Milagrosamente Pecaminoso

Final

En un salón bastante amplio se celebró la graduación de ángeles y demonios, habían culminado sus estudios.

—Este es un gran día—empezó el arcángel Yongsun encima de una tarima—, para el cielo como para el infierno. Ustedes son la primera promoción en graduarse, son un claro ejemplo para las futuras generaciones de que los ángeles y demonios pueden convivir en armonía.

—Han demostrado que los demonios pueden aprender de la bondad de los ángeles—continúo Moonbyul—, y que los ángeles pueden aprender sobre la audacia de los demonios.

—Ustedes nos enseñaron—tomó la palabra Seulgi—, que a pesar de nuestras diferencias y de nuestra pasada guerra solo necesitábamos dialogar, conocernos para ver los maravillosos seres que son los demonios y ángeles.

—Pero basta de charla, queridos—Joohyun observó a cada uno de los estudiantes—. Hoy es su día, hoy es motivo de fiesta, hoy dejan de ser estudiantes.

Tanto ángeles como demonios gritaron de alegría. Los ángeles y demonios fueron pasando al oír su nombre y recibir su diploma. Copiaron las tradiciones humanas al ser nuevos en ese campo, pero añadieron su toque divino y demoníaco.

Una vez terminada la ceremonia el arcángel Seulgi chasqueó los dedos transformando el lugar en un salón de baile dejando solo unas pocas luces encendidas de colores, había varias bebidas y comida para todos los gustos. La música empezó a inundar el ambiente.

—No puedo creer que Momo se haya graduado, eso es un milagro—comentó Jennie al lado de Lisa.

—La verdad ni yo sé eso—dijo Dahyun regresando ver a Momo.

—¡Tofu! ¡Tenme más confianza!—puso un puchero, pero luego se rio y besó a su novia.

—Lo que más me sorprendió es que Nayeon casi gana a Jisoo en ser la mejor estudiante de nuestra promoción—Somi estaba abrazando a Jihyo.

—¿Acaso dudaste de mí, Somi? Debo recordarte quién soy—Jisoo empequeñeció los ojos.

—E-eres miembro de La Casa de la Soberbia—interrumpió Rosé muy alegre agitando sus alitas.

—Sí, mi reina—besó Jisoo a su enamorada.

—Fue algo muy reñido y divertido—expresó Nayeon con una sonrisa, ahora consideraba a Jisoo una rival.

—Coneja—se sumó Jeongyeon—, deberías estar muy orgullosa, no cualquiera casi logra lo que tú—el demonio de la Pereza estuvo consciente de que su novia perdió por milésimas.

—Sí, linda. Fue sorprendente—Jihyo estuvo de acuerdo con Jeongyeon.

—Yo digo que es hora de ir a bailar—sugirió Chaeyoung con la mano unida a Mina.

—¡Sí! ¡¿Quieres bailar Chewy?!—preguntó Sana con una gran sonrisa a su novia. Solo vio que asintió y se la llevó de ahí.

—Vamos, Chae—Mina se llevó al pequeño demonio.

—Nini, ¿tú quisieras bailar conmigo?—los ojos de Lisa brillaron.

—Claro, cariño—Jennie se puso de puntitas y la besó. Ambas fueron a la pista de baile.

Jisoo solo tuvo que ver los ojos de su enamorada para saber que quería lo mismo, no tuvo la necesidad de ni siquiera preguntarle. Ahora ángeles y demonios bailaban al compás de la música, entre risas, besos, abrazos y miradas llenas de amor.

—Oye, Jisoo—se acercó Jennie aun pegada a Lisa—. ¿Esa no es la princesa infernal Moonbyul con el arcángel Yongsun?

—¿Qué?

Voltearon a verlas y contemplaron como Moonbyul danzaba con el arcángel de una manera muy íntima y romántica, el baile era lento y las resplandecientes sonrisas eran protagonistas de aquella interpretación, sin más sus labios se unieron.

—Al parecer, la Soberbia siempre caerá ante la Humildad—Jisoo acarició la mejilla de Rosé.

—Te amo—el ángel pelirosa rodeó el cuello del ser infernal con sus brazos para luego unir sus labios.

—Pues mi arcángel creo que también cayó—añadió Lisa cortando el momento.

Observaron la dirección en donde miraba Lisa y en definitiva Seulgi estaba siendo acorralada por Joohyun, la escena era algo cómica porque el arcángel era un poco más alta que la princesa infernal, pero luego se sorprendieron como de un dos por tres Seulgi cambió de posiciones para luego cubrir el rostro con sus manos, se había avergonzado.

¿Por qué me recuerda tanto a Lisa?

Jennie pensó a que se debía a que el arcángel Seulgi era la líder de la virtud de su ángel.

Siguieron apreciando en total silencio el desarrollo de ambas. La princesa infernal con toda la delicadeza del mundo sujetó las manos del ser divino y las apartó para luego unir dulcemente sus labios.

—La Castidad y la Lujuria extrañamente se complementan, ¿verdad, Nini?—Lisa se inclinó y poso sus labios en los de su novia—. Te amo.

Después de eso dejaron de observar a sus profesoras y se concentraron en el ser que les robó el corazón y de las cuales darían su vida.

La primavera llegó a los corazones de los ángeles y demonios, la suave brisa del amor los acompañaría en la eternidad.

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Por otro lado no muy lejos de ahí, Dios y el Diablo tomaban el té mientras jugaban una reñida partida de ajedrez.

—La bondad de tus ángeles me produce asco, pero creo que a mis demonios no les molesta—el Señor de las tinieblas movió la torre.

—¿Te arrepientes?—con el peón derribó a su caballo.

—Por supuesto que no, por fin dejaron de venir, eran un grano en el culo, además, ya no tengo que recluirme en el Noveno Círculo—tomó un sorbo de su bebida—. Y la verdad, me interesa una mierda si tus ángeles les meten la lengua, y a ti no creo que te importe, después de todo ya sabías como iba a resultar.

—El Diablo siempre cumple sus tratos, no había necesidad de negarse—el Todopoderoso sonrió amable.

Recordaron la plática que tuvieron muchos meses atrás.

—Trato—Dios estrechó la mano con firmeza.

—Excelente decisión, Dios—sonrió mostrando sus colmillos—. Tus ángeles y mis demonios serán estudiantes.

—Continúa—lo miró con fijeza.

—Piénsalo, un colegio en dónde sí o sí tendrán que convivir y soportarse. Ya que no pueden hacerse daño a menos que deseen morir. De una u otra forma se van a tolerar o incluso caer ante ellos.

—¿Y por qué tan seguro de que va a funcionar?—quería escuchar su respuesta.

—Simple, tus ángeles tienen complejo de salvador con absurdas cantidades de amor que ofrecer y mis demonios aman corromper—recargó su mentón en la mano—. Créeme, todo resultará Milagrosamente Pecaminoso.

Reds hemos llegado al final de esta hermosa historia, pero no se asusten que aun falta el epílogo c:

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