y ademas, muy pocas veces había estado tan emocionado de viajar

Me esperaban dos meses increíbles.

Hasta que mientras caminaba con el pasillo, escuché a mi hermano hablar desde su habitación

Pero si te queda super bien, nena

Mi ceño se frunció y me acerqué a la puerta sigilosamente

Perdón, soy chismoso.

Mis ojos se abrieron ante sus palabras, supuse que la chica del otro lado le contestó porque no llegué a escuchar nada

Mira, ese ya te lo pusiste la otra noche —señaló— No podes no llevarlo

Me pegué aun más a la puerta si posible...

Te veías hermosa, cállate

Y ahí fue cuando mi maldito celular decidió sonar

Joder, joder, joder.

De inmediato colgué la llamada, pero era demasiado tarde. Escuché a mi hermano despedirse y decidí entrar por evitar que me descubriera acá afuera

Y lo vi algo... ¿nervioso?

Vine para preguntarte a que punto estabas con las maletas

Ehm... yo —vi como se le escapaba una pequeña sonrisa y entrecerré mis ojos— Voy bien, no me falta mucho

Perfecto, ¿ahora piensas decirme quien te pone así?

Su ceño se frunció y se paró de la cama limpiándose sus gafas con la tela de su camiseta— ¿Que? ¿De que hablas?

Agarró un buzo y lo dejó en una de las maletas

¿Quien te pone así de tonto y enamorado?

Sus ojos se abrieron y me miró con una cara de espanto increíble

¿Pero que decís? —dijo— ¿Yo? ¿Enamorado?

Asentí— Si, tú, Leonardo Pasquarelli Ferrigno. Y ahora me vas a contar todo

Hermano, de verdad, no...

No te creo, Leo, se te nota —lo señalé y bufó— Sabes que no voy a juzgarte

Creo que si...

Fruncí mi ceño ante su susurro, me miró y se sentó delante mío en la silla del escritorio completamente rendido

No sé hermano, ni siquiera yo sé como me siento

¿Porque lo decís?

Ella me hace sentir bien, y... —pude notar sus ojos brillar y sonreí— no sé, es muy linda, con un buen sentido del humor, y está siempre cuando la necesito

THE JOURNEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora