Milagrosamente Pecaminoso

Capítulo 57

Cada paso que daban era un paso más para enfrentarse a Lisa, odió con todo su ser a Minnie. Jennie solo quería que pasara todo lo que tenga que pasar, ya no quería tener pensamientos que eran peor que el anterior y que todos terminaban en la misma ruta, Lisa rompiendo con ella.

—Jennie quiero que seas muy since... ¡¿por qué lloras?! ¡¿Nini estas bien?! ¡¿Te duele algo?!—el ser divino la examinó algo asustada.

—¿V-vas a terminar c-conmigo?—preguntó con lágrimas amargas.

—¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no!—la envolvió en sus brazos transmitiendo todos sus sentimientos—. ¿Por qué pensaste eso?—inquirió suavemente mientras besó su cabeza.

—P-porque estuve con Minnie y Jisoo, y m-muchos demonios más, muchísimos—ocultó su rostro en el pecho del ángel mientras seguía llorando.

—Eso de "estuve", ¿te refieres a que hicieron... cositas?—obtuvo su respuesta al ver como asintió con la cabeza—. Ya veo...—con lentitud apartó a Jennie que la miró con palidez por el miedo—. Mi amor, no me molesta eso, para nada, aunque no niego que estoy un pelín celosa, pero es algo que hacías antes de estar conmigo y es algo por lo cual no puedo ni te voy a reclamar—la besó con infinito amor—. ¿Aun lo harías con...?

—No, no, no—negó reiteradas veces interrumpiéndola—. Yo desde que te besé no he podido pensar en alguien más por eso yo...

—¿Por eso tú...?

—Por eso yo estoy umm... inquieta—retiró la mirada avergonzada.

—Entiendo—Lisa se puso un poquito roja al entender a lo que refería.

—¿Entonces por qué me trajiste aquí?—secó sus lágrimas.

—Tú me dijiste que debo confiar y preguntar, que una relación es de dos, así que voy a preguntar algo—respiró hondo—. Nini, ¿soy suficiente?

—¿Qué quieres decir, Lili?—esta vez le sostuvo la mirada.

—Yo no sé nada de eso, tú fuiste mi primer beso... yo quiero que te sientas tan bien conmigo como yo contigo, y eso también abarca... hacer cositas. Pero soy inexperta, ¿qué pasa si no te gusta cuando lo hagamos? ¿Qué pasa si no te hago sentir bien? ¿Te vas a ir?—los ojos del ángel reflejaron angustia—. Yo te amo tanto que tengo miedo.

El mundo de Jennie se paralizó, su ángel, su Lisa le había dicho que la amaba y de pronto se sintió ebria de felicidad. Su pecho se quemó ante las cálidas palabras del ser divino, se derritió.

Y por unos segundos se preguntó si ella también la amaba y solo debió verla para dar con la respuesta, no necesitó más.

—Yo también te amo mi Lili, mi amor, mi hermoso ángel, yo no me voy a ir a ningún lado cariño—rodeó el cuello de la más alta con los brazos—. Juntas vamos aprender sobre la otra, lo que nos gusta, lo que no, y de ninguna forma me disgustaría estar contigo porque es lo que más anhelo. Ahora mi lujuria te pertenece únicamente a ti.

Y con ambos corazones llenos de amor se besaron confirmando que nadie les haría sentir lo que sienten por la otra.

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Jisoo y Rosé llegaron al árbol. El ser divino sintió una ola de calma al estar en ese lugar, su familiaridad era buena para la conversación que tendría con el demonio de la Soberbia.

—Bien, responderé a todas la preguntas que tengas—como siempre Jisoo fue directo al grano.

—¿P-por qué esa d-demonio dijo eso?