Capítulo 40

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En el cielo exactamente siete chicas estaban reunidas alrededor de una mesa, era hora de la verdad.

—¿Y bien? ¿De qué nos perdimos?—preguntó Nayeon tomando té.

—¿A qué te refieres?—inquirió Lisa mirando a otro lado.

—De que Rosé es muy amiga de Jisoo y ahora tú apareces con el cabello alborotado y con los labios hinchados—informó Mina recordando tan extraño día.

—¡Puff! ¡¿Qué raro, verdad?!

En estos momentos a Lisa le encantaría poder mentir y así crear una excusa bien estructurada en la cual su inocencia sea creíble, pero era un ángel y los ángeles no mienten.

¿Cómo podría explicarles a sus amigas que llegó tarde por besar a Jennie? No había forma de hacerlo y menos cuando pregunten algo que ella ha estado ignorando durante mucho tiempo, aun no era hora de sacar ese pensamiento a la luz, aun no.

—En realidad, a mí me gusta mucho Jisoo—aclaró Rosé con un lindo rubor en los pómulos.

De inmediato Sana escupió su chocolatada y la única afectada fue Dahyun que le dio de lleno en toda la cara, ese dato le agarró por sorpresa. Se disculpó al instante y le ayudó a limpiarse.

—Dejando de lado este desastre—dijo Jihyo viendo como Sana secaba la mesa con un trapo—. Cuéntanos linda, ¿cómo fue que te empezó a gustar Jisoo?

—Yo no sé... al principio en serio solo quería ser su amiga, pero pasaron los días y ella fue abriéndose conmigo, muy a su forma—se rio—, es muy torpe en algunas cosas, pero también es muy inteligente y cuando me abraza soy muy feliz, y cuando sonríe de lado al leer una escena del libro que le gusta es... hermosa.

Rosé sabía que existía más cualidades en Jisoo que le era imposible nombrarlas todas, en serio quería contarles lo maravillosa que es a sus amigas, pero también quería guardarse lo que descubrió del ser infernal para ella, ¿eso la volvía egoísta? Probablemente, ¿eso le hacía sentir mal? No... quizá un poquito.

Ya quiero verte, Jisoo.

—¿Jisoo sabe que le gustas?—es algo que Sana quiso saber.

—No lo sé.

Todas vieron como los hombros del ángel pelirosa cayeron con desánimo, eso les hizo comprender muchas cosas.

—Pues yo no creo que esa demonio te sea indiferente, no después de ver como te defendió—argumentó Dahyun comiendo helado.

—Estoy de acuerdo—Nayeon asintió—. La forma en como te ve y como su energía cambia estando a tu lado es demasiado obvio. Puedo hasta jurar que contigo muestra un lado que nadie conoce, ni ella misma.

—Yo solo espero que mi plan para conquistarla de frutos—el ser divino sonrió por el resultado positivo de su sorpresivo regalo.

Se vieron entre sí y brindaron sus mejores deseos a su amiga, no entendían como es que cayó ante un demonio, ellas jamás han considerado ese hecho porque en su mente era impensable, pero si Jisoo la protegió de otros demonios entonces no todos los seres infernales eran abominables.

—Te aseguro que así será, linda—Jihyo le sonrió maternal.

—Hemos aclarado el asunto con Rosé, ni creas que me olvidado de ti Lisa—Nayeon posó los ojos en el ángel de batalla.

Se escuchó como la nombrada tragó grueso, Lisa pensó que con la reciente revelación de su mejor amiga se olvidarían de ese día, parece que no.

—Lisa, estas pálida, ¿es grave?—Mina vio como los colores se le es fumaron de la cara.

Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora