One shot de Capitán Tsubasa.

#Susto

Parejas: Wendy y Taro, Genzo y Flor.

Narrador omnisciente:

-El crepúsculo teñía de tonos cálidos las calles de Japón mientras dos amigas caminaban con paso relajado, disfrutando de la brisa suave y del simple placer de conversar después de una larga jornada laboral. Wendy y Flor habían salido a hacer unas compras, aprovechando el viernes para prepararse para una noche especial con sus novios, a quienes no veían desde hacía días debido a las obligaciones de todos:

Wendy: ¡Qué alivio que por fin sea viernes!-Comentó con una sonrisa radiante, el entusiasmo reflejado en su voz.

Flor: Totalmente-Asintió su mejor amiga, igual de contenta-El trabajo nos tiene a todos ocupados, pero lo bueno es que ahora viene el fin de semana. ¡Por fin podremos descansar un poco!-Añadió con una sonrisa de satisfacción.

Wendy: Y no solo eso, estoy segura de que los chicos ya deben estar en casa esperándonos-Dijo con un brillo en los ojos-Por cierto, Flor, ¿Cómo te va con Genzo?-Preguntó con una mirada más curiosa.

Flor: Va muy bien-Respondió mientras miraba distraídamente la calle poco transitada, un leve rubor coloreando sus mejillas-Me hace muy feliz estar con él...-Rió nerviosa, ocultando un mechón de cabello detrás de su oreja-¿Y tú? ¿Cómo te va con Taro?-Interrogó con la misma curiosidad.

Wendy: Me alegra mucho oír que todo va bien con Gen-Replicó con sinceridad-A mí también me va genial con Taro. Siento que nuestra relación ha crecido muchísimo, y eso me tiene muy contenta-Añadió, sonrojándose mientras una sonrisa cálida aparecía en su rostro.

Flor: Me alegra un montón, pequeña-Sonrió ampliamente al ver la felicidad de su amiga-Voy a mandarle un mensaje a Genzo, porque creo que nos tardamos más de lo previsto en la heladería-Avisó mientras buscaba su celular en la pequeña mochila donde había guardado las compras.

Wendy: Sí, mejor así para que no se preocupen. Aunque, sinceramente, esta tarta helada de chocolate y oreo vale la pena cualquier demora-Comentó divertida, dándole un vistazo a la bolsa que llevaban.

Flor: No podría estar más de acuerdo-Rió suavemente, tecleando rápidamente un mensaje-No tengo señal...-Su expresión cambió cuando frunció el ceño.

Wendy: No pasa nada. Estamos casi llegando, no creo que sea necesario-Dijo encogiéndose de hombros con calma.

Flor: Tienes razón. Estoy segura de que ambos van a devorar este postre-Respondió guardando su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

-Justo cuando Flor iba a añadir algo, un auto se detuvo bruscamente al lado de ellas, y un hombre de aspecto hosco, de unos cuarenta y cinco años, salió del asiento del copiloto con pasos apresurados, sacando una pistola que destellaba en la tenue luz de la calle:

Hombre: Contra la pared. Denme sus celulares-Ordenó con voz dura, apuntándolas con el arma.

-Flor fue la primera en reaccionar, colocando instintivamente una mano en el estómago de Wendy, empujándola levemente hacia atrás mientras su corazón latía desenfrenadamente. Sin embargo, el hombre, claramente impaciente, tiró con fuerza de la mochila que Flor sostenía, iniciando un forcejeo. Flor lo miraba con una mezcla de miedo y rabia, negándose a soltarla tan fácilmente.

Por su parte, Wendy se quedó momentáneamente paralizada, observando la escena como si fuera una película a cámara lenta. Pero pronto reaccionó, apretando los puños, dispuesta a golpear al asaltante. Sin embargo, algo la detuvo; no sabía si el conductor del auto también estaría armado, así que optó por tomar a Flor de la cintura y jalarla hacia atrás para ayudarla a zafarse.