Capítulo 37

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Lisa estuvo lista para ir a dormir y callar a su ruidosa mente en los brazos de Morfeo.

—¡Lisa!

—¡Ahhhhh!—gritó cayéndose de la cama—. ¿Qué te pasa, Rosé?

Lisa se sobó la cabeza, su mejor amiga aparentemente decidió que ingresar por la ventana como un ladrón en plena noche era mejor que entrar por la puerta principal como un ángel normal.

—Lo siento, ¿estás bien? Bueno, eres un ángel de batalla de seguro estás bien—terminó de acceder a la pieza por completo—. Necesito que me prestes el color morado, por favor, ¡es urgente!

Ninguna neurona de Lisa estuvo dispuesta a conectarse al escuchar el pedido de su pequeña Foodsé ya que fue el motivo por el cual irrumpió en su casa, ¿es serio le está pidiendo un color a estas horas de la noche?

—Son las... 10:07 p.m.—dijo al ver el reloj—. ¿No pudiste esperar a mañana?

—¡No Lisa, es urgente! Si ves que no me escuchas...—puso un puchero.

—Sí te escuché, pero, ¿por qué es urgente?—fue a buscar el dichoso color o de seguro iría a despertar al resto de sus amigas.

—Es un secreto—se rio con la mano cubriendo su boca.

—¿Mi pequeña Foodsé ahora me guarda secretos? Qué tal si me lo cuentas y te doy un pastelito—rebuscó en los cajones.

—Umm, nop—negó con la cabeza.

—Entonces tres pastelitos, es mi última oferta.

Lisa se mordió el labio para no reír, a pesar de estar de espaldas era capaz de imaginar la expresión de la pelirosa al debatir consigo misma si era buena idea aceptar los pastelitos a cambio de su secreto.

—¡No es justo, Lisa! ¡Sabes que amo los pastelitos!—refunfuñó cruzada de brazos.

—Está bien, está bien. Debe ser algo muy grande si rechazas los pastelitos—tomó el color entre sus dedos—. Aquí está, toma.

—¡Siii! ¡Gracias, Lisa! ¡Me salvaste!—fue veloz abrazarla.

—De nada, solo que la próxima entra por la puerta, ¿si?—no iba a decirlo, pero se llevó un buen susto.

—Está bien, nos ve...

La frase de Rosé se vio interrumpida por el ruido que hizo algo al impactarse contra el suelo. Lisa lo recogió y era un cuaderno pequeño, pero sus ojos se abrieron a la par cuando sin querer leyó la primera página del objeto.

—Umm, ¿Rosé?—no tuvo idea de que decir.

—¿Si?—jugó con sus dedos sin verla.

—El demonio de quién querías ser su amiga, ¿era Kim Jisoo?—le extendió el cuaderno.

—¿Eh? ¿Si?—apegó el cuaderno a su pecho.

—Ya veo...—se quedó en silencio por unos segundos—. ¿Te gusta?

—¡Lisa!—le gritó.

—¡¿Qué?! ¡Lo siento, sí! ¡No sé qué más decir!—se rascó la nuca—. ¿Por qué no me lo dijiste?

Rosé no es que no le haya querido hablar de Jisoo a su mejor amiga, de hecho, se moría por contarle lo maravillosa que era el demonio de la Soberbia y como ha sido buena con ella, al menos a su modo.

Pero no estaba segura de sí Jisoo quería que sus amigas se enteren de sus encuentros y de su amistad con ella, nunca le preguntó por miedo a su respuesta porque si ella no quería que nadie se entere de su conexión le haría poner muy triste, como si lo que ellas hacen fuera algo malo o peor.

Tú no me negarías, ¿verdad, Jisoo?

—Porque no le he preguntado si le puedo contar a alguien—acarició su brazo.

—Pero me arriesgo a decir que te mueres por contarme sobre ella, ¿verdad? Además, ya lo descubrí, así que te escucharé—dio unas palmaditas en su cabeza.

—¡Por Dios! ¡Tienes razón!—sus alitas se agitaron de la emoción—. ¡Pero vamos, aun debo terminar su regalo!

Así fue como Lisa llegó a la casa de su mejor amiga escuchando el maravilloso demonio que al parecer era Kim Jisoo, ahora por fin podía darle nombre al demonio con quien su mejor amiga se reunía en ocasiones en el almuerzo.

Escuchó como la defendió de tres demonios abusivos, de como secó sus lágrimas con sus plumas y de como le había prestado sus libros con la intención que ambas siguieran viéndose, de como al estar triste por temer dar su corazón al ser equivocado la había abrazado y prometido que se encargará de cuidarla.

Internamente Lisa estuvo muy agradecida con Kim Jisoo por protegerla de su gente porque aunque no le guste ella no podría darles una paliza por el tratado de paz. La vigilaría desde lejos, aun debía sacar sus propias conclusiones.

No creas que te entregaré a mi pequeña Foodsé tan fácilmente Kim Jisoo, no señor.

Además, ella no podría reprocharle nada al tener una relación confusa de amistad con Jennie, un demonio. Los demonios son criaturas raras.

A la una de la mañana Rosé terminó con el regalo, hubiera finalizado más rápido, pero no permitió que Lisa le ayude alegando que quiere hacerlo solita porque era especial y si ella le ayudaba en dicha tarea ya no sería lo mismo.

—Bueno, es tiempo de dormir—la rubia bostezó—. Voy a dormir aquí, ya es tarde para regresar a casa.

—Ok, voy apagar las luces.

Ambas se acomodaron en la cama con toda la intención de dormiste, mañana tenían clases.

—Rosé.

—¿Umm?—respondió apenas la pelirosa somnolienta.

—Besé a Jennie...

—Ah, bueno....—de pronto su cerebro se puso en marcha—. ¡¿Besaste a Jennie?!—giró para quedar frente a Lisa.

—No grites, vas a despertar a los vecinos y sí, la besé—los pómulos se sonrojaron.

—¿Cómo ocurrió?—sus ganas de dormir salieron volando.

—No lo sé, solo pasó y ya. Solo... se veía hermosa—susurró.

—Bueno, Jennie es muy bonita—le daba la razón.

—Lo sé, parece un gatito negro—soltó una risita.

—Ahora que lo mencionas, es verdad, se parece mucho a los gatitos. Entonces, ¿son novias?

—¡No! ¡Somos amigas!—corrigió de inmediato—. Ella es mi amiga.

—¿Las amigas se besan?—frunció el ceño que fue acompañado de un mohín—. No me gusta eso.

—¿Por qué no?

—Porque entonces las amigas de Jisoo pueden besarla cuando quieran y eso no me gusta, no quiero que la besen—susurró abrazando a su almohada.

Lisa estuvo totalmente de acuerdo con ese pensamiento, por algún motivo ella no quería que nadie bese a Jennie. Su pecho comenzaba a doler ante tal pensamiento y no se diga del ardor que sentía en la boca del estómago, ¿por qué sentía eso? ¿era normal?

—Ya es muy tarde, Rosé. Mejor vamos a dormir.

El ángel pelirosa asintió con la cabeza, comprendió que Lisa estaba pensando lo que hablaron segundos atrás y ella hizo lo mismo. Anheló con todo su corazón que mañana sea un completo éxito su regalo y que Jisoo no bese a sus amigas o se pondría muy muy triste al igual que sus alitas.

Diosito, por favor, que mañana sea un lindo día y que le guste mi regalo a Jisoo y que ella no bese a sus amigas, amén.


(4/4) Bueno Reds hemos terminado con la maratón espero que les haya gustado mucho c: 

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Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora