Capítulo 70 - Parte 1

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Buenos Aires, Argentina
Noviembre, 2022

Ruggero:

Me reí viéndolas abrazarse fuerte

— Hey, hey, con cuidado —susurré—

Ele seguía algo delicada, eso me había dicho su mamá. Me miró separándose de Ana

— Nos diste un susto chica —la abracé a mí, escuché su risita— Te extrañé

— No por Dios, la que la extrañó soy yo —la mexicana se señaló a si misma— Me quejaba un montón de ti, pero por Dios, ellos son lo peor

— ¡Hey! —exclamó Leo— Yo hasta te dejé dormir en mi cama

— Pero con tu hermano dejan un quilombo sea donde sean que pasen —señaló—

— Bueno, ya volví —sonrió Ele— Y no voy a volver a irme, te lo prometo

— Gracias Dios

Todos nos reímos ante las palabras de Ana y Ele se dedicó a abrazar a Santiago, quien no dudó en rodearla con sus brazos

Hola —le sonrió a mi hermano poco después—

Hola niña —despeinó su pelo y la abrazó a si, los quejidos de la italiana se escucharon— No te digo lo extraño que fue no tener a nadie que rompiera las bolas

Yo también te extrañé pelotudo

Por fin, el equilibrio había vuelto.

[...]

Ana:

Entré en la habitación de Ele con un lindo plato de pasta a la carbonara

Ruggero se había encargado de cocinar y con los chicos se habían ido luego de que los echara

¡Por Dios! Y es que no los aguantaba más. Necesitaba pasar por lo menos veinticuatro horas sin ellos

— ¿Necesitas algo? —preguntó mi amiga al verme—

— Si, que comas —solté y me miró— Mañana vamos a ir a la Bresh y tienes que tener fuerzas, porque te conozco, y sé que vas a terminar borracha

Y si, mañana en la noche ya teníamos programado ir a la Bresh para festejar que Elettra haya vuelto

O bueno, digamos la verdad, es simplemente una excusa para ir a bailar y beber un rato.

— Amiga, esa pasta es un montón —se quejó dejando sus calcetines en el cajón—

— No lo es, es muy poca

Ella solo se dejó caer en la cama para después pasarse las manos por la cara

— De verdad, no creo poder comer todo eso

Suspiré y me acerqué a ella sentándome a su lado— Que si puedes

Le tendí el plato con el tenedor y terminó suspirando rendida

— Dale, mientras tanto dime como te fue en tu ciudad

— Bueno —murmuró ya con su boca llena— Pasar unos días con Rafael era justo lo que necesitaba, lo extrañaba un montón. Pero... no sé, me di cuenta de que mi ciudad no me hace sentir tan bien como Buenos Aires

— ¿Porque lo dices? —pregunté viendo como jugaba con el tenedor—

Se encogió de hombros comiendo otro bocado, sonreí leve ladeando mi cabeza

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