Capítulo 95

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Por la eternidad

Narra Jimin

Mu-Song y Sidney escapaban a caballo juntos, ella lo abrazaba por el ritmo en el que iban, él tiene fortaleza y una personalidad apabullante. 



Sidney- Nos alcanzan.- Le advirtió.

Mu-Song- No te sueltes.



Dispararon una flecha directo al caballo, y al borde de un risco cayeron los tres, el animal no pudo reponerse y Mu-Song se quebró la pierna gravemente.

Mu-Song- ¿Estás bien?

Sidney- Sí, no te preocupes por mí, te curaré con mi magia y nos iremos.

Mu-Song- Vete o los enemigos bajarán, vete de aquí.- La empujó con una mano mientras que con la otra se sostenía por el dolor.  

Sidney- No te dejaré.

Mu-Song- La que importa aquí eres tú, márchate, estaré bien.

Sidney- Prometiste que nos casaríamos, que tendríamos hijos.

Mu-Song- Por favor, lárgate.- Se lo suplicó con la mirada.


Ella no pudo escapar más lejos porque los enemigos habían llegado, nadie percató la presencia de la escondida bruja.



Hombre- Aquí está el traicionero; dime dónde está la mujer.

Mu-Song- Está escapando de asnos como ustedes.- Un tipo pisó el hueso quebrado- ¡¡Ah!!

Hombre 2- ¿Decías?

Hombre- Por tu culpa somos magos desertores; pero no te preocupes, porque ahora estamos trabajando en algo nuevo, una comunidad que nazca de cero, seremos grandes a futuro.

Mu-Song- ¿En qué?

Hombre 3- Cazadores, por ahora somos unos pocos.- Desde aquí se crearon los bastardos.

Hombre 4- Que el resto vaya por la ramera.- Asintieron y se marcharon. 





En un escondite Sidney se tapaba la boca y rezaba porque no pasaran de golpes, pero ella lo sabía al igual que yo.



Hombre- Eres la vergüenza de la comunidad, todo por enamorarte de Sidney, la hija de una de las siete.

Mu-Song- No es solo amor, es reconocer el lugar que nos toca, los hombres y algunas brujas estaban manchando la reputación del clan blanco.- Recibió un golpe en la boca.

Hombre- Dios nos dio y nosotros disponemos, no podemos ser marionetas de ese...- Miró el cielo- Señor.- Con sarcasmo.

Mu-Song- La boca le sangra- Nos dio herramientas y lo único que hacemos en pensar en cuanto más podríamos tener, eso es ambición.- Le pisaron la pierna de nuevo- ¡¡Basta, basta!!- carcajearon por el dolor ajeno, Mu-Song gimoteó. 

Hombre- Sacó una espada- Ni siquiera tendrás el honor de procrear con esa puta, si se salva.

Mu-Song- No interesa, porque si ella vive, su línea continuará y ustedes jamás ganarán.- Al tipo se le borró la sonrisa- Tal vez me maten, pero yo ya gané. 

Hombre- Te dejaré soñar hasta que tu cuerpo se pudra y los gusanos te devoren.- Le clavó la espada y Mu-Song se aferró al filo con la mirada valiente, y el corazón perforado.

Correo Equivocado II (Jimin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora