Capítulo 50

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Ya era la hora de dormir, pero Lisa se mantuvo despierta admirando el peluche que Jennie le obsequió días atrás y el cual ha sido su fiel compañero para dormir, de cierta forma se había encariñado con el muñeco de felpa y como no hacerlo cuando el demonio que le gusta hizo algo tan lindo para ella con la intención de ganarse su confianza y sacarle una sonrisa.

Lo más curioso es que generó un tipo de posesividad con Nini y se percató el instante cuando Rosé abrazó al peluche, quería arrebatarle lo más pronto posible de sus manos y lo hizo de forma sutil. Un bostezó se coló y fue el momento para dormir.

—Buenas noches, Nini...

El buen humor de Lisa era muy evidente y todo se debía a la grandiosa idea que tuvieron sus profesoras en que ambos bandos se sienten juntos porque ahora Jennie era su compañera de asiento, eso era un motivo para levantarse feliz todos los días.

Llegó más temprano y se dedicó a esperar al demonio de la Lujuria, pero hasta mientras observó las interacciones de ángeles y demonios, al principio creyó que la convivencia jamás sería posible, pero ahí estaban sus amigas conversando con los demonios de forma serena a excepción de Dahyun, ella regañaba a Momo por comer en clase.

La puerta se abrió y miró como entró Jennie tan hermosa como siempre, no pudo evitar sonreír con alegría y más cuando la notó, le guiñó. Antes esa acción le hubiera provocado fastidio, pero ahora hacía que su corazón lata como loco, ironías de la vida.

—Buenos días, Jennie.

—Veo que estás muy feliz Lisa, ¿puedo saber la razón?—tomó asiento y la miró coqueta.

Lisa sujetó la mano de bajo de la mesa y en un susurro dijo:

—Tú eres la razón.

Si Jennie fuera humana no dudaría en llamar a esos humanos que curan porque su corazón parecía tener un infarto este preciso momento, aun no se acostumbraba a la honestidad del ser divino a pesar del tiempo que ha permanecido a su lado.

—Es hora de comenzar con las clases—avisó Seulgi—. Hoy nos toca el tema de la quinta Virtud Celestial de la Diligencia, la gracia a cargo es Kim Namjoon. Bien, comencemos.

Las clases transcurrieron con normalidad y Lisa se halló un poco aburrida porque ya conocía el tema así que con la mayor cautela se dedicó apreciar a Jennie solo para concluir que era el demonio más hermoso del infierno, era la conclusión que llegaba siempre.

El tiempo de almorzar llegó y salió junto con sus amigas y el resto de demonios que aparentemente ahora lo eran, caminó junto al demonio de la Lujuria hasta que se detuvo al escuchar una voz.

—¡Jennie!

Lisa vio como la chica se abalanzó al der infernal con una sonrisa algo rara.

—¡Minnie!—respondido con el mismo entusiasmo.

Las facciones del ser divino pasaron de la alegría a la confusión con una estela de molestia, ¿por qué Jennie era tan cariñosa con ese demonio? Porque ni con sus amigas era así.

—¿Dónde te has metido? Ya ni siquiera te veo en el Segundo Círculo para divertirnos—le acarició la mano.

Las neuronas de Jennie se conectaron y le dieron la completa razón a Minnie, no ha pisado el Segundo Círculo en bastante tiempo al tener en cuenta que ese era prácticamente su segundo hogar.

Ahora sé porque ando tan inquieta.

Ella no ha tenido sexo en un largo tiempo y sabía la causa, Lisa. Desde que se besaron su mente no ha dejado de pensarla y estar en su casa recordando a Lisa junto a Luca no tardó en convertirse en hábito. Maldijo a Minnie porque ahora era consciente de su hambre, al acabar las clases podría ir al Segundo Círculo y satisfacer sus necesidades, regresó ver a su ángel y esa opción quedó completamente descartada porque la única que podía saciarla era el ser divino con su cara toda boba llena de inocencia, ¿por qué tuvo que gustarle un ángel? Era mucho más fácil caer ante un demonio, pero su corazón fue caprichoso.

Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora