El primer fin de semana de agosto, Kihyun quedó con unos amigos para dar una vuelta por la tarde. Me preguntó si podía acercarlo al paseo de la playa. Paré delante de la heladería que él me indicó y analicé a los tres chicos que lo esperaban al lado de Blair. Dos de ellos todavía tenían el acné propio de la edad. Lo vi bajar del coche y avanzar por la calle. Me quedé allí, como un imbécil, mirándolo hasta que me di cuenta de que parecía más crío que todos ellos juntos, y pisé el acelerador con fuerza.
Paré en la cafetería familiar. Hyunwoo me saludó.
—¿A qué viene esa cara larga?
—¿Me dices a mí? —farfullé.
—No, al cliente invisible que ha entrado detrás de ti. Sí, Hyungwon, te digo a ti. Tienes cara de estar estreñido o algo así. ¿Todo va bien?
—Sí. ¿No vas a servirme un café?
—Depende del tono que uses.
—Por favor, Hyunwoo.
—Eso está mejor.
Fue hasta la máquina y me lo tendió un minuto después junto a una porción de tarta de queso. Cogí la cucharilla y me llevé un trozo a la boca.
—Vaya, mira quién está aquí. Me alegro de verte, colega. —Papá salió de la cocina y me dio un apretón en el hombro—. ¿Cómo va el trabajo? ¿Muchos encargos?
—Mejor no le tires de la lengua, que está de mal humor —intervino Hyunwoo.
—¿Quieres cerrar la boca de una vez?
—Eh, vamos, energía positiva —mi padre sonrió. Llevaba una camiseta en la que ponía «Soy virgen, te lo juro por mis hijos». Tuve que hacer un esfuerzo para no reírme mientras él se sentaba en el taburete que estaba a mi lado y me pasaba un brazo por la espalda.
—Tienes ojeras, ¿no duermes bien?
—He pasado un par de noches malas.
—¿Quieres hablarlo con tu viejo?
—Papá… —puse los ojos en blanco.
—Está bien, colega. No pasa nada.
Se levantó sin perder su sonrisa y le dijo a Hyunwoo que iba a comprar unas cuantas cosas y volvería en un par de horas. Las campanillas de la puerta sonaron cuando salió.
—¿No está mamá? —pregunté.
—Por suerte, tenía una reunión sobre la feria que se celebra en dos semanas. Ya sabes, se ha ofrecido voluntaria para hacer y llevar unos veinte o treinta pasteles. Lo normal.
—¿Has intentado hablar con ella?
—Sí, pero es inútil. No me escucha.
—¿Y papá? —Me terminé la tarta.
—Papá… hará lo que ella le diga.
—No lo entiendo.
—Hyungwon, algún día lo harás. — Hyunwoo limpió con un trapo la barra y me quitó el plato vacío—. Él la quiere. La adora. Cuando estás enamorado de alguien, eres capaz de hacer cosas por esa persona que sabes que no están bien o incluso ponerla por delante de tus propios deseos. Es difícil.
—¿Por qué lo das por hecho?
—¿El qué, exactamente?
—Que no me he enamorado nunca.
—Porque te conozco. Y no lo has hecho.
—¿Qué coño sabrás tú? He salido con un montón de chicas y…
—Y ninguna ha conseguido que dejes de mirar tu propio ombligo —me cortó—. Es diferente, Hyungwon. Estar con alguien, el compromiso, pasar los momentos jodidos, ¿qué sabes tú de eso? El matrimonio es complicado. Muchas etapas, ya sabes. No es todo ese primer año en el que te enamoras y la vida parece perfecta.
—¿Acaso tienes problemas con Emily?
—No, claro que no. —Dudó—. Bueno, los típicos. Poco tiempo a solas. Mucho estrés con los críos. Lo normal, supongo.
—Puedes dejármelos algún día si quieres.
—¿Para que les dejes pintar paredes? —bromeó.
—Soy el tío guay, ¡qué le vamos a hacer!
Hyunwoo se puso serio.
—Y, por cierto, deberías fijarte más en papá.—¿Fijarme en qué?
—¿De verdad no te has dado cuenta? Papá lleva mucho tiempo intentando llamar tu atención. Cuando Douglas vivía…, bueno, él aceptó la situación y se hizo a un lado.
—¿Aceptó qué situación?
—Que tú parecieses compenetrarte mejor con otra persona. Que tratases a Douglas como si fuese el padre que siempre habías deseado tener.
No era así. No exactamente. Sentí un escalofrío. Es que con Douglas sentía que me entendía solo con una mirada, que encajábamos bien.
—Yo nunca sustituiría a papá.
Mi hermano hizo una mueca y me dijo que tenía que irse a la cocina para preparar algunas cosas. Me quedé un minuto más allí, asimilando sus palabras, y luego salí hacia el coche. Repasé las costuras del volante con el dedo, pensando en la expresión de Hyunwoo, una que no había visto hasta entonces, pero al final me la quité de la cabeza cuando giré la llave y encendí el motor del coche.
Avancé despacio por las calles de Byron Bay y regresé a la heladería en la que había dejado a Kihyun un rato atrás. Seguía allí, sentado en una de las mesas de la terraza. Parecía concentrado en lo que le decía el chico que tenía al lado. Yo me quedé mirándolo un minuto antes de tocar el claxon. Se volvió cuando lo hice por segunda vez y sonrió al verme. Una sonrisa inmensa, de esas que antaño le llenaban la cara y que ahora me llenaban a mí el pecho de algún modo retorcido e incomprensible.
—¿Te lo has pasado bien? —pregunté cuando entró en el coche.
—Sí, me pierde el helado de pistacho.
—Ve pensando qué quieres hacer este finde.
—Mmm, ¿planes? Creo que lo de siempre. El mar por la mañana y luego una siesta; sí, eso estaría bien, nunca lo hacemos. Quiero pintar por la tarde con la música puesta, en la terraza, y relajarme antes del examen del lunes. ¿Qué te parece?
Me parecía el puto plan más perfecto del mundo.
—Está bien. Pues eso haremos.
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Nunca Fuimos 1° Parte // HyungKi (Ad2)
FanfictionBienvenidos queridos lectores. Segunda adaptación, espero que les guste. Más detalles dentro de la historia (≧▽≦). * Hyungwon x Kihyun * Primera parte de mi segunda adaptación * Contenido BL, si no es de su agrado siga su camino.