Capítulo 36

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Buenos Aires, Argentina
Septiembre, 2022

Ruggero:

Entré al pequeño cuarto de emergencias tocando la puerta y de inmediato vi a una mujer escribiendo sobre numerosos papeles

— Hola señor —sonrió amablemente—

— Hola, ¿me llamaron?

— Si. Verá, aunque haya sospecha del porque Elettra se desmayó necesitamos sacarle un poco de sangre para confirmarlo y evidentemente intervenir. Necesitamos una firma de su parte, ya que es mayor de edad y su tutor acá, ¿no?

— Exacto —asentí esbozando una pequeña sonrisa—

— Bien, entonces síganme —dijo empezando a caminar hacia otra puerta—

Al entrar en ella mi mirada se encontró con la italiana, quiénes sentaba sobre una camilla. Sus ojos se encontraron con los míos de inmediato

No se me escapó como tragaba saliva algo nerviosa, suspiré

— Bueno Elettra, vamos a sacarte sangre —habló ella poniéndose sus guantes—

— ¿Realmente es necesario? —preguntó Ele para después suspirar rendida— No me gustan las agujas

— Lamentablemente se necesita —se rió leve la enfermera— Pero te prometo que será rápido

Escuché el bufido de la menor mientras firmaba el papel que la enfermera me había dado, al terminar se lo regresé y con mi mano busqué la de Ele

Me sonrió leve y pude ver la culpabilidad en sus ojos, sin pensarlo dos veces me acomodé para dejarle un beso sobre la cabeza

La enfermera avisó que iba ya a adentrar la aguja e invitó la italiana a tumbarse, lo hizo y la sentí tensarse, su agarre se hizo más fuerte en cuándo la análisis de la sangre empezó

Noté como su piel se volvía más pálida y cerraba sus labios fuertemente

A la mierda. Realmente no le gustaban las agujas

No te desmayes otra vez, por favor te lo pido

Sonrió mirándome y una carcajada débil se escapó de su boca

Ya entendí que no puedes ir sola con los otros al centro comercial —solté intentando distraerla, ambos nos reímos— Una vez te me perdiste con Leonardo y la otra te me desmayaste, por Dios chica, dame un poco de paz que mi corazón ya no está tan joven como para soportar esto

Perdón —se rió— Hablando de Leo, ¿como se siente?

Pues bien, no ha estado tomando sus medicamentos y por eso hoy tuvo una crisis

Por Dios, ¿porque hace esto? —frunció su ceño—

Me gustaría entender lo mismo

Ele asintió hasta que se dio cuenta de que no hablaba sólo de mi hermano

En cuestión de segundos por fin se terminó la análisis— Bueno, te dejo un jugo y una manzana para que recuperes energías —habló la enfermera poniendo un parche sobre el codo de Ele—

Nos dejó solos diciendo que en diez minutos volvería para darnos el alta y mi mirada de inmediato fue a la italiana

Lo hago porque es lo único que puedo mantener bajo control —soltó, mi ceño se frunció con confusión— La comida, las calorías, puedo mantener todo bajo control.

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