🔞
Abrí los ojos despacio. La luz del sol se colaba por la ventana y el pelo de Kihyun me hacía cosquillas. Froté mi nariz contra su mejilla antes de darle un beso. Él se desperezó lentamente de una manera tan adorable que tuve que contenerme para no ir a buscar una cámara de fotos.
—Vamos, despierta. Nos hemos dormido.
—Humm… —Se dio la vuelta en la cama.
—Ki, llegas tarde al instituto.
Se volvió y enredó sus piernas entre las mías. Aún estábamos desnudos. Yo empalmado. Él con la piel tan suave que me dieron ganas de besarlo por todas partes.
—Podría no ir hoy —susurró.
—Se supone que yo soy el que tiene que pensar las cosas malas y tú quien debería frenarme.
—No se parará el mundo por un día.
—De eso nada. Desayuno y te vas.
—¿Desayunas?
Se echó a reír cuando le di la vuelta y lo retuve bajo mi cuerpo. Atrapé un pezón con la boca y tiré con suavidad, arrancándole un gemido ahogado.
—Hyungwon, ¿qué estás…?
Antes de que terminase la pregunta le respondí separándole las rodillas y bajando más y más. Hundí la lengua y lamí y acaricié, saciándome de él.
Le sujeté las piernas cuando se puso nervioso y empezó a temblar. Y fui más duro y más intenso cada vez que lo rozaba con los labios. Él tenía los ojos cerrados con fuerza y no me miró mientras su cuerpo se tensaba, sus manos se aferraban a las sábanas arrugadas… y yo lo besaba con la lengua respirando sobre su piel. Creo que nunca había deseado tanto darle placer a otra persona, conseguir que se derritiese entre mis brazos. Se sacudió y gritó cuando el orgasmo la alcanzó. Yo me llevé su sabor en la boca antes de trepar por su cuerpo y, cuando me miró, me relamí muy despacio. Kihyun se sonrojó. Eso me hizo sonreír divertido.—¿Te da vergüenza? —le acaricié la mejilla con el pulgar.
—No. Sí. Yo… nunca antes…
—No me jodas.
Kihyun apartó la vista, pero lo sostuve por la barbilla obligándolo a mirarme de nuevo. Le di un beso suave.
—Pues pienso desayunarte todos los días. Y la próxima vez que lo haga, me mirarás hacerlo. —Él asintió con las mejillas aún encendidas—. Venga, levántate y vete a aprender alguna cosa buena y útil antes de que yo te enseñe todas las malas que me sé. —Le pellizqué el trasero mientras se ponía en pie y me dio un manotazo entre risas antes de meterse en la ducha.
Reprimí el impulso de seguirlo, porque a ese paso no llegaría ni a la última hora. Tuve una sensación de plenitud en el pecho desconocida y me levanté para preparar café. Cuando él salió ya vestido y con el pelo recogido en una media coleta, le tendí una tostada con aguacate y su taza, que se bebió de un trago.
—¿Seguro que no quieres que te acerque?
—No. Me gusta ir en bici.
—Eh, ten, te dejas el almuerzo —le di una manzana—. ¿No te olvidas de algo más?
—¡La mochila! —exclamó.
—Joder, y un beso. Ven aquí.
Volvió a sonrojarse. Lo sujeté por la nuca para darle un beso largo y lento antes de soltarlo y salir a la terraza para despedirme de él. Lo observé mientras se alejaba montado en la bicicleta con su cabellos rebeldes ondeando bajo el sol de la mañana. Suspiré hondo, tranquilo e intranquilo a la vez, si es que eso era posible. Porque por una parte estaba feliz, jodidamente feliz, aunque por otra no podía ignorar que sabía que me estaba metiendo en un camino pedregoso y lleno de baches, pero aun así era incapaz de dejar de caminar y caminar… Me encendí un cigarro y me preparé otro café.
Después de una mañana un poco apática y llena de pensamientos enmarañados, Kihyun regresó y, cuando subió los escalones del porche con una sonrisa bailando en sus labios, sentí que todo volvía a encajar de nuevo. Las dudas y los errores desaparecieron con el primer beso y después me limité a estar allí, en nuestro presente, con él.
Al caer la noche, después de cenar, me tumbé en la hamaca y él se acopló a mi lado, acurrucado contra mi cuerpo mientras nos balanceábamos. Allí solo éramos música sonando suave desde el salón, estrellas encendidas y el olor del mar que traía el viento.
—Sabes que tenemos que hablar, ¿verdad?
—No tenemos por qué hacerlo —dije.
—Quiero saber qué es lo que más te preocupa. —Levantó la cabeza, alzó una mano y me alisó la zona del entrecejo con suavidad—. ¿Ves? No me gusta esto. Que estés tan tenso.
Colé la mano bajo su camiseta y le di un apretón en la cintura antes de besarlo.
—Conozco un modo muy eficaz de disipar la tensión.
—Hyungwon, por favor. No bromees con esto.
Puso carita de pena y yo quise morirme. Porque nunca pensé que podría pillarme tanto y tan rápido por alguien. Porque no estaba acostumbrado a sentir aquello ni a derretirme por gestos tontos. Porque creía que esas chorradas no iban conmigo y en esos momentos podría haberme puesto a componer una jodida canción sobre él. El último chico del mundo por el que pensé que perdería la cabeza. El que conocía de toda la vida. El que siempre había estado a mi alrededor, invisible ante mis ojos… Me froté el mentón y suspiré.
—Está bien, hablemos.
—¿Qué vamos a hacer?
—No tengo ni puta idea.
—Pero… algo habrás pensado.
—Espera. Necesito un cigarrillo.
Fui a buscar el paquete de tabaco a la cocina. Cuando volví, Kihyun estaba sentado en la hamaca balanceándose y mirándome un poco cohibido. Me lo encendí y di una calada larga antes de encontrar las palabras adecuadas, si es que acaso existían.
—Creo que deberíamos tomarnos un tiempo. Ya sabes, para ver cómo funciona todo. Y después, no lo sé, no tengo ningún plan ni tampoco me propuse que esto ocurriese. Solo estoy improvisando e intentando no pensar demasiado para no volverme loco.
—Vale. Pues no pensemos —pero lo dijo con el ceño un poco fruncido.
—Vamos, no me pongas esa cara. —Apagué el cigarro y me acerqué a él. Me coloqué entre sus piernas y dibujé con los dedos una sonrisa en su rostro tirándole de las mejillas; funcionó, porque se echó a reír—. Ki, tú eres consciente de lo jodido que es esto para mí, ¿verdad? Hace que me sienta culpable. Mal. No es una situación normal. Es difícil.
—Lo siento —susurró y apoyó la cabeza en mi pecho.
Le di un beso y él se colgó de mi cuello. Nos quedamos allí un rato besándonos despacio. No sé cómo no me había percatado antes de lo mágico que podía ser un beso. Tan íntimo. Un gesto tan pequeño, tan bonito. Con él solo quería cerrar los ojos y sentir cada roce y cada suspiro suave.
ESTÁS LEYENDO
Nunca Fuimos 1° Parte // HyungKi (Ad2)
Hayran KurguBienvenidos queridos lectores. Segunda adaptación, espero que les guste. Más detalles dentro de la historia (≧▽≦). * Hyungwon x Kihyun * Primera parte de mi segunda adaptación * Contenido BL, si no es de su agrado siga su camino.