#Leyendo juntos.

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Pareja: Sanae y Tsubasa.

Narrador omnisciente:

-Era viernes por la noche y como era una costumbre en la casa de la familia Ozora Nakazawa, luego de comer pizza, jugar juegos de mesa y ver unas cuantas películas juntos, llegó la hora de acostarse pero Kiara y Oliver de 8 años no se iban a dormir sin antes hacer que sus padres le lean un cuanto juntos:

Sanae: Sí, ya sabemos que le tenemos que leer y libro, pero antes vayan a ponerse sus pijamas y cepillarse los dientes-Respondió luego de oír el recordatorio de sus hijos.

Kiara: Está bien mami, esta vez toca que lean el cuento en mi habitación-Les recordó antes de subir las escaleras seguido de su hermano mayor.

Tsubasa: Sí que no hay un solo viernes a la noche que se olviden del cuento-Comentó con una sonrisa cuando estuvieron solos.

Sanae: Lo sé, pero ya esa como una tradición para ellos así que terminemos de juntar los platos y subamos a leerles el cuento a los niños-Dijo sonriendo.

-Luego de terminar de lavar y acomodar todo, tanto Tsubasa como Sanae subieron a la segunda plata y se dirigieron a la habitación de su hija menor, encontrándose con sus dos hijos listos y acostados en la cama con un libro en las manos:

Tsubasa: Bueno ¿Y qué cuento les leeremos este viernes?-Preguntó con curiosidad mientras se sentaba en la cama a lado de su hijo.

Oliver: Hoy nos leerán "Chocolate y felicidad"-Respondió con una sonrisa mientras le entregaba el libro a su madre.

Sanae: Muy bien, suena interesante-Contestó mientras se sentaba en la cama a lado de su hija-Entonces pónganse cómodos que voy a empezar-Anunció-Hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda de que hubo una época en la que cada niño vivía con un duendecillo de la felicidad que lo acompañaba desde el día de su nacimiento. Los duendecillos se alimentaban de la alegría de los niños, y por eso eran expertos inventores de juguetes y magníficos artistas capaces de provocar las mejores sonrisas.

Con el paso de los años, los duendes mejoraron sus inventos y espectáculos, pero la alegría que conseguían era cada vez más breve. Por más que hicieran, los niños se volvían gruñones y exigentes cada vez más temprano. Todo les parecía poco y siempre querían más. Y ante la escasez de felicidad, los duendes comenzaron a pasar hambre.

Pero cuando pensaban que todo estaba perdido, apareció la pequeña Elsa. Elsa había sido una niña muy triste, pero de pronto se convirtió en las más poderosa fuente de alegría. Ella sola bastaba para alimentar cientos de duendes. Pero cuando quisieron felicitar a su duende, el pequeño Flop, no lo encontraron por ningún sitio. Por más que buscaron no hubo suerte, y cuando lo dieron por muerto, decidieron sustituirlo por Pin, el mejor duende de todos...-Comenzó a relatar.

(Así, solo imaginen que son Tsubasa y Sanae con sus hijos)

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(Así, solo imaginen que son Tsubasa y Sanae con sus hijos).

Kiara: Está muy interesante la historia de hoy mamá, quiero saber cómo termina-Comentó sin contener su curiosidad.

Oliver: Kiari tiene razón, yo también quiero saber cómo sigue y termina la historia-Coincidió intrigado-Sigue leyendo tú, papá es tu turno-Indicó mientras le pasaba el libro a su padre

Tsubasa: Bueno, sigo yo...-Dijo mientras tomaba el libro-Pin descubrió enseguida que Elsa era diferente. Ella no disfrutaba mucho con los regalos y maravillas de su duende. Regalaba a otros niños la mayoría de juguetes que recibía de Pin, y nunca dejaba que su duende actuase solo para ella. Vamos, que parecía que su propia alegría le importaba mucho menos que la de los demás niños y a Pin le preocupaba que con esa actitud se pudiera ir gastando toda su energía.

Una noche, mientras Pin descansaba en su cama de duende, sintió algo extraño bajo el colchón, y al levantarlo descubrió la ropa de Flop, cubierta de chocolate dorado. Como todos los duendes, Pin conocía las leyendas sobre el chocolate dorado, pero pensaba que eran mentira. Ahora, viendo que podían ser ciertas, Pin corrió hacia la cama en que dormía Elsa y miró a través de sus ojos. ¡Allí estaba Flop, regordete de tanta felicidad! Pin sabía que desde dentro Flop no podía verle, pero volvió a su cama feliz por haber encontrado a su amigo, y por haber descubierto el secreto de la felicidad de Elsa: Flop la había convertido desde dentro en un duendecillo de la felicidad, y ahora que estaba tan ocupada haciendo felices a otros se había convertido en una niña verdaderamente feliz.-Termino de relatar la historia y cerró el libro.

Kiara: Que bueno que todo termino bien-Mencionó luego de terminar de escuchar la historia.

Oliver: Eso es cierto, estuvo muy buena la historia de hoy gracias mamá y papá-Agradeció.

Sanae: No hay de que niños, pero ahora vayan a dormir porque ya pasó su horario de dormir-Respondió miembros se levantaba de la cama de su hija.

Oliver: Pero mamá, es viernes no tenemos colegio por la mañana-Se quejó.

Tsubasa: Sí, pero recuerda que nos reuniremos con tus tíos y amigos-Le recordo-Asi que es hora de que se duerman como se lo dijo su madre-Añadió.

Kiara/Oliver: Está bien, papá-Contestaron al unísono.

Sanae: Así me gusta, ahora dulces sueños Kiari-Dijo mientras le besaba la frente con cariño-Vamos Oli a tu habitación-Indicó mientras se dirigía a la puerta de la habitación de su hija.

Kiari: Buenas noches, Oli, mamá y papá-Reapondió al verlos casi salir de su habitación.

Tsubasa/Oliver/Sanae: Buenas noches Kiari-Contestaron al unísono.

-Una vez que se despidieron de su hija, Sanae y Tsubasa se dirigieron a la habitación de su hijo mayor y después de darles las buenas noches se dirigieron a su habitación matrimonial para descansar ya que mañana tenían un día ocupado y con planes.


















-Y así fue como Sanae y Tsubasa le leyeron juntos un cuento a sus hijos como cada viernes por la noche.




























Dedicado a: @RossyZiranda, espero te haya gustado la historia








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