#El museo.

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Pareja: Kumi y Taro.

Narrador omnisciente:

-Taro Misaki estaba nervioso. Era el día de su cita con Kumi Sugimoto, la chica que le gustaba desde hacía tiempo. Se habían conocido en el club de arte de la escuela, donde él admiraba su talento para la pintura y ella se sentía atraída por su personalidad amable y creativa. Después de varios meses de intercambiar miradas y sonrisas, Misaki se había armado de valor y le había pedido salir. Para su sorpresa y alegría, ella había aceptado.
Taro había planeado una cita perfecta: ir al museo de arte, pasear por el parque y terminar con una cena romántica. Quería impresionar a Kumi y demostrarle lo mucho que le importaba. Se había vestido con su mejor ropa, había comprado un ramo de flores y había reservado una mesa en un restaurante elegante. Todo estaba listo, solo faltaba que ella llegara.

Taro la esperaba en la entrada del museo, mirando su reloj con impaciencia. Ya eran las diez de la mañana, la hora acordada, y Kumi no aparecía. ¿Se habría arrepentido? ¿Le habría pasado algo? ¿O se habría olvidado de la cita? El castaño sentía un nudo en el estómago y un sudor frío en la frente. Estaba a punto de llamarla por teléfono, cuando la vio correr hacia él, con una expresión de disculpa en el rostro:

Kumi: ¡Taro, lo siento mucho!-Exclamó, jadeando por el esfuerzo-Perdí el autobús y tuve que tomar otro que iba por otro camino. ¡No quería llegar tarde!-Se disculpó apenada.

Taro: No te preocupes, Kumi. Lo importante es que estás aquí-Contestó, sonriendo con alivio-Estás muy bonita hoy-Elogió.

Kumi: Gracias, tú también-Agradeció, ruborizándose-¿Qué tal si entramos al museo? Seguro que hay muchas obras de arte interesantes que ver-Propusó.

Taro: Claro, vamos-Aceptó, ofreciéndole el ramo de flores-Estas son para ti-Añadió.

Kumi: ¡Oh, qué detalle! ¡Son preciosas!-Exclamó, agarrando las flores con emoción-¡Gracias, Taro!-Agradeció con una sonrisa.

-Los dos entraron al museo, cogidos de la mano. Dentro, admiraron las pinturas, las esculturas y las fotografías, comentando sus impresiones y gustos. Taro se sorprendió de lo mucho que tenían en común, y de lo fácil que era hablar con ella. Kumi se sintió cómoda y feliz, y de vez en cuando le lanzaba una mirada cariñosa. Los dos se divertían y se reían, sin darse cuenta del paso del tiempo.
Después de recorrer el museo, salieron al parque, donde el sol brillaba y los pájaros cantaban. Se sentaron en un banco, bajo la sombra de un árbol, y compartieron un helado. Taro le contó a Kumi sobre su vida, sus sueños y sus viajes con su padre. Kumi le habló de su familia, sus amigos y su pasión por el arte. Los dos se escuchaban con atención y se comprendían mutuamente. Se sentían conectados, como si se conocieran de toda la vida.

Taro: Kumi, hay algo que quiero decirte-Comentó, mirándola a los ojos.

Kumi: ¿Qué es, Taro?-Preguntó, devolviéndole la mirada.

Taro: Me gustas, Kumi. Me gustas mucho. Desde el primer día que te vi, sentí algo especial por ti. Eres una chica increíble, inteligente, simpática, hermosa. Quiero estar contigo, Kumi. Quiero ser tu novio-Admitió, con sinceridad.

Kumi: Taro...-Susurró, con lágrimas en los ojos-Yo también me siento igual. Tú me gustas, Taro. Me gustas mucho. Eres un chico maravilloso, dulce, divertido, guapo. Quiero estar contigo, Taro. Quiero ser tu novia-Aceptó con una sonrisa.

-Los dos se acercaron y se besaron, con ternura y pasión. Se abrazaron y se dijeron te quiero, sin importarles el mundo. Se habían encontrado el uno al otro, y se habían enamorado.










































-Y así fue como Kumi y Taro se hicieron novios en el museo de arte.
























Dedicado a: @YayoiAoba8, espero que te haya gustado el One-shot.



















































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