Capítulo 4

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¿Estudiantes? ¿Qué es esa estupidez?

Jennie rogó por el de abajo haber escuchado mal, pero al ver las caras de todos solo pudo encontrar desconcierto, no fue la única sorprendida por tal noticia e incluso Jisoo dejó de lado su amada lectura para prestar atención.

—Antes de comenzar quiero que se presenten—exigió Joohyun con la mano en la cadera.

—¿Por qué deberíamos presentarnos ante los sucios demonios?—replicó un ángel con desprecio.

—Verás, querido, porqué así me cantan los ovarios y si no quieres ser parte de la larga lista de ángeles muertos por mis manos harás lo que yo diga—el aura demoníaca de Joohyun empezó asfixiar al salón, su intención asesina era sofocante tanto que los ángeles comenzaron a sujetarse el cuello con vehemencia.

—¡Suficiente, Astaroth!—gritó Seulgi alzando su energía divina contrarrestando el aura de Joohyun.

—Da gracias a Gabriel, querido, porque en otros tiempos ya hubieras muerto—sonrió con malicia—, espero que hayas entendido y esto es una advertencia a todos los ángeles—Joohyun dio un paso al frente—. Aun si todos ustedes se unen y luchan contra mí no podrán ni siquiera quitarme el sueño, las únicas que pueden combatir contra mí son sus arcángeles, espero y les haya quedado claro.

—Desde ahora ustedes y me refiero a todos ustedes tendrán que respetarnos, seas ángel o demonio da igual, Astaroth, Miguel, Gabriel y yo seremos sus profesoras o maestras, como quieran, así que si no quieren que pase algo como el episodio anterior serás inteligente y seguirás las reglas—dictaminó Moonbyul sin dar chance a réplicas.

Jennie rechisto con la lengua por la idiotez del ángel ¿acaso los del cielo eran todos imbéciles? Todos los demonios comprendían a la perfección que meterse contra sus princesas era básicamente un acto de suicido al igual que entrar en batalla contra los arcángeles, basándose en esa lógica los demonios no tuvieron otra opción más que seguir con las indicaciones de los arcángeles porque su instinto de sobrevivencia era primero.

Seguir con las órdenes de los seres divinos no era de su agrado para nada, pero por lo menos no estarían desperdiciando su vida. La pelinegra volteó donde se hallaban los ángeles al escuchar un casi imperceptible sollozo, era un ángel con cabello rosado siendo consolada por una joven alada de cabello rubio, reconoció que era quién les dijo repugnantes, sonrió ante las lágrimas del ángel. Jennie por el rabillo del ojo observó como por unos efímeros segundos Jisoo miró al ángel llorón para luego regresar a su libro.

Las presentaciones comenzaron hasta que un ángel en específico se presentó.

—Mi nombre es Lalisa Manobal—informó la joven con voz cristalina, pero firme.

Lalisa Manobal, ¿eh? Ahora el ángel que los había insultado tenía nombre.

Jennie giró la cabeza, apoyó su mentón en la mano y se dedicó a ver por la ventana contando los segundos para volver al infierno. Su primer destino sería el Segundo Círculo apenas abandone esa prisión.

Lisa solo dijo su nombre como todos los demás, acabó su presentación y era el turno de Rosé.

—Vamos, tú puedes yo estoy contigo, solo di tu nombre y ya—susurró Lisa apretando gentilmente la mano de la pelirosa, quiso brindarle ánimos.

Rosé aún no se recuperaba del susto anterior y los pequeños espasmos al igual que sus ojos aguados eran la prueba de que sintió mucho miedo, quería huir de ese horrible lugar lleno de demonios que le hacían sentir pequeña y débil. Con lentitud se puso de pie.

—M-me l-llamo P-park Roseanne...—balbuceó con apenas un hilo de voz.

—Genial, t-tenemos un á-ángel, t-t-tartamudo—se burló un demonio de baja estatura.

Las risas no se hicieron esperar y eso solo provocó que la pelirosa se sienta peor. Lisa comenzó apretar los puños y volteó a ver a ese demonio, estaba dispuesta a darle un puñetazo, pero al casi ponerse de pie el arcángel Miguel intervino.

—Silencio—fue casi como un hechizo—. Si creen que pueden provocar desorden en mi clase están muy equivocados—Yongsun hizo hincapié en la última frase—. Sigan con la presentación.

Los ángeles siguieron presentándose hasta que fue el turno de los demonios.

—Mi nombre es Kim Jennie.

Lalisa puso en especial atención a esa demonio, aun no olvidaba las cosas tan despectivas que dijo, Kim Jennie, que ser más repulsivo.

Por unos segundos ambas cruzaron la mirada y esta le envío un guiño a Lisa, de inmediato hizo una mueca de total asco y solo causó que la otra se mofara. El ángel apartó la mirada antes de que no pueda controlar las ganas de borrarle la sonrisita burlona de un reverendo golpe, sus alas se encresparon dando la imagen de un ángel muy enojado, pero que con ayuda de Rosé pudo respirar y calmarse.

—Kim Jisoo.

La pelirosa regreso a ver de quién era esa voz tan glacial y sin vida. El demonio de nombre Kim Jisoo regresó a leer el libro que traía entre sus dedos, se preguntó si ese libro era tan interesante como para ignorar todo a su alrededor. Quiso descifrar el nombre de aquel escrito poniendo toda su atención en aquél artículo, pero no contó con ser atrapada por la dueña de este y al instante ocultó su rostro en las grandes alas de Lisa, casi grita del susto.

Por otro lado, Jisoo solo alzó la ceja y nuevamente dirigió su mirada a su pequeña lectura. Pasó unos cuántos minutos para que las presentaciones de todos finalizara.

—Perfecto, ahora como dato adicional tendrán que decirnos por nuestros nombres reales, me conocen como el arcángel Gabriel, pero mi verdadero nombre es Kang Seulgi—sonrió gentil.

—Yo soy Kim Yongsun, conocida como Miguel.

—Beelzebu, solo díganme Moonbyul—comentó sin importancia.

—Astaroth, queridos, ahora deben decirme Bae Joohyun—sus labios gesticularon una sonrisa sádica.

—Mañana comenzaremos las verdaderas clases, si tienen preguntas es mejor que las realicen en este momento—informó Moonbyul apoyándose en la pared.

Por unos instantes nadie dijo nada y todo se quedó en silencio, pero Lisa fue valiente y alzó la mano.

—Yo tengo una pregunta.

—Señorita Manobal, adelante—esta vez contestó Yongsun.

—¿Por qué estamos aquí? Ya sé que dijo que vamos a ser estudiantes, pero aún así nada tiene sentido—por más que lo pensaba no llegaba a ningún punto en concreto.

Nada mal, Manobal, Jennie también tuvo esa incógnita y si querían que sean "estudiantes" como habían dicho solamente hubieran recibido dicha instrucción en su respectivo hogar, los ángeles en el cielo y los demonios en el infierno, simple. Pero la cuestión es que no fue así.

—Sencillo querida—tomo la palabra Joohyun—. Es tan simple como que el Diablo y su Dios quiere limar asperezas.

Así que era eso, Jisoo era un demonio muy astuto y podía intuir que lo que el Diablo y Dios querían realizar era algo que los beneficiaria a ambos a largo plazo, pero que a corto plazo era ineficaz, pero si era así, ¿cuál era ese beneficio? ¿Por qué de pronto quiere que los demonios y ángeles "limen asperezas"? Dejó de lado sus pensamientos, que hagan lo que quieran mientras a ella no la molesten todo bien.

—¿Limar asperezas?

—Sí, y para eso nos vamos a conocer mutuamente. Mañana nos vemos a las 07:00 a.m.—con eso dicho Moonbyul y Joohyun se fueron al tiro.

—Descansen, por hoy terminamos la orientación. Mañana comenzamos y no lleguen tarde—Yongsun dio por finalizada la clase de hoy y se fue junto a Seulgi.

—Tremenda estupidez, me largo—dijo Chaeyoung dirigiéndose a la salida.

Y esta vez toda la clase estuvo de acuerdo, era algo impensable en recibir clases con sus enemigos naturales, los ángeles y demonios jamás podrán convivir, estaban seguros de ello.


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Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora