Tindara.
Dieciocho años. Hoy es mi decimo octavo cumpleaños.
Dieciocho años atrás mi madre estaba viva.
No la recuerdo muy bien, pero siempre papá se encarga de recordármela. Además, jamás he dejado de verla en fotografías y videos. Era hermosa, tan hermosa que me siento afortunada de haber nacido de ella.
Mi padre dice que fue el amor de su vida. Que jamás va a amar a otra mujer como a ella, y le creo.
Le creo completamente porque desde la muerte de mamá, solo se ha dedicado a mí. A protegerme, a velar por mi salud. Y aunque me encantaría que volviera a ser feliz, hay algo en él que sé que murió con ella. Tal vez su capacidad de volver a enamorarse de alguien.
Pero me tiene a mí y yo siempre intento hacerlo feliz. Por eso a mi edad soy la mejor asesina de Europa. Sucesora de la mafia número uno en el continente. Mi padre es quien la maneja por supuesto.
— ¡Princesa, ven aquí!
Escucho que me llama, y termino de contemplar la foto de mamá en mi espejo. Somos ella y yo, me tiene en brazos.
Estoy orgullosa del parecido que tenemos, aunque también tengo rasgos de papá.
Cuando bajo me lo encuentro con un pastel y muchas velas encima, me sonríe con ternura y me encanta que esa sonrisa solo me la dedique a mí. Seguro también a mamá, estaban muy enamorados.
— ¡Feliz cumpleaños a la bebé de papá!
Voy corriendo hacia él y lo abrazo con cuidado de no hacer caer el pastel—Te amo mucho papá.
—Y yo a ti mucho más princesa. Ahora, pide un deseo y sopla las velas —me anima—. Bоин era fanática de esa tradición. Ella debe estar muy feliz, observándote ser ya una hermosa mujer.
Sonrío y cierro los ojos. Inspiro hondo. Sí, tiene razón, debe estar orgullosa; pero sé que lo estará incluso más porque me encargaré de cumplir mi deseo.
Deseo vengar la muerte de mamá.
Soplo las velas y abro los ojos.
—Felices dieciocho para mí.
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Derecho a sanar ©
Mystery / Thriller«El brillo puede apagarse, la esperanza y la fe pueden acabarse, y aún así el espíritu y el alma se unen aferrándose a la vida, rugiendo con ferocidad para no quebrantarse, luchando con monstruos internos que a simple vista no se ven, sobreviviendo...