-Diferentes historias de los ships de Super Campeones/Capitán Tsubasa sin orden cronológico, pero algunos sí van a tener relación con mis historias "¿Lograremos que se den cuenta?" y "Eres única" y con One-shots de mí primer libro.
Aclaraciones: Los...
-Nueve jóvenes se encontraban en las gradas, observando con ansiedad el partido final del torneo Sub-20 femenino entre Japón y Alemania. Sus amigas y novias formaban parte del equipo japonés, y cada uno de ellos seguía el juego con el corazón en la garganta. El marcador estaba empatado y el reloj avanzaba implacablemente hacia el final.
En el campo, la temida goleadora alemana, Fernanda, se acercaba peligrosamente a la portería japonesa. Su cuerpo se tensó al prepararse para disparar, pero Flor, la guardameta japonesa, rechazó el balón en un esfuerzo monumental. Sin embargo, en su intento por detener el tiro, se golpeó fuertemente contra el travesaño:
Genzo: ¡Oh, por Dios! ¡¡Florencia!!-Gritó, levantándose de un salto. El miedo en su rostro era palpable al ver a su novia desplomarse tras el impacto.
Ken: Gen, tranquilo, ella es fuerte...probablemente es mejor que yo-Dijo sentado a su lado, intentó calmarlo con una sonrisa forzada, aunque él también estaba preocupado.
-Mientras tanto, en el campo, Flor parpadeaba, intentando recuperar la compostura:
Flor: ¿La... pelota? ¿La detuve?-Preguntó, con la vista nublada, mientras se tocaba la frente ensangrentada e intentaba levantarse.
Yukari: Sí, ¡Lo lograste! No fue gol, gracias a ti Japón sigue en pie. Pero...Flor, estás sangrando-Dijo, tratando de mantener la calma.
Flor: No es nada, Yukari. Estoy bien. Yoshiko y tú, manténganse atentas, ¿De acuerdo? Vamos, ¡Que no pueden ganarnos!-Respondió, restándole importancia a la situación mientras limpiaba la sangre de su rostro y se disponía a seguir jugando.
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(imaginen que es Flor).
Yukari/Yoshiko: Está bien, pero cuídate-Respondieron al unísono, sus voces llenas de preocupación.
-El partido se reanudó, y Flor pasó el balón a Maki. La selección japonesa se encendió con una energía renovada, decididas a no dejar que el sacrificio de Flor fuera en vano. Sin embargo, no tardó en repetirse el peligro. Fernanda, imparable, se lanzó de nuevo hacia la portería enemiga, pero esta vez Yayoi no dudó en interponerse, deteniendo el disparo de la alemana con el pecho:
Yayoi: ¡Chicas, se los encargo!-Gritó mientras lanzaba un pase a Sanae y Wendy, quienes rápidamente tomaron el control del balón.
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